Capítulo 38.

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Orgullo.

~•~

NamJoon no tenía planeado encontrarse a SeokJin.

NamJoon no había salido con el objetivo de ir a buscar al mayor. Pero el mundo es demasiado pequeño, y ¿qué podía hacer NamJoon al ver a Jin corriendo por la lluvia? Él sabía que Jin la odiaba ¿por qué él simplemente no pudo seguir su camino? No, demonios él simplemente no pudo pasar de largo. Porque era Jin, y él tenía la necesidad de al menos sentir su presencia cerca de la suya. Y sí el universo quiso alinear puntos para que ellos se encontrarán, él definitivamente no podía dejarlo ir.

—¿Na-NamJoon?—Escuchó la voz salir en un hilo a penas audible, casi en un surro. El moreno quien era unos cuantos centímetros más alto bajo levemente su mirada y le dio una sonrisa débil.

—Hola, Jin.—Dijo sacando a Jin por completo de su shock repentino haciéndolo parpadear varias veces para poder creérselo. Jin no se inmutó de su lugar, se mantuvo plasmado allí con sus puños cerrados. NamJoon pudo notar como de repente su semblante se tensó.

—Aléjate de mi vista.—Su voz sonó completamente amenazante. Hizo al moreno retroceder unos dos pasos.

—Jin, yo...

—No NamJoon.—Lo calló. de forma instantánea, no quería escucharlo.—Tú simplemente no puedes aparecer y reaparecer cada maldita vez que se te dé el antojo. ¿Quién demonios crees que soy? ¿Un idiota con quien puedes jugar? No. Te equivocas.—NamJoon quería decir algo, él realmente deseaba hacerlo pero ¿qué podía decir? Jin tenía razón después de todo.—Soy Kim SeokJin, y soy un hombre con dignidad. Así que si me disculpas, me voy yendo. Ten una agradable tarde Kim NamJoon.—Su voz no tenía un atisbo de nada. Completamente fría, sin sentimiento alguno, al igual que su semblante. El castaño le hizo una seña con su mano al autobús que se aproximaba y cuando se detuvo se subió en el.

Dejando a un NamJoon allí, bajo la lluvia, completamente sin habla. El moreno se encontró a si mismo sorprendido, pero, al mismo tiempo sonriendo viendo el transporte público marcharse.
Porque Jin, seguía siendo Jin, el chico del cual se enamoró hace tres años con el simple hecho de escuchar su voz. Si NamJoon quería conquistar su corazón, le sería difícil, porque Jin estaba demasiado dispuesto a mandarlo al demonio todas las veces necesarias.

Por otro lado, Jin se sentó en el primer asiento vacío que logró divisar y soltó todo el aire que estuvo conteniendo en ese momento. Aún seguía en una especie de estado de shock, porque después de tres meses finalmente vio a NamJoon.

De todos los escenarios en los que imagino encontrarse con él, ése en particular fue el último que cruzó por su cabeza, bajo su mirada y vio sus manos temblar. Una extraña sensación recorría su cuerpo, sentía algún tipo de impotencia y ganas de llorar.

Él realmente quiso golpear la cara de NamJoon en ese momento. Pero Jin no era del tipo que montaba escenas en público. Sin embargo, otro sentimiento recorría todo su ser, y ese en particular era el que más estaba odiando. Porque NamJoon aún causaba ese efecto en él, entonces Jin recordó los hoyuelos de NamJoon formándose en su rostro al saludarlo, recordó el sonido grave de su voz, y sobre todo, recordó sus labios.—Maldita sea...—Habló para si mismo golpeándose levemente con la palma de su mano al ser consciente de sus pensamientos. Él no podía encontrarse con NamJoon nuevamente, porque su estúpido corazón tomaría el control de su cerebro y él no podía permitir eso.

Él no no podía caer nuevamente en esa basura. Finalmente sacó su celular para enviarle un mensaje a JiMin, abrió el chat de y empezó a teclear.

«Neighbors» (Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora