2da Temporada... Regresando A Tu Corazón (Park Jung Min)

Capítulo 61: ¿Qué es esta cosita?

PJM: ¿desde cuándo estás así?
Stella: hace un par de semanas, pero ya me siento mejor, gracias - respondió con una tierna sonrisa
PJM: ¿sabes? Tus ojos tienen un brillo tan especial, y es que hace mucho no los había visto así - dijo nostálgico mientras tomaba el rostro a ella.
Stella: ¿y cuándo fue la última vez? - preguntó algo divertida pero su sonrisa se esfumó tan solo escuchar la respuesta.
PJM: cuando me dijiste que estabas embarazada de Min Joon- respondió bajando su mirada. Y es que le fue inevitable recordar, el instante cuando ella le dijo que esperaba un hijo de él pero no le creyó por que seguía convencido en la mentira del ex novio de ella.

Al escuchar esas palabras Stella se puso mucho más nerviosa, ya habían sido dos personas que le mencionaban la palabra embarazo y ahora si empezó a dudar. Para evitar el tema Stella cambió su mirada hacia su hijo, quien muy entusiasmado corría hacia ellos. Su padre lo levantó en sus brazos ya que él pequeño se desesperaba por estar a la altura de ellos.
Min Joon: ¡mami! ¡Papi! ¡Vamos a jugar! ¿Sí?, ¿sí? - preguntaba ansioso.
PJM: ¡yo sí quiero! - contestó feliz
Stella: oki mi amor, vamos a jugar ¿Pero qué vamos a jugar? - respondió muy animada a la petición de su hijo.

Min Joon: ummm yo quiero jugar a las escondidas - se bajó de los brazos de su padre y entre saltos de alegría respondió.
Stella: jajajaja sus deseos son órdenes. Yo voy a contar y ustedes se esconden ¿ok?

PJM: pero antes, voy a poner reglas. Somos dos los que estaremos escondidos y al que no logre encontrar en cinco segundos, deberá concederle un deseo ¿están de acuerdo? - preguntó astuto ya que sabía que tanto su hijo como él, harían todo lo posible para que Stella les concediera un deseo.
Min Joon: ¡sí papi! Me está gustando mucho el juego - dijo muy divertido.

Stella: ¡oki! ¡Eres astuto Jung min! jajaja. No sé por qué presiento, que ustedes dos me van hacer que yo les conceda el deseo - dijo sospechosa de las miradas que se lanzaban entre Min y su hijo. - voy a contar yo.
Min Joon: jijijiji ¡ya mami!, ve a contar para escondernos - replicó su hijo desesperado por jugar.

Stella muy decidida se dio la vuelta y quedando frente a un árbol con su brazo cubriendo sus ojos, se dedicó a contar.
Mientras que los dos niños astutos jugaban piedra, papel o tijera para elegir, quien era el primero en pedirle un deseo y para suerte de ella, el ganador fue el pequeño. Al terminar su juego silencioso corrieron a esconderse, Jung Min tenía un plan trazado y con lo que el niño le iba a pedir, seguro que la pobre Stella iba a perder.
El lugar donde se encontraban era muy espacioso, con un suave césped y alrededor de ellos había muchos árboles, que en ese preciso momento servían de escondite.

Stella: uno... dos... tres... cuatro... cinco... seis... siente... ocho... nueve... diez ¿están listos? ¡Voy a encontrarlos!

Se giró lentamente y antes de proceder a buscarlos, pensó que el que debía encontrar primero era a su hijo por lo que era más pequeño y podía escabullirse rápidamente, porque Jung min era más alto y era más fácil encontrarlo, sobre todo por el suéter de color blanco que llevaba.

Sin saber dónde se encontraban cada uno, ella se dirigió lentamente hacia los árboles, en especial a uno del cual provenían algunos movimientos extraños. Caminó hacia el lugar y convencida de que era su hijo, con mucha seguridad fue a sorprenderlo, pero lo único que no se imaginó, que terminara sorprendida por la persona inesperada.

Stella: ¡te encon...! - gritó feliz, pero antes de que terminara de hablar, Jung Min la sorprendió con un beso inesperado.
PJM: ¡te encontré! Jijijiji. - rio divertidamente, mientras ella lo miraba con un ojos asesinos, que lo único que provocaban que Jung min volviera robarle otro beso.

Stella: ¡ashh! ¡Te odio! - gritó molesta a pesar de que le haya encantado, aun así no iba a demostrarlo.
Jung min le encantaba verla tan molesta y entre risas y más risas, la tomó de la mano para juntos buscar a su hijo quien tampoco podía parar de reír tan solo ver las locuras de sus padres.