Capítulo 33.

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Una última noche.

***



SeokJin le había ofrecido una taza de té a NamJoon mientras se sentaban en el sofá. El menor había aceptado tomándola en sus manos, NamJoon ya había cambiando su ropa por unos pantalones de pijama y una camisa negra que Jin le había prestado. 

Minutos antes, cuando se encontraba en el baño cambiándose se encontró asimismo en el espejo, con un rostro lamentable, más delgado, más pálido, más demacrado. Su cabello lucía sin brillo, y sus ojos reflejaban días sin dormir. ¿Por qué te has permitido llegar hasta este punto? se cuestionó al verse. ¿Por qué le has hecho esto a Jin? ¿Qué pretendes estando aquí en primer lugar? ¿Con qué maldito fin estás aquí?  Su yo racional lo estaba cuestionando, porque después de días sin aparecer de repente él lo hace en medio de la madrugada.—Jin realmente debe odiarme—Se dijo soltando un suspiro. Se puso la camisa y salió del pequeño cuarto completamente rendido.

Ahora, allí se encontraban los dos, viéndose las caras pero sin formular palabra alguna. NamJoon no sabía por donde empezar y Jin tenía miedo a preguntar, porque en el fondo temía a la respuesta.—Yo...—Empezó hablando NamJoon.—quiero disculparme por aparecer así tan de repente...—NamJoon había dejado de mirarlo, su vista se encontraba en algún punto en el suelo, Jin dio un respiro intentando contener sus emociones.—Hace unos días me encontré con alguien, un hombre.—El rostro del mayor se vio completamente asombrado mal interpretando ese comentario. NamJoon lo notó.—No de esa manera.—Aclaró dándole al fin una mirada.—Fue mi compañero en el instituto...Bueno, él y yo tuvimos algo así como nuestra "historia"—Hizo comillas ante estás últimas palabras.—Él me ha dicho algo que me ha dejado mucho que pensar...

—¿Sobre nosotros?—Cuestionó Jin dando por hecho una afirmación. NamJoon movió su cabeza asintiendo, Jin cerró los ojos dejando caer su cabeza en el sofá.

—Verás Jin, yo...he tenido pequeños problemas sobre el hecho de aceptarme a mi mismo.

—¿En qué sentido?—NamJoon apartó la mirada.

—En todo sentido. Aún hay ciertos temas que me mortifican—Confesó al fin. Jin realmente no se esperaba esa respuesta.—Como el yo siendo un imbécil. Es decir, me gustaría ser esa persona que te amará incondicionalmente. 

—¿Y no es así?—Se atrevió a pregunta. El silencio de NamJoon le dijo todo.—Ya veo...—Bajo su mirada conteniendo las lágrimas. El moreno se acercó a él y lo tomó en su brazos queriendo darle alguna especie de consuelo, inútilmente sin embargo, pero allí estaban y lo último que podía hacer era alejarse e irse. Él necesitaba una última noche antes de partir.—Te estoy odiando mucho NamJoon. Porque, tu...—Hipo debido al llanto que se había avecinado segundos antes—No puedes venir y destrozarme como si...como si yo fuera nada.—La voz quebrada de Jin terminó de colapsar su barrera, las lágrimas se deslizaron por sus mejillas. Y tomó a Jin más fuertemente en sus brazos, ocultando su rostro en su cuello inhalando por última vez ese dulce aroma corporal que tanto lo embriagaba.

—Ódiame Jin, tienes todo el derecho de hacerlo—Sollozó; SeokJin se aferró a sus hombros con fuerza sin dejar de llorar intentando apagar la  llama de dolor creciente en su interior. Porque el dolor era tan intenso que sentía que se desmayaría. 

 —Me gustaría realmente poder llegar a odiarte NamJoon. Pero el amor que te tengo es más grande que ese sentimiento.—Dijo con un hilo de voz. NamJoon no pudo evitarlo más, así que lo tomo del mentón para que alzase la vista y de esa manera poder encararlo. Los ojos de Jin se encontraban ya hinchados por las lágrimas  y su naricita estaba roja, NamJoon no se encontraba en una mejor forma. Posó sus pulgares en sus mejillas apartando las lágrimas que se resbalaban por estas y le dio una sonrisa débil, Jin no se inmutó, se mantuvo mirándolo esperando su siguiente acción, la cual no tardó en llegar. El moreno se acercó a sus labios y los unió con los suyos, Jin cerró sus ojos dejándose llevar por la suave caricia, NamJoon lo besaba con suavidad y lentitud, un beso lleno de dolor y nostalgia, de sentimientos acumulados, de palabras nunca dichas. Y en ese momento, en el que NamJoon llevó la mano a su cintura atrayendo lo más a si mismo supo que eso era una despida. 

«Neighbors» (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora