Poema LXXXIV: Cristalino

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Veo tu cara cercana a la mía, tus delicadas manos se mueven inquietas, y la sonrisa responsable de detener el mundo al fin se muestra.

Mis labios se agrietan, mi garganta está seca, mi corazón emprende carrera, quiero decirlo pero no encuentro la forma de hacerlo. Siento mi cara arder, mis labios se separan ligeramente, ya diré todo aquello que por ti siento... pero los nervios pueden conmigo, mi mente se va en blanco, mis piernas flanquean, mi vista se vuelve borrosa.

Pero ahí aparece tu voz siempre serena y hermosa, me llena de vida, la claridad regresa, tenso mis manos buscando valentía, y al fin abro la boca.

"¡Te amo!"

Lo gritó sutilmente, como declaración condensada de todo aquello que deseo decir. Tus ojos se abren ligeramente ante la inesperada sorpresa, sus mejillas se sonrosan, la sonrisa se extiende y me contagia, siento el corazón desprenderse de mi pecho, tus cristalinos ojos desprenden brillo y se encuentran con los míos. Y es así como lo leo, veo muy bien que lo entiendes.

"¡Te amo! Amo estar a tú lado, amo tú sonrisa, amo tus cabellos, amo tú presencia, amo embriagarme con tu alegría, amo todo lo bueno y también todo lo malo, lo amo simplemente porque proviene de ti"

Corro directo hasta ti y te envuelvo en un abrazo, llevas tú cabeza a mi pecho, y seguro escuchas todo lo que tiene mi corazón por decirte, tomas mis manos, alzas tú cara y la diriges a la mía, y en un pequeño susurro que silencia todo, lo oigo: También te amo.

Atenta y amorosamente: (Luego de largo tiempo) MiguelSpeare

[Miguel Hernández]




Poesía: Sorpresa para el CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora