Narra Briana:
Pase el resto del día con Tyler, ya que le dije a mi hermano que volviera al trabajo.
A mitad de la tarde, mientras Tyler y yo hablábamos, tocaron la puerta y entonces, Reid y JJ entraron.
-¡Chicos!- Exclamé.- Que sorpresa.
-Bueno, nos dijeron que ibas ha abrir una floristería y queríamos colaborar.- Dijo Reid dejando un jarrón con flores en la mesilla.
-Cuanto me alegro de que estés bien.- Dijo JJ abrazándome.
-Gracias JJ.
-La capitán también te manda recuerdos.- Dijo Reid.- Aunque sepa lo vuestro.- Dijo dándole un codazo a Tyler.
-¿Lo sabe?- Pregunté preocupada.
-Si.- Dijo Tyler.
-¿Desde cuando?
-Cuando desapareciste, la capitán me hecho la charla.
-¿Y que...?
-No ha dicho nada.- Dijo JJ.- Dijo que cuando volvieras al trabajo que hablaría contigo.
-¿Debería asustarme?
-Si.- Dijeron todos a la vez.
-Bien, guay.
-No te preocupes, estaré a tu lado. Nos comeremos el marrón juntos.- Dijo Tyler agarrándome la mano.
-Oh, que monos.- Dijo JJ agarró a Reid de la cadera y este apoyo la cabeza en la de JJ.
-Jamás creí que os vería así.
-Algún día, se lo diremos al mundo.- Dijo JJ.
-Algún día...- Repitió Reid.
Nos pasamos el resto de la tarde los cuatro juntos, pero tuvieron que irse, al parecer me había librado del papeleo de este caso.
A última hora del día, vino a verme quien menos me esperaba.
-Daniel.- Dije al verle entrar.
-¿Cómo estás?- Dijo desde la puerta como con miedo.
-Dolorida. Pasa hombre, que no muerdo.
Terminó de entrar en mi habitación con las manos en los bolsillos y la cabeza gacha, como si se sintiera culpable.
-¿Daniel, estás bien?
-Briana, lo siento muchísimo.- Dijo al borde del llanto.
-Eh, ¿Pero que dices?
-Mi hermano casi te mata.
-Pero tu no tienes la culpa. Ni siquiera sabías que él existía.
-Y encima le maté... ¿que clase de hermano soy?
-¿Has hablado de ello?
-Hablé con Reid. Me dijo que no iría a la cárcel ya que era un asesino muy buscado, y que busque ayuda profesional.
-¿Un psicólogo?
-Básicamente.
-Si... Tyler me ha dicho lo mismo.
-Me siento como una mierda.- Dijo ocultando la cara entre las manos.
-¡Daniel eres un héroe! Me salvaste la vida.
-Una vida por otra.
Me fijé en su sudadera. Estaba sucia, bastante usada y algo rota. La que llevaba desde que le conocí. Entonces, caí en la cuenta de algo.
-¿Todavía no has vuelto a casa?
-No...
-¿Por que?
-Yo... tengo miedo.
-¿De que? Todo está arreglado.
-¿Y si ya no me quiere?- Dijo con los ojos cristalinos.
-¿Pero que dices? Shopie te quiere con locura, yo la he visto echarte de menos. Tienes que volver.
-¿Y si no me quiere de vuelta?
-Eso si que es una locura, Daniel.
-¿Todo se ha acabado para siempre?- Pregunto mirándome.
-Si. Nadie más va a sufrir por esto.
-Entonces... volveré a casa.- Sonrió un poco.
-Bien dicho. Y mejor que le des ese anillo a su legítima dueña.
-Lo haré.- Dijo enseñándome la cajita.
Narra Daniel:
Cuando salí del hospital, fui andando hasta Abbey Road. Tuve que pasar toda la tarde caminando y llegue a eso de las nueve y media, lo cual significaba que era de noche.
Cuando subí las pequeñas escaleras que daban al porche, me temblaban las piernas, y cuando pretendía tocar el timbre, la mano me temblaba tanto que cualquiera hubiera dicho que tenía parquinson.
Al final conseguí tocar el timbre. Sabía que a esta hora Shopie no iba como una flecha ha abrir la puerta, así que aproveché para limpiarme un poco la sudadera y ponerme bien el pelo, parecer lo más decente posible en ese momento, vamos.
Cuando la puerta se abrió, vi a Shopie, con su pijama de unicornios, de manga corta y pantalón largo. Llevaba una chaqueta larga medio caída por el hombro izquierdo y el pelo recogido en un moño improvisado.
Cuando me vio, su boca se abrió de golpe y sus ojos como platos. No dijo ni una palabra, simplemente se quedó ahí quieta mirándome. Flipando mejor dicho.
-Hola.- Dije con una sonrisa.- Shopie yo...
-¡¡Estás aquí!!- Grito interrumpiéndome y abalanzándose en un abrazo.- Estás aquí...
-No sabes cuánto me alegro de verte, mi amor.- Dije abrazándola.
-¿Estás bien? ¿estás herido?- Dijo preocupada al separarse.
-No, no. Estoy bien, tranquila.
-¡Cuanto me alegro!- Volvió a abrazarme.- Vamos, pasa. Te prepararé un chocolate caliente con canela.- Dijo sabiendo que me encantaba.
Entramos y le conté a Shopie todo de principio a fin, sin dejarme ningún detalle.
-¿Tenias un hermano?- Dijo extrañada cuando acabé.
-¿Eso es lo único que te extraña de todo?
-No, claro que no. Pero... todavía no puedo creerlo.
-Se que cuesta...
-Oh, no te preocupes mi vida.- Dijo acariciándome las mejillas.- Todo se a acabado.
-Bueno... en realidad me queda una cosa por hacer.- Dije rascándome la nuca.
-¿El que?
Me levanté del sofá y me apoyé sobre una rodilla.
-Daniel, ¿Que haces?
-Shopie, llevo tiempo queriendo hacer esto y... a pesar de todo lo que ha pasado, lo mucho que hemos sufrido los dos... creo que ya estoy preparado para preguntártelo.- Sonreí y saqué la cajita de mi bolsillo.- Shopie de Luca Barone, me concederías el mayor honor del mundo, hacerme el hombre más feliz del universo y... ¿querrías casarte conmigo?- Dije abriendo la cajita y mostrándole el anillo.
Shopie se llevó las manos a la boca y comenzó a reír.
-¡SI!- Gritó.- ¡Si, si, si, si y un millón de veces si, mi vida!- Dijo y se abalanzó sobre mi con tanta fuerza que me tiró al suelo.
-¿Enserio?
-¡Claro que si, tonto!- Dijo entre risas y yo le di el anillo.- Es precioso.
-Como tu.- Dijo y ella me besó.
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¡No fui yo!
FanficEl primer caso de la nueva inspectora de homicidios, Briana Stone, tiene atemorizada a toda la ciudad de Londres, donde un asesino en serie esta siguiendo las macabras historias de Edgar Allan Poe. Para resolver el caso Birana tendrá que aprender a...