Poema LXV: Conozco las noches solitarias y carentes de ilusión

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Tengo un sentimiento de amor efímero como un respiro.
Siento la brisa rozar mi rostro.
Y el amor emerger de mi corazón.
Escucho el canto de los pajarillos y el lejano matiz de tú voz.
A las olas que constantes arremeten contra mi y arrastran todo dolor.
Siento vacío mi interior.
Sé que la lluvia borra los rastros, pero cuanto quiero seguir el camino que me lleve a ti amor.
Nunca me detendría hasta encontrar la felicidad donde sea que estés, y aunque desesperadamente pierda todo control al besarte y traspasar la frontera de la locura me sentiré una vez más completo junto a ti.

Conozco las noches solitarias y carentes de ilusión.
El triste invierno sin color.
El dolor de un alma que abandona el cuerpo y lo deja sin respiración.
El amargo sabor del veneno que lo deja todo muerto a su alrededor.
Y la densa niebla que oculta tú ubicación.

Desearía ser el viento que incesante se mueve por llanuras, colinas y montañas, y que todo lo envuelve en sí.
Ser el sol que resplandeciente elimina toda oscuridad y sustituya a la noche sin ilusión, que trae un haz de esperanza y un tierno beso de vida que devuelve la respiración.
Ser el alegre verano que derrita la nieve y devuelva el color.
Ser la cura de veneno y el lumínico farol que guía tras la niebla.

Ya lo sé todo, y sin embargo he olvidado mucho de ti; olvide tú sonrisa, la textura de tú piel, el olor de tú perfume, el color de tus ojos y el sabor de tus labios, pero recuerdo tú dulce voz, el ritmo de tú corazón, los susurros nocturnos que clamaban tú amor y cómo me sentía completo al estar próximo a ti.

Ya escuché todo lo que debía ser escuchado, y sin embargo aún te busco por doquier para escuchar el único sonido simple que vale la pena ser oído: Te amo.

Atenta y amorosamente: MiguelSpeare
[Miguel Hernández]

Poesía: Sorpresa para el CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora