¡No fui yo!

Capítulo 20: Consigo que Tyler sonria con un café

Narra Briana:

A mi me gusta despertarme a mi ritmo, incluso cuando suena a alarma. Pero la gente está cogiendo una costumbre muy mala de despertarme con una llamada, y eso me pone de los nervios.

Cogí el móvil, que no hacía más que sonar, y al ver que era Tyler el que llamaba, me incorpore y me senté en la cama.

-Tyler, ¿que quieres?

-Ven al bar que está en frente de la torre de Londres. Ha habido otro asesinato.

-Voy para allá.- Dije antes de colgar.

Que la primera noticia que tengas en todo el día nada más despertarte sea que ha habido otro asesinato, pues no es lo que se dice agradable. Me levanté de la cama y me puse una camisa roja y unos vaqueros rotos.

Al salir de mi cuarto, vi a Axel desayunando.

-Buenos días, Bri. ¿Zumo?- Me ofreció.

-No tengo tiempo para desayunar. Ha habido otro asesinato, tengo que irme.

-Ah vaya. Oye, ¿tu sabes por qué la radio está en la basura?

-Tengo que irme Axel.- Dije mientras me reía un poco acercándome a la puerta.

-Pero...

-¡Adiós!

Salí de casa y me encamine a la torre de Londres. Por el camino, vi un puesto de café ambulante y decidí acercarme a por un par de cafés, uno para mí y otro para Tyler.

Cuando llegue al bar, Tyler estaba fuera esperándome. Llevaba una camiseta blanca y una chaqueta negra, con unos pantalones grises. Cuando me acerque a él, lo primero que hice fue darle el café con una sonrisa.

-¿Que es esto?

-Café. Ha estas horas entra bien.

-Ah, gracias.- Sonrió. Era de las pocas veces que le veía sonreír, y me alegraba que yo fuera la razón.

Hicimos chocar los vasos desechables, bebimos y después entramos en el bar. Un agente de una patrulla nos llevó hasta la bodega que es donde se encontraba la víctima.

Entramos en la bodega y vimos a un chico rubio, encadenado de las muñecas, vestido igual que las otras víctimas y con una botella rota junto a su cabeza, pero lo que realmente llamaba la atención era el olor de la sala.

-Que peste a whisky.- Dijo Tyler.

-Es Pure Pot Still Whisky, de 25 años. Es el tercer whisky más caro del mundo, valorado en 143.000 dólares americanos.- Dijo Reid.

-¿De ese whisky es la botella?- Pregunté.

-Si.- Dijo JJ.- Se la rompieron en la cabeza antes de morir, después, el asesino dejo que muriera por la sobredosis de la ropa.

-¿Hora aproximada de la muerte?

-Entre las dos y las cuatro de la mañana, igual que las otras víctimas.- Dijo Lanie.

-¿Quien era la víctima?- Pregunté.

-Austin Jones, 20 años, estudiante de medicina de día, camarero en el bar de noche.

-¿Quien encontró a la víctima?

-Una compañera suya.- Dijo Reid.

-¿Briana?- Escuché a mis espaldas.

Me di la vuelta y vi a Hannon. Tenía los ojos rojos y llorosos. Por lo que parecía, estaba segura de que ella había encontrado a Austin. No dijo nada, simplemente corrió a abrazarme y después comenzó a llorar.

-Esta muerto...- Decía mientras lloraba sin parar.

Mire a mi equipo y ellos me dijeron con la mirara que me marchara.

-Vamos Hannon, vámonos de aquí.- Dije pasando el brazo por sus hombros.

Saqué a Hannon de la bodega y subimos al bar, donde le di un baso de agua para que se tranquilizara.

-¿Estas mejor?

-Si... creo que si.

-¿Austin y tú erais amigos?

-Si. Trabajábamos juntos, eramos buenos amigos.

-¿Cuando le encontraste?

-Esta mañana. Vine ha abrir el bar, para esa hora yo era la única que solía estar aquí, pero esta vez, la puerta no estaba cerrada, y tras la barra vi un reguero de whisky que llevaba hasta la bodega. La puerta estaba abierta y...- Se le quebró la voz.

-Tranquila. ¿Quien cerró anoche el bar?

-Austin. Me dijo que me fuera tranquila, que él cerraría esa noche.

En ese momento, Lanie salio de la bodega, empujando la camilla en la que se llevaba a Austin al depósito. Hannon la vio, y no pudo evitar echarse a llorar.

-Creo... creo que este no es el mejor lugar para que hablemos.- Dije intentando tranquilizarla.

-La verdad es que no...

-Vamos, hablaremos en comisaría.- Dije sería y ambas salimos hacia la comisaría.