GATO ~Chenmin~

I. INTRODUCCIÓN

Los jardines eran muy grandes, había verde por todos lados, muchas flores de muchos colores y muchos árboles. Jongdae pensó que seguramente se gastaba mucho dinero en el mantenimiento de tan bonito y relajante lugar.

-Vamos a internarlo por un tiempo -el psiquiatra, Kris, le informó mientras caminaban por un camino de piedras grises.

-¿Es muy necesario? -preguntó Jongdae con aflicción.

-Sí, pero no debes preocuparte, él estará bien. Será solo por un tiempo, tal vez un mes, lo que tarde en completarse el proceso de desintoxicación.

Jongdae asintió, no muy convencido de que dejar ahí a su querido hermano fuera buena idea. Pero no podía protestar, debía seguir las órdenes del médico si quería que Kai volviera a su vida normal.

🐱⚡🐱⚡🐱

Meow

<<Oh, no>>

-Minseok, vuelve a tu habitación, sabes que no puedes vagar por los pasillos de noche -la enfermera del turno de noche pidió cuando escuchó el maullido del interno.

El gato le dio una mala mirada a la mujer, movió un poco su nariz hacia arriba -demostrando su desagrado- y se regresó a su habitación con su usual andar felino.

La enfermera se quedó de pie en medio del pasillo y soltó un suspiro. Realmente ese chico le daba lástima.

Y terror.

🐱

-Volvió a salir.

La enfermera informó al doctor Wu en cuanto este llegó, puntual como siempre, a las siete de la mañana.

-¿Le hizo daño a alguien? -preguntó Kris con curiosidad.

-No, solo estaba paseando.

-Ten cuidado con él, sé amable y mantente a prudente distancia.
La enfermera asintió educadamente y se fue a su hogar a descansar.

🐱⚡🐱⚡🐱

La primera vez en que Jongdae lo vio, se encontraba de visita en el sanatorio mental del condado de Santiago. Su hermano, Kim Jongin, había sido ingresado por una sobredosis y un trastorno mental aparentemente alcanzado por el consumo frecuente de anfetaminas.

El interno estaba sentado sobre una mesa, pero su posición era extraña, estaba sentado como si fuera algún animal, quizá como un gato, aunque era difícil de explicar. El extraño sujeto llevaba puesta la misma vestimenta que los demás locos; una camisa de manta blanca y un holgado pantalón de la misma tela y color. Sobre el pecho de su camisa estaba impresa una gran "X" negra seguida del número noventa y nueve.
Era difícil estar seguro, pero tal vez medía alrededor de uno setenta y probablemente no pesaba más de sesenta kilos. Su rostro se veía demacrado, las ojeras se notaban aún en la distancia, pero lo más perturbador de todo era su sonrisa; sus dientes estaban blancos y parejos, pero había algo en la forma en que sus labios se extendían que daba un poco de miedo... A cualquiera que no fuera Kim Jongdae, porque al hermano del interno número ochenta y ocho -entre otras emociones- le causaba una extraña fascinación.

-¿Quién es él? -preguntó sin poder contenerse.

-Minseok -respondió el doctor Wu-. Sufre de un trastorno de personalidad, actúa como un gato -añadió antes de que Jongdae preguntara más. Lo dijo con un tono terminante, como si no quisiera que se hablara más del tema-. Procure no acercarse más de lo necesario a ningún interno, los que se pasean por el recinto con libertad no suelen agresivos, pero la verdad, con ellos nunca se puede estar seguro.

🐱⚡🐱⚡🐱

La segunda vez que lo vio, se cruzó con él por accidente mientras iba por los jardines en busca de la salida.

-Disculpa -dijo Jongdae con un repentino sonrojo cuando el interno le cerró el paso.

El "gato" -como lo llamaba el personal del sanatorio- le sonrió de una forma escalofriante. De cerca, Jongdae pudo escuchar como ronroneaba. Estudió por un instante esos ojos que lo miraban expectantes; eran de un extraño tono de marrón y su forma era muy parecida a la de los ojos de los felinos. Dichos ojos adquirieron un fascinante brillo cuando Jongdae sonrió cordialmente, ya que cuando el visitante sonreía, las esquinas de sus labios se alzaban formando la sonrisa -un tanto felina- que lo caracterizaba.

-¿Eres un gato? -Minseok estaba tan maravillado que no pudo contenerse de preguntar.

-Si tú quieres -respondió Jongdae ensanchando su sonrisa y mostrando sus dientes. Minseok quedó más que maravillado.

-¡Minseok! -Kris se acercó casi corriendo hasta ellos.
El joven gato le gruñó, obviamente molesto, lo miró de pies a cabeza y se fue corriendo en dirección al edificio.

-Por Dios, no debes acercarte, pudo haberte hecho daño -el doctor Wu se veía seriamente preocupado.

-¿Qué? -era cierto que sus gestos causaban cierta conmoción, pero además de eso parecía inofensivo. Sin mencionar lo flacucho y débil que se veía -No, estaba muy tranquilo, me preguntó si yo era un gato.

-¿Te habló? -Kris abrió sus ojos desmesuradamente y sus cejas se alzaron.

-Sí, ¿por qué?

-El nunca habla con nadie.

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Gracias por leer!