Capítulo 51: Tyler y Briana hablan sobre ellos

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Narra Briana:

Axel había llamado a Tyler y después me dijo que vendría enseguida. Yo estaba tremendamente nerviosa y encima no podía recostarme por que sino me daban unas punzadas en las heridas que me dolían muchísimo.

-¿Nerviosa?- Dijo Axel al ver que no dejaba de jugar con la sábana.

-No. Bueno, si. No lo sé.

-No tienes por qué estarlo. Solo es Tyler.

-Por eso mismo.

-¿Y? A mi me calló genial.

-Prefiero no saber de qué hablasteis.

-No tienes de qué preocuparte, hermanita. No tuve tiempo de hablar con él. Estaba demasiado preocupado por ti como para hablar de otra cosa.

Sonreí y Axel me devolvió la sonrisa.

-Voy a por un café. Luego nos vemos.

Axel salió de la habitación y en menos de quince minutos llego Tyler. Llevaba una camiseta azul y unos vaqueros negros con una sudadera, pero lo que realmente me sorprendió, era que llevaba un ramo de flores preciosas.

-Hola.- Dijo sonriente.

-Hola.

-Te he traído una flores, pero veo que no soy el único.- Dijo dándome el ramo.

-Me han llegado flores de todo el mundo, incluso de las familias de las víctimas.

-Vaya, eso no me lo esperaba. Te quiere mucha gente.

-Aunque las tuyas son las que más ilusión me hacía recibir.

Tyler se puso rojo, muy rojo.

-¿Re... recuerdas algo de lo que te hizo?

-Si.

-¿Quieres hablar de ello? Ayuda bastante.- Dijo ocupando la silla que antes ocupaba Axel.

-Él primer recuerdo que tengo de todo esto, fue fue despertarme encima de una rejilla de metal, con las manos y los pies atados y una mordaz que me impedía hablar. Recuerdo ver a Jack por primera vez, lo primero que me dijo era quien era y después dijo que iba a contarme cómo iba a matarme. Me... me contó el cuento del retrato oval y cuando acabó me puso el vestido. Mientras lo hacía me explicaba las diferentes partes de su plan y por que hacía lo que hacía. Después me cosió el vestido, no opuse resistencia entonces ya que si me movía, sabía que me dolería muchísimo más. Por último, me ató a la silla y comenzó a pintar el cuadro, después apareció Daniel y bueno... ya te habrán contado el resto.

-Si.- Se pasó la mano por los ojos.- Parece que lo recuerdas todo bastante bien.

-Recuerdo todo lo que pasó, Tyler.

-¿Todo?

-Todo. Absolutamente.

-¿Lo que pasó después también?

-¿Te refieres a cuando entraste?- No contestó.- Si.

-Eres la primera mujer a la que le digo eso, ¿lo sabes?

-¿Decirme el que?

-Vamos Bri, ya lo sabes.

-Si, pero quiero que me lo repitas, por favor.

-¿Que te lo repita? Muy bien. Te...

Antes de que terminara la frase, le agarre de la camiseta, le atraje hacia mi y le bese.

-Quiero.- Terminó.

-Tyler lo siento mucho.

-Pues imagínate yo. Te mentí, te deje sola y...

-Y me salvaste la vida. Tyler, mientras Jack me contaba el cuento, me ponía el vestido y me pintaba... solo podía pensar en ti. Lo único que quería era que entraras allí y me llevaras a casa.- Dije al borde del llanto.

-Me hubiera gustado pegarle un tiro a Jack por todas las personas a las que había hecho sufrir, pero hubiera sido completamente inútil. Además, estabas ahí, muriéndote y... y yo solo podía pensar en el pedazo de cabrón que había sido contigo.

-¿Crees que hubiera besado a un cabrón?

-No lo sé.

-Yo te lo diré: no.

Tyler sonrió. Miro mi mano y al agarrarla, la acarició con tanta delicadeza, que me hizo sentir una muñeca de porcelana capaz de romperse con cualquier golpe, pero él estaba a mi lado para protegerme y no dejaría que nadie me hiciera ningún daño.

Le mire a los ojos y vi que estaba tan emocionado como yo, así que le abracé.

-Estaba tan preocupado por ti.- Dijo con voz quebrada.

-Ya no tienes de que preocuparte. Estoy aquí, y estoy bien.- Dije mientras acariciaba su pelo para tranquilizarle.

Tyler paso la mano por mi espalda, pasando por encima de unas cuantas cicatrizares que ahora había en mi espalda.

-Estas heridas ya no se van, Bri.

-Eso me recordara que debo andarme con cuidado y que jamás debo enfadarme contigo de tal manera.

-¿Entonces... estamos juntos?

-Solo si tu quieres estarlo.

-Nada me haría más feliz.- Dijo sonriendo de oreja a oreja.

¡No fui yo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora