Narra Daniel:
Normalmente no me gusta demasiado que me despertara el sol dándome en toda la cara. Me molestaba, así que me tape la cara con la manta que me trajo Bri la otra noche.
Me volví a dormir hasta que escuche el Big Ben. Resonaba en toda la casa, y cada vez que lo hacía, me daba la sensación de que iba a caerse el techo.
La comida que me trajo Bri empezaba a agotarse, así que tenía que racionala bien si quería que me aguantará lo máximo posible.
Caminar me ayudaba a despejar la mente, pero como no podía salir de casa, paseaba por los diferentes pisos. Pero al levantarme, vi que había algo pegado a la pared de enfrente. Me acerqué a la pared y cuando vi lo que era, palidecí de golpe y casi me desmayo.
-Dios mío...
No sabía qué hacer. Me temblaban las manos y cada vez me ponía más de los nervios. Solo se me ocurría una cosa, y si salía mal, podía acabar en chirona.
Arranqué lo que había en la pared y me lo guardé en el bolsillo de la sudadera. Baje las escaleras y me acerqué a la puerta. Era la primera vez que salía de esta casa desde que entré. Me puse la capucha y salí.
Desde que salí de la casa, sentía que todos los ojos de las personas con las que me cruzaba por la calle se clavaban en mi, pero cuando llegue a dónde me dirija me sentí más seguro. Aunque no debería sentirme seguro siendo un supuesto asesino entrando en una comisaría.
En el ascensor, no dejaba de mover la pierna. Sí que era muy nervioso y cuando las puertas se abrieron estuve tentado de salir corriendo, pero no podía echarme atrás, ahora no.
Camine entre los diferente agentes de policía con la cabeza agachada y me acerque a un grupo que parecía algo revuelto.
-¿Conocéis... al agente Tyler?- Dije sin levantar la cabeza.
-¿Por que hoy todo el mundo pregunta por mí?- Dijo uno.- Soy yo, ¿que quieres?
Me quité la capucha y mire al agente Tyler a la cara.
-Necesito tu ayuda.
En cuanto termine de hablar, todos (no exagero cuando digo todos) los agentes de policía, sacaron sus armas y comenzaron a apuntarme.
-Daniel Turner. Manos arriba.- Dijo el agente Tyler.
-Por favor, tenéis que escucharme.
-Manos arriba.- Dijo uno que está a su lado.
-Por favor, yo no he matado a nadie.- Dije levantando las manos temblorosamente.- Pero puedo ayudaros.
-¿Por que íbamos a creerte?- Dijo una mujer.
-Por que tengo esto. Por favor, no disparéis.- Dije metiendo la mano en el bolsillo y sacando la foto.
-A aparecido en la pared de donde me escondía está mañana.
-Es Briana.- Dijo un rubio que estaba algo apartado.- ¿Conoces a mi hermana?
-Si. Es amiga mía.
-La conoce... ¡conoce a Briana! ¡Bajar las armas!
-¡Hacerle caso al rubio!
-¿Como se que no la tienes tú?- Dijo Tyler acercándose.
-No la tengo yo, por favor... ella es la única que me cree.
Todos los agentes bajaron sus armas, menos Tyler, que siguió acercándose a mi hasta colocar la punta de su pistola en mi frente.
-¿Donde está Briana?
-No lo sé.
-Mientes.
-Si no me crees matame, pero si lo haces, pronto tendrás seis cadáveres de los que ocuparte aparte de mi.
-Tyler.- Dijo el chico rubio.- Mi hermana a desaparecido, por favor...
El duelo de miradas que compartíamos Tyler y yo salimos había vuelto demasiado intenso, hasta que él cedió y bajo el arma.
-¿Es cierto que puedes ayudarnos?
-Espero que si.
-Muy bien, pues venga, a trabajar.
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¡No fui yo!
FanfictionEl primer caso de la nueva inspectora de homicidios, Briana Stone, tiene atemorizada a toda la ciudad de Londres, donde un asesino en serie esta siguiendo las macabras historias de Edgar Allan Poe. Para resolver el caso Birana tendrá que aprender a...