El primer caso de la nueva inspectora de homicidios, Briana Stone, tiene atemorizada a toda la ciudad de Londres, donde un asesino en serie esta siguiendo las macabras historias de Edgar Allan Poe. Para resolver el caso Birana tendrá que aprender a...
Pasaban los minutos, las horas y los días. No encontrábamos nada. Ninguna relación más, ninguna pista más... como si alguien hubiera tapado todas nuestras salidas. La buena noticia es que nadie más había muerto de momento.
Nuestro equipo se había quedado hasta tarde, solo quedábamos nosotros y la capitán, y ella ya estaba apagando las luces de su despacho.
-Chicos, es hora de que nos vayamos, todos. Os merecéis un descanso.- Dijo la capitán.
Nos miramos entre nosotros y decidimos, que la capitán tenía razón. Recogimos nuestras cosas y salimos de la comisaría.
-Ni una pista en toda la semana.- Dijo JJ frustrada.
-¿Alguna vez habéis tardado tanto en resolver algún caso?- Pregunté.
-No es el tiempo lo que nos agobia, sino la posibilidad de que pueda volver a matar.- Dijo Reid.
-Ya...
-Bueno, nosotros nos vamos yendo.- Dijo JJ.- Tengo que llevar al cerebrito a casa.
-Y el cerebrito te está muy agradecido.- Dijo Reid y nos reímos.- Hasta mañana chicos.
-Hasta mañana.- Dijo JJ.
Nos quedamos solos Tyler y yo mientras JJ salía del aparcamiento.
-¿Te vas ya a casa?- Preguntó Tyler de repente mirándome.
-Si, ¿que remedio?
-Te invito a una copa.
-¿Una copa?
-Si. Ya no estamos de servicio.
-Muy bien. ¿Y a dónde vamos?-Pregunte mientras nos acercábamos a su moto.
-Tengo un vino en casa que si no le damos uso, voy a tener que tirarlo.
-Nunca tires un buen vino si puedes aprovecharlo.
-Por eso te invito.- Dijo dándome un casco mientras sonreía.
Cogí el casco devolviéndole la sonrisa. Me monté en la moto tras él y cuando arrancó acelero de golpe.
Nunca me había parado a pensar donde vivía Tyler, y la verdad me sorprendió que viviera en un piso cerca de Hyde park. Vivía en la tercera planta de uno de los edificios con vista al parque y cuando abrió la puerta y me dejó pasar, me sorprendí al ver su piso.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¿Tu vives aquí?- Pregunté asombrada.
-Pues si. ¿Donde te creías que vivía? ¿En un piso de mala muerte?
-No. Nunca me había parado a pensarlo. ¿Vives solo?
-Si.- Dijo sacando dos copas para el vino.- ¿Y tu? ¿Que hay de tu vida fuera de la comisaría?
-Vivo a diez minutos del trabajo con mi hermano.
-¿Él vive contigo o tú vives con él?
-¿Que diferencia hay?
-Que de quién es la casa.- Dijo dándome una copa.
-Mía.- Dije y chocamos las copas para después beber.- Este vino está buenísimo.
-Si, la verdad es que no soy de gustos baratos.
-Ya lo veo...- Dije mirando el resto de su piso.
Seguimos bebiendo y hablando, una copa tras otra. Nos acabamos terminando la botella y yo empezaba a sentir el efecto del vino, hasta que de repente, vi una foto en la que no había reparado antes.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Deje la copa en la mesa y me acerque a ella. Era una foto de Aaron Hotchner, el mejor inspector de policía que tuvo Londres hasta que murió en un atentado terrorista.
-¿Aaron Hotchner? ¿Por que tienes una foto suya?
-Supongo que ya no tiene sentido ocultártelo durante más tiempo.
-¿Ocultarme el que?
-Aaron Hotchner, el mejor policía que tuvo Londres, era mi padre.
-¿Que? ¿Te llamas Tyler Hotchner?
-Si.- Dijo pegándole otro trago a la copa.
-¿Y por que no me lo dijiste?- Tyler suspiro.
-Mi padre trabajaba en un caso en el que se planeaba un atentado terrorista. Aquella mañana me dio la cadena que siempre llevaba al cuello para que no me preocupa.- Dijo tocándose la cadena de oro.- Me dijo que no me preocupara, que volvería y que esa noche todo estaría arreglado, pero no fue así. El terrorista islámico tras el que iba entró en Camden y empezó a pegar tiros a diestro y siniestro. Mi padre y su compañero intentaron detenerlo, pero cuando una de esas balas alcanzo a mi padre, su compañero en vez de quedarse a ayudar, salió por patas.- Dijo con rabia.- Aquel día murieron 32 personas, una de ellas mi padre.- Dijo bebiendo otra vez.
-¿Y que pasó después?
-Le concedieron la medalla a título póstumo, yo la recogí el día de su funeral. Mi madre había muerto un par de años atrás por el cáncer, así que yo me fui a vivir a Irlanda un tiempo con mi tío Colin, y cuando cumplí la mayoría de edad, decidí volver a Londres para ser policía.
-¿Por eso no querías compañeros? ¿Enserio me ves capaz de abandonarte a tu suerte con una bala en el pecho?
-Mi padre confiaba y murió en ese atentado.- Dijo algo más enfadado acercándose a mi.
-Que tu padre tuviera un cobarde de compañero no significa que tú lo vayas a tener también.
-¿Y tu que sabrás? Ni siquiera sabes lo que se siente cuando...
-¿Cuando mueren tus padres?- Termine su frase.- Créeme Tyler, se bien de lo que hablo. ¡Mis padres murieron en ese mismo atentado!
Tyler no dijo nada.
-Ellos estaban sentados en una cafetería.- Comencé.- Yo había visto un vestido precioso que me encantaba, así que fui a comprármelo yo sola por que me hacia ilusión. Mientras pagaba, mire a mis padres, ellos me sonrieron y de repente empezamos a escuchar tiros. La dependienta me dijo que me agachara, y así lo hice, pero en cuanto vi a mis padres en el suelo... corrí hacia ellos.- Cerré los ojos.- Solo les dio tiempo a cogerse de la mano. Nunca me puse ese vestido.
-No lo sabía...
-¡Pues claro que no lo sabías, idiota! Me hice policía para que ningún niño más tuviera que ver morir a sus padres delante de sus ojos. ¡Así que no te atrevas a decir que no se como te sientes por que lo sé perfecta...!- Antes de que pudiera terminar de hablar, Tyler me agarró del cuello y me beso.
No sé por qué demonios me beso, pero no besaba mal. Nada mal, así que le seguí el juego, yo le quite la camiseta, él a mí también y una cosa llevo a la otra y bueno, ya sabéis como terminan estas cosas...