Restaurante

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XXX

Vamos en total silencio, puedo notar que Connor está ensimismado viendo por la ventana, a él también le ha hecho eco lo que Marck nos ha contado.

Dante ha notado lo aturdido que estamos, me mira por el retrovisor cada 3 minutos.

—Quédate a una distancia prudente, que no vean la camioneta, caminaremos lo restante —habla Connor.

—El lugar es un restaurante. Dejaré la camioneta en la residencia más cercana —le informa Dante.

Continuamos el trayecto en silencio, Dante hace lo acordado y bajamos para llegar al lugar a pie.

En el camino encontramos locales y tiendas todo bellamente iluminado,  parece ser una zona muy transitada. Dante nos indica a lo lejos cual es el restaurante. Es de dos pisos con una terraza. Para llegar a él tenemos que atravesar un parque bastante amplio, cuando voy a continuar Connor me lo impide plantándose frente a mí.

—Iré yo. No traes peluca y sabemos que no podemos arriesgarnos a que te identifiquen quienes tú ya sabes.

—¿Te identifiquen? ¿Te escondes de alguien? —me pregunta Dante.

—Connor, no te voy a dejar ir solo, venimos a estudiar el lugar, entradas salidas, vamos a hacerlo juntos —digo ignorando totalmente las preguntas de Dante.

—Y así lo vamos hacer, pero sabes que tengo razón además conseguí esto —saca unos lentes de su pantalón —tienen una cámara que grabará todo. Regresen a la camioneta y verán todo lo que yo vea desde tu celular.

—Connor, yo no estoy segura —digo.

—Pero yo sí, además si algo sale mal tienes que ir a mi rescate, haré todo lo que tu harías si crees que me falte algo me llamas —me guiña un ojo para después alejarse.

Regresamos a la camioneta y justo como dijo podemos observar el lugar desde mi celular.

Dos guardias en la entrada y una cámara de vigilancia son lo primero que se aprecia, Connor mira hacia los lados y los edificios a sus costados  tienen cámaras.
Pasa de largo por los guardias y llega con una señorita a preguntar por el gerente.

Mogu li ya vam pomoch', ser?  (¿Puedo ayudarlo señor?)

—Lo siento, no hablo ruso —expresa Connor seguro, sin mostrarse nervioso.

—En ese caso; ¿En qué puedo ayudarle? —cuestiona el gerente hablando en español.

—Me recomendaron el lugar para mi propuesta de matrimonio, aunque no veo por qué... —mira hacia los lados—. Pero quiero ver si pueden sorprenderme, si me convence rentare el lugar toda la noche, así que me gustaría ver el lugar.

—Señor no hacemos eventos exclusivos...

—Bueno primero tiene que convencerme de que este lugar es el indicado, ya después podremos negociar lo demás y le garantizo que el dinero no es problema, así que si usted no tiene ese tipo de autorización para negociar llame a quien sí pueda hacerlo.

Dante y yo nos miramos sorprendidos, jamás había visto a Connor hablarle así a alguien. Él es un hombre de actos, no de palabras incluso cuando estamos rodeados de delincuentes se limita a negar o asentir con la cabeza si algo le molesta lo arregla, todo en base a sus acciones.

—Entonces comencemos, por aquí por favor —pide el gerente.

El ruso le va mostrando el lugar, en la primera planta hay un espacio para 12 mesas, unas más grandes que otras más la barra y la cocina en la parte trasera, en el segundo piso es igual que el de abajo 12 mesas pero no hay paredes a los costados ni al frente, solo ventanas de cristal del techo al piso.

NO TODO ES LO QUE PARECEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora