Capítulo 2.

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Departamento número 54.

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Días después del acontecimiento con su vecino sus vidas volvieron a tomar su rutina, sin embargo, cuando NamJoon le saludaba podía notar aún un ligero destello de vergüenza en sus ojos y eso le causaba diversión al mayor.

Por otro lado NamJoon se sentía como un idiota, él en serio no comprendía como demonios fue tan descuidado y dejo que Jin lo viera en esa situación, seguro Jin ahora creía que él era un gigolo o alguna mierda de ese tipo. Él sabía que no había razón del por qué sentir pena pero ¡demonios!

No se trataba de la vecina de al lado, o de el idiota ruidoso del departamento 53 ¡Fue Jin! ¡JIN! No era un secreto para él estar totalmente consciente de la atracción tan grande que traía hacía aquél Adonis que tenía por vecino.

Porque vamos, Nam sería un mentiroso muy bajo si dijera que Jin no le gustaba, y bastante, sabía que muchas veces lucía como un maldito pervertido cuando se le quedaba viendo detenidamente y miles de pensamientos “impuros” cruzaban por su cabeza.

Y él lo sabía, sabía que era algo “desagradable” ante los ojos de los demás si supieran lo mucho que Jin le atraía, pero joder si tan sólo vieran a Jin comprenderían la sucia mente de NamJoon.

Con ese cabello castaño perfectamente liso, su cuerpo esbelto y largas piernas perfectamente ajustadas a un par de jeans, y esos labios...malditos labios que se cargaba.

NamJoon realmente quería a Jin en todas las formas posibles, sin embargo durante todo ese tiempo de conocer al jóven, con las pocas veces que cruzaron palabras él llegó a la deducción de que Jin no era alguien para una aventura de sólo una noche.

Jin era ese tipo de persona que merecía más que eso, y no es que él fuera una especie de perro en celo que anda buscando personas únicamente para tener sexo. Pero, él sabía que no podría brindarle eso que Jin se merece y esa única razón ha sido el motivo del porque él nunca tomo una iniciativa. Y mediocremente se conformaba con las cortas palabras que mantenían en sus pequeños encuentros rutinarios.

~•~

Un día Jin logró ser convencido por su mejor amigo y decidió ir a “divertirse” con él algún lugar en el centro de la ciudad, Jin se encontraba en la barra con Lee Jae Hwan.

El idiota vivía echandole en cima a todo ser viviente que se cruzara ante la vista de SeokJin, Ken era un constante “Jin, no sé como haces para vivir de esa manera. ¡Yo moriría!” A Jin le gustaría realmente creer que eso último era una simple exageración, pero joder, Ken “amaba tanto a las personas”–como solía decir él cuando hablan al respecto– que Kim estaba muy consciente de que su buen amigo nunca podría llevar el estilo de vida tan tranquila que él llevaba.

¡Y con un demonio! Jin amaba su vida, Jin realmente amaba su pacífica vida irrelevante ante los ojos ajenos.—... y así fue como la chica termino huyendo de mis brazos por culpa del otro imb...¿Jin? ¡Oye Jin! ¿Escuchaste algo de lo que dije—Así el joven hombre lo sacó de sus pensamientos, Jin volvió a la realidad notando a un Ken con un ceño ligeramente fruncido cayendo en cuenta que lo había hecho de nuevo, no prestarle atención.

—Lo siento, ¿qué decías?—Ken rodó los ojos con fastidio.

—Nada Jinnie, olvídalo ¿vamos a bailar? ¿Ves esas chicas de allá?—Señalo con su mirada a una pequeña mesa al fondo del lugar con unas cuatro chicas aproximadamente.—Hace rato llevan viéndote grandulón. ¿Qué tal si mueves el culo de la silla y tomas la iniciativa por primera vez en la vida—Sonrió pícaro y Jin suspiro claramente con desagrado, miro disimuladamente a las chicas y no estaban tan mal a decir verdad pero Jin simplemente no estaba interesado.

«Neighbors» (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora