Capítulo 21: Mantener el orgullo. O perderlo.

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-Aaaay no. Natalia, mañana. -Me expresé con mi paciencia a punto de colmarse, mientras que Nat seguía sigilosamente mis pasos, atosigándome con una voz chillona incorporada, para obligarme a escupir todo lo que pasó de una vez.-

-¡Poooorfis! -Ella juntó sus manos en forma de plegaria, acercando excesivamente su rostro al mío.- ¡Al menos un poco! ¿Besa bien? -Se quedó expectante a mi respuesta, pero luego de una milimétrica pausa, auto contestarse con un resoplido.- ¡Ni me lo digas! ¡Seguuuuro debe besar bien! ¡¡Ese chico está de infarto!! -En cualquier otra situación, yo hubiera vociferado un agudo "¡Natalia! No digas eso." Hasta me hubiera reído. Pero en este caso, las cosas eran muy diferentes y la única acción que tuve que hacer para que ella lo notara fue enarcar levemente una ceja.- ¡¿Qué?! ¡¿Cómo que eso?! Ah no, ¡Ahora con más razón! Te sientas y me cuentas, guarrilla.

Solté un hondo y largo suspiro, mientras que me dejaba caer sobre el sofá de colores con mis ojos cerrados, resignada a todo.

-Es un... -Fruncí mi boca, con la intención de no desatar mi enojo. Pero eso era prácticamente imposible. - Gilipollas. -Escupí, finalmente, sin ningún ánimo de explicar el embrollo en el que me había metido.-

-¿Qué? ¿Así, s-sin más? -Permaneció callada unos instantes, a la vez que yo frotaba con las yemas de mis dedos mis sienes con exasperación, aún con los ojos cerrados.- Y... ¿Cómo se tomó lo de...? - La interrumpí, a sabiendas de lo que diría.-

-¡¿Lo del rubius?! Já, de puta madre. -Una sarcástica carcajada se desprendió de mi garganta.- Estaba tan nervioso que ni las palabras le salían. Hasta me regañó, ¿Puedes creerlo? -Subí una ceja, disconforme, para luego morderme el labio.- Me dijo que tendría que habérselo dicho antes. ¡Es... increíble, en serio!

-Qué infeliz. -Ella soltó un resoplido, a la vez que pronunciaba estas palabras con asco.-

-Y hay más...

-¿Más? -Natalia abrió sus ojos, llena de sorpresa. Se acomodó en el sofá para estar más cerca de mí.- Cuenta, cuenta. -Dio ligeros golpecitos sobre mi pierna con impaciencia, esperando más información.-

-Bueno, ya habíamos llegado y ya parecía más que solucionado su... crisis de personalidad, o como sea.Entonces, yo solté, de forma estúpida, muuuy estúpida, algo así como un "Hasta luego Rubius" y ahí todo se fue a la mierda. Me miró muy mal, ¡Con odio! solo porque le dije "Rubius".Solo me dijo, frío como el hielo "Dime Rubén". Luego intentó arreglar lo que dijo, pero ya era tarde, ya había quedado como un imbécil. -Estaba completamente enojada, y mientras más hablaba, mi ceño se fruncía aún más. Natalia me observaba, atenta a cualquier momento ideal en donde ella pudiera insertar un comentario en la conversación.-

-Tal vez se excita cuando le dices Rubius y prefiere  Rubén para no hacerlo tan obvio. -Ella dijo, con el mejor tono serio, el cual se desvaneció en el aire al momento en donde soltó una tremenda carcajada que inundó la habitación. Al principio no la seguí, estaba demasiado enojada como para hacerlo. Pero inevitablemente, los comentarios de Natalia hicieron que la risa reprimida saliera de mi boca. Al cesar el momento, ella volvió su mirada hacia mí.- Bueno, pero ya, ¿Pasó algo... más?

Mi respiración se tensó por el solo hecho de recordar cómo su mano sostenía firmemente mi cintura, cómo mi cerebro dejaba de hacer sinapsis justo cuando el se colocaba más cerca de lo normal.

-Bueno... -Comencé a jugar con mis dedos, intentando no levantar la vista.- Sucede que luego de eso, me cogió por la cintura y... y... De verdad, que ya he dejado de entenderlo.

-¿¡Qué!? -Debido al evidente nerviosismo que creció en mí, las ideas en mi mente se mezclaron, produciendo que ni una palabra coherente saliera de mi boca.-

Como café por la mañana (Fan Fic Rubius)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora