NO TODO ES LO QUE PARECE

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4:00am

—Hola amor, me extrañaste.

Tira de mi cabello hasta sacarme de la cama. Llevo mis manos a la cabeza intentando disminuir el dolor.

—¡Dreck estás loco! ¡Suéltame! —mis lágrimas comienzan a brotar.

De un momento a otro estaba durmiendo y después llega azotando la puerta y tirándome el cabello.

—Te dije que me esperaras despierta —me suelta hasta que estamos en su habitación.

Intento llegar a la puerta pero se interpone—. Por favor...

Su puño impacta en mi mejilla haciéndome caer, su risa no tarda en aparecer. Intento pararme pero patea mi pierna.

—¿Acaso te dije que te levantaras?

Comienza a desabrochar su pantalón y automáticamente mis ojos se vuelven a llenar de agua, retrocedo con ayuda de mis manos y piernas.

—Dreck, aléjate —digo en un intento de valentía.

—Yo hago lo que quiera y hoy me apetece tu boca aquí abajo nena —sonríe siniestro.

—¡Débora! ¡Ayuda, auxilio! —grito con todas mis fuerzas.

Intento moverme para no quedar a su alcance, pero no es suficiente, logra ponerse sobre mí, reparte golpes sin objetivo alguno, no le importa si van al rostro, al pecho o al mismo suelo, lo oigo vociferar, todo lo contrario a mi voz que se a vuelto inaudible.

Justo antes de permitirme cerrar los ojos veo a Débora detrás de él.

Tal vez no me mate hoy...

Un claxon me trae a la realidad. Malditos recuerdos, me giro y veo a Ethan, es inevitable soltar un suspiro después de verlo.

—¿Pesadilla?—cuestiona con una leve sonrisa.

—Algo un poco más real, ¿ya casi llegamos? —devuelvo la pregunta.

—Así es preciosa —me dedica una sonrisa torcida.

—Es estresante este maldito país y todo el acecho que hay en el.

—Ly, ya sabes cómo es esto —suspira cansado.

—Lo sé, pero no puedo evitar sentirme cansada, todo el tiempo estar cuidándome la espalda sin lograr nada, quiero que este sea el ultimo destino, si no obtenemos nada mandaré todo al carajo.

Suspira resignado a mi mal carácter, y yo me dedico a mirar por la ventana lo que resta de camino.

Ethan, es alto me saca una cabeza entera, tiene el cabello castaño rojizo como el mío, sólo que él es lacio y yo lo tengo ondulado casi rizado y largo, tiene un cuerpo bien trabajando, su piel es más bronceada que la mía, labios finos y delgados, nariz recta, también compartimos el mismo color de ojos; castaños muy pero muy claro, cualquiera diría que somos hermanos, aunque desgraciadamente no somos nada. En resumen, es atractivo.

Ambos somos italianos. La razón del por qué estamos aquí es por lo ultimó que supimos de ella; mi madre. Fue secuestrada hace 11 años, absurdo una búsqueda después de tanto, pero las fotografías son reales y aunque sean falsas necesito encontrar su cuerpo; con o sin vida. 

Estamos en los suburbios de Rusia, hemos estado los últimos 4 años en esta potencia mundial.

La vieron aquí, en Rusia, y desdé entonces hemos seguido su rastro,  quienes la tienen sabe muy bien como ocultarse y perder su rastro. La mayor parte del tiempo hemos seguido pistas o señales falsas, pero entre ellas están las reales.

Lo que nos llevó a estar en casi el 60% del país. Venimos de Magadan, en este último fue el más peligroso por las mafias involucradas, toda una guerra por el territorio. 

Eso nos ocasionó un encuentro con Reydmon Barone; un empresario de cuello blanco, es más que eso, es un bastardo con todas las letras, esta involucrado en el mercado negro como proveedor de armas, incluso a llegado a comercializar con órganos. Su gobierno cree que sólo hace estafas, la quiebra fraudulenta, malversación de fondos,  pero eso sólo es la punta del iceberg.

—Llegamos —Ethan me saca de mis pensamientos.

—Ya era hora —le digo de mala gana.

—¡Gabriel! —grito hasta que se digna a aparecer.

—Solberg que bueno que ya llegaron... —comienza a decir, no tengo humor el maldito recuerdo se llevó toda mi energía, ve mi gesto y concreta—. ¿Qué necesitas?

—¿Ya revisaron la casa? —cuestiono.

—¿Lo dudas? —inquiere simulando ofenderse.

—Siendo tú el encargado de hacerlo sí —su sonrisa no lo abandona en ningún momento, me dirijo hacia la casa que tengo enfrente.

—Me alegra verte —dice con la misma expresión.

Me giro antes de entrar—. Mueve tu lindo trasero hasta aquí y muéstrame mi nuevo hogar —digo esto último con todo el sarcasmo que hay en mí, logrando divertirlo.

Entramos a la casa y tengo que admitir que los inútiles hicieron algo bien, la casa la han pintado de café, tiene algunos cuadros de temática trivial, es suficientemente grande para que mis hombres estén cómodos, tiene bodega, estudio, un escape subterráneo, son 10 cuartos para mis hombres con dos camas en cada uno. En la segunda planta está la de Ethan, Connor, Gabriel y la mía, todo es nuevo y vale mencionar que está a una distancia prudente de la ciudad. Por lo tanto los cargamentos los podemos hacer sin problema.

¿Qué hacemos? ¿Y quiénes son los demás?

Bueno, si conocemos a una persona como Reydmon no debemos ser unos santos, entramos en el lavado de dinero y de vez en cuanto un tato de drogas, y también somos la mente detrás de un buen robo, extorsión o eliminar a personas importantes.

Todo esto está conformado por 4 personas, Ethan, Gabriel, Connor y Marck, ya irán conociendo que hacen aquí.

Hasta aquí me dirijo al estudio para ver lo que haremos hoy en la noche.

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¿Esto es para ti? Dicen que la primera impresión es lo que cuenta sin embargo yo te aseguro, que algunas no son ciertas y otras dan en el blanco. ¿Cómo saber si esto es lo que aparenta? Sólo hay una forma de averiguarlo...

¿Confuso? Tan solo es el comienzo, sigue y te encantará.

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