GATO ~Chenmin~

XVII. SÓTANO

Nota de la autora: Sé que estaban esperando esto, ¡mentes sucias! 😏

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—¡Dijiste que tenías dieciocho! —Jongdae estaba molesto y muy preocupado —¿No pensaste que Jongin podría ir a prisión solo por acostarse contigo?

—Me hubieras enviado de regreso a casa si te lo decía —Kyungsoo se veía afligido por primera vez.

—Porque darte cobijo en mi casa me convierte en un secuestrador ante la ley. —explicó Jongdae

—Jongdae, por favor —Jongin se interpuso entre su novio y su hermano —nadie tiene porqué saber.

El mayor de los tres asintió a regañadientes, habían vendido el derecho de sus grabaciones por enormes cantidades de dinero, no había forma de dar marcha atrás, solo rogaba porque los padres de Kyungsoo no se enteraran jamás.

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—¿Te vas? —Baekhyun miró a Jongin asentir con cierta nostalgia.

El moreno cargaba una pequeña mochila y vestía con su propia ropa, ya no con el uniforme blanco que Baekhyun aún llevaba.

—¿Volverás? —el interno b4 parecía muy triste.

—No, no volveré Baekie —aseguró Jongin con voz suave.

Una lágrima rodó por la mejilla de Baekhyun antes de abalanzarse sobre el hombre libre y abrazarlo de forma asfixiante, Jongin respondió al abrazo de una forma cariñosa, ciertamente extrañaría a ese par de zafados.

Chanyeol tomó a su compañero de habitación por la cintura y lo despegó de Jongin, el pequeño no tardó en enroscarse sobre el cuerpo de su mejor amigo.

—Cuídense. —el moreno les sonrió e inclinó su cabeza hacia ellos.

Jongin caminó a paso firme hacia la salida sabiendo que estaba bajo la mirada de halcón de los doctores Wu y Kim.

Era extraño sentirse libre por fin, deseaba correr a su hogar, abrazar a Jongdae y besar a Kyungsoo, no quería esperar más, aún así, esperó por el autobús que lo llevaría a la ciudad y al viejo departamento, haciendo lo que se suponía que debía hacer.

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—Vamos —Jongdae le dijo a Minseok tomando su mano y conduciendolo escaleras abajo, hasta el sótano.

A Minseok no le molestaba la oscuridad, de hecho empezaba a sentir cierta excitación aunque no tenía idea de qué era lo que su novio planeaba.

Ambos bajaron al lugar, no era muy grande, solo había una enorme cama negra con dosel al centro, las sábanas que la cubrían eran rojas y básicamente todo era negro o rojo. Había tres cámaras de video que apuntaban con sus lentes en diferentes ángulos de la cama.

Minseok se soltó del suave agarre de Jongdae y avanzó en la relativa oscuridad para inspeccionar todo el lugar olía a sexo y a antisépticos, pero por alguna razón le parecía normal.

Pegado a la pared lateral había un cofre negro, lo tocó y luego deslizó su pulgar a lo largo de la pulida madera, volvió sus ojos hacía Jongdae —que observaba atento cada uno de los movimientos afelinados de su invitado— y luego bajó su mirada al cofre. Jongdae asintió, dándole permiso para abrirlo.

Dentro no había más que telas oscuras y Minseok empezó a revolver entre todas las prendas de vestir hasta que encontró algo que llamó su atención y entonces ahí, de espaldas a Jongdae, se desnudó completamente para luego ponerse únicamente unos pantalones de tela sintética, una gargantilla negra de cuero y una diadema con orejas de gato. Todo lo que encontró era de color negro y eso le encantó, siempre se había visto a sí mismo como un gato negro.