NO TODO ES LO QUE PARECE

Galería

Dedicado a @tokimora8545

(estos signos ">>" significan que continúa el diálogo)

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Después de veinte minutos en un sepulcral silencio, un edificio de cuatro pisos nos recibe.

Hay ventanas del techo al suelo en todos los pisos, puedo vislumbrar las luces fuera y dentro del edificio lo hacen más elegante. Si por fuera se ve ostentoso por dentro no quiero ni imaginar.

Dejamos los automóviles en un estacionamiento subterráneo.

—Anda baja —pide Reydmon.

—Sólo dame un momento.

—Soy uno de los anfitriones, ¿crees que tengo tiempo para esperar? —exclama presuroso.

No le contestó y salgo de auto. Hablo por el intercomunicador para comunicarme con Connor.

—"Si no mato a Barone esta noche será un milagro"

—"Bambina sólo concéntrate en el plan, prometo sacarte de aquí en cuanto se acabe la noche"

—"Certo caro" (claro querido)

—¿Vamos a empezar de cariñosos? —nos interrumpe Barone.

—Ya quisieras —conteste con burla.

Antes de entrar me detiene del antebrazo y me gira hacia él.

—Hay fotógrafos, periodistas y posibles clientes tanto para la galería como para Security Center así que comportarte.

—Déjame decirte algo —hablo pasiva ocasionando que frunza el ceño—. Estos sitios no me gustan, las personas haya dentro me causan tirria, hoy serás mi compañero y eso me agrada aún menos. No soy tonta, mientras más rápido se acabe esto mejor para mí.

Con eso voy a paso seguro rumbo a la entrada y justo cuando voy a tocar la manija alguien la abre por mí.

Mis ojos no saben a dónde mirar, no hay personas en exceso pero los que se encuentran son unos pijos. Miles de pinturas y fotografías acaparan la atención de todos hasta que Reydmon entra.

Los periodistas y fotógrafos vienen como estampida.

Mi intención es huir, cuando me giro choco contra el pecho de Barone. Lo miro y él hace lo mismo, frunce el ceño para después volverme a girar y quedar frente a los fotógrafos.

—No digas nada y no sonrías —susurra en mi oído, me ofrece su brazo y lo tomo para después dar dos pasos hacia los caníbales.

Empieza el caos, no entiendo nada de lo que hablan pero parece ser que lo están entrevistando. Levanto la cabeza y muestro una gran sonrisa.

Me quedo quieta, algunos se han dirigido hacia mí, pero Barone me ha librado de ellos.

No sé cuánto tiempo pasa pero empiezo a perder la paciencia, y es justo cuando un fotógrafo me sorprende al tomarme una foto es que presiono el brazo de Barone mostrándome incomoda.

—Señor Barone, esta joven nos ha impresionado a todos ya que no es una mujer como las que suelen acompañarlo, además no deja de sonreír. ¿Será que es un acto de caridad el traerla aquí? —cuestiona una joven reportera bastante seria.

Mi incomodidad crece, al parecer Barone les dijo que no hablo su idioma y ahora entiendo cada pregunta.

Presiono su brazo indicando que me quiero ir. Un pequeño deja bu me invade.