-¡Nina! ¡Nina! ¡Levántate mujer! –Logró entreabrir los ojos, cuando enfocó la mirada, pudo ver a Natalia, que intentaba despertarla-
-¿Qué pasa? –Nina se expresó con voz de cansada, apenas podía hablar. Intentó volver a dormirse, mientras se acomodaba entre las suaves sábanas.-
-No, no y no. ¡Hay mucho Madrid por recorrer! ¡Vamos Nina! –Nat destapó a su amiga y le acercó los zapatos al pie de su cama- ¡Levántate! –Dijo esto último y cerró la puerta, dejando a Nina desconcertada sentada en el borde de su cómodo colchón. Después de estirarse como todas las mañanas, Nina buscó en su clóset un par de Jeans y una sudadera amarilla, luego metió sus pies en las converse rosas y salió de su habitación. Se encontró con Natalia, que estaba terminando de hacer el café en la nueva cafetera. ¡Nada como un rico café caliente en la mañana! Para Nina era un energizante natural que te hacía despertar de los pies a la cabeza. Nat le pasó una taza a su amiga y esta la saboreó. Mmm, extrañaba el café de máquina, tenía un sabor exquisito. Algo que su padre le había transmitido era el gusto de tomar un buen café todos los días.
Luego de que desayunaran, se dirigieron al auto de Natalia. Comenzaron a recorrer avenidas y calles de esa gran Madrid, que no dejaba de sorprender a Nina. Cada tanto, Nat hacía paradas en sitios importantes de la Capital. Se pasaron todo el día recorriendo parques, plazas, museos y catedrales. Cada lugar que visitaban era una nueva maravilla que Nina descubría. Había momentos que Natalia reía de las reacciones de su amiga al ver algunos de los sitios de Madrid. Almorzaron en un pequeño restaurant, cerca de La Plaza Mayor. Un lugar súper pintoresco y colonial. Nina, a este punto estaba más que feliz. Tanto los lugares como las personas que la rodeaban eran tan diferentes a lo que ella conocía. Pudo notar que habían tantas cosas que ella no había experimentado, viajar sola, por ejemplo. Se sentía con la libertad de hacer lo que ella quisiera, cuando quisiera y de esa forma, podía aprender y experimentar muchas cosas nuevas que cambiaban radicalmente su manera de ver el mundo.
Ya eran cerca de las 7 de la tarde, eso significaba que se acercaba la “Salida de bienvenida” que Nat había programado. Era sábado y Nina estaba segura que los clubes y discotecas serían un océano de personas. Cuando llegaron al apartamento luego del gran paseo turístico, se metió a la ducha para luego salir del baño envuelta en una impecable toalla blanca. Comenzó a buscar que se pondría para esta primera noche que saldría en Madrid. Se decidió por una minifalda negra y una blusa color turquesa con trasparencias que le daba al outfit un toque sensual. Luego de colocarse sus tacones negros con plataforma se dedicó a maquillarse. Nunca exageraba, solo se colocaba delineador y bastante rímel, para tonificar sus pestañas. Ya lista, se colocó perfume favorito: “Miss Dior” que sin saber por qué, le recordaba muchísimo a su familia. Salió de la habitación para sentarse a esperar a Natalia. En ese lapso de tiempo, llamó a su madre, que la extrañaba bastante. Esta le contó que el travieso de Dani se había escapado para ir a una fiesta ¡Menudo adolescente! Nina río para sus adentros, recordando esos tiempos. Al cortar se encontró con una sexy Natalia, que llevaba puesto un corto vestido negro con un poco de escote. Además llevaba sus ojos bien delineados y sus labios pintados de rojo, ya era como una marca personal que Nat tenía.
-Grrr –Nina emitió, Nina solo soltó una carcajada-
-Vamos gilipollas, que se hará tarde –Nat pronunció mientras se dirigía a la puerta- Quién sabe si volvemos con una borrachera importante, creo que sería mejor ir en taxi. –Nina solo se rió, verdaderamente ella no tenía esos planes.-
Salieron del edificio y pidieron un taxi en la puerta. El chofer condujo unos 15 minutos y finalmente llegaron al destino. Nina pagó y se bajaron del automóvil. Al darse vuelta, se dio cuenta que para entrar, había una fila tan larga, que llegaba a la otra esquina. Automáticamente pensó que les llevaría horas lograr entrar, cuando se dio vuelta para hablar con Nat, ella ya estaba secreteándose con el de seguridad y acto seguido, haciéndole señas para que se acercara. Las dos chicas entraron como si nada, ya podían sentir la música que retumbaba dentro de ella.
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Como café por la mañana (Fan Fic Rubius)
FanfictionMuchos dirán: ¿Por qué renunciar a una vida perfecta? Una vida llena de lujos y satisfacciones que cualquiera daría lo que sea por tener. Poder ser dueño de una mansión en la mejor área de la región, tener siete autos de alta gama, un campo a las af...