Capítulo 6.
Busqué la mirada de Ana, estaba mirando fijamente un punto, intenté buscar a algún chico que le atraiga. Pero nada, ni si quiera una chica. Debe estar pérdida en sus pensamientos.
Gabriela, mi compañera de matemáticas se me había acercado, era extraño, pues ella me buscaba antes de las clases de matemáticas, fue extraño verla acercarse sabiendo aún que mi siguiente clase era Inglés.
Lo cual lo ví ilógico, pues la siguiente clase la compartía con Melody, la chica que hablaba mucho.
-Necesito tú ayuda.- pidió simple, fruncí el ceño.
Un clásico conmigo, decir que necesitas ayuda pero a la final hablas conmigo puras idioteces.
Me levanté de mi asiento en la cafetería, no podía decir que no, pues sería una falta de respeto decir que no.
-No sé como declararme a un chico.- suspiró.
La rubia estaba muy frustrada, se le veía desesperada, nunca la había visto así.
-¿Y por qué a mí? Solo ayudo en problemas de la institución, no en problemas personales, para eso está la consejera. Ve a coordinación, busca a Vanessa, ella es la consejera.- informé pero ella solo frunció el ceño hacía mí.
Ella quería que yo la ayudara, pero no sirvo para novios.
-Tú has tenido un montón de novios, dime cómo hago para declararme a un chico.- suspiró desesperada.
Rodé los ojos.
-Nunca me le he declarado a un chico, ellos me lo piden.- pestañeo varias veces sin comprender a mi compañera.
-¿Nunca?- preguntó incrédula la rubia.
-Nunca.- musité y ella viró los ojos a un lado.
-Hagamos algo, me dices su nombre, yo investigo a ver si le gustas y si lo está ten confianza.- opiné y ella se quedó pensando y rápidamente contestó.
-Es una buena idea, así no me rompe el corazón de una vez.- suspiró mi compañera.
Le dí una sonrisa para que no se frustrara.
Luego de que me informara de quien era el chico y con quien se la pasaba en los recesos, me dirigí a uno de sus amigos.
Al parecer era amigo del hermanastro de Gabriela, ¿entendieron?.
Bueno, seguí mi camino a buscar al chico, o mejor dicho hermanastro de Gabriela.
Al encontrar al chico, me digné a detallarlo, ojos verdes, cabello azabache, tez clara y alto, me impresiona su estatura, pues según yo, soy alta pero el es mucho más alto que yo.
-Charlie, Charlie, ¿Estás aquí?- pregunté y él solo blanqueó los ojos.
-Si, si, ¿Qué quieres O'Kelly?- preguntó directo, pues tenía razón, nunca hablo con las personas así como si nada, siempre pido algo.
-Es muy pequeño.- dije haciendo con mis dedos de que era algo pequeño.
Él solo alzó la ceja, esperando a que hablara con respecto al chico que una amiga ama.
-Es sobre David, quería saber quien le gusta, si no es molestia para ti, por supuesto.- sonreí de lado, él solo frunció el ceño, jugueteé con mis dedos.
Estaba actuando, desde mi perspectiva lo estaba haciendo bien, el único problema era mi sonrisa burlona, lo sabía, es que no podía estar cada 6 segundos sin reírme de mis estupideces.
-Ah, eso. Pues, no te agradará. Le gusta mi hermanastra, ¿puedes creerlo?. Gabriela Sidney, por si acaso. No vaya a ser que te confundas con Gabriela Kennedy, la mayor.- habló y coloqué mi cabeza cabizbaja, como en forma de decepción.
-Hay más hombres en el mundo.- suspiró con pesadez mi compañero.
-Bueno,.. gracias Charls.- agradecí y caminé hacia Gabriela, mi compañera rubia de matemáticas, con los hombros abajo en forma de decepción.
Ella frunció el ceño.
-¿Qué sucedió?- preguntó ella analizando todas mis acciones.
Planté una sonrisa en mis labios que Gabriela no había notado.
Elevé los hombros, al igual que mi rostro, me giré a ella viendo la silueta de su cuerpo.
-Ve a declararte.- suspiré y corrí hasta la coordinación.
La brisa corría en mis alrededores, la rapidez de mis pies no era normal, uno delante de otro, mi falda se había alzado como un millón de veces pero no le dí importancia, luego de un maratón desde la cancha afuera del instituto en pleno sol hasta la coordinación que estaba cerca de la entrada; encontré a Ashley organizando unos papeles.
-¿Qué sucede?.- preguntó horrorizada por mi sudor, yo blanqueo los ojos y ella solo se confunde.
-Hay nueva pareja.- exclamé y ella abrió sus labios en una enorme 'O'.
Empezamos a chillar como adolescentes hormonales, aunque lo fuéramos. Solo que nunca actuabamos de esa forma.
-Chicas, dejen sus tonterías, deben organizar estos exámenes, colocar las notas, en esta planilla y luego ponerlo en la cartelera de anuncios.- anunció el profesor Miller, de matemáticas. Nosotras bufamos pero hicimos nuestro deber.
Mientras hacíamos lo de llenar la planilla empecé a contarle a Ashley lo de Gabriela.
Cuando terminamos, una voz grave que ya había escuchado día anterior, se formuló en la coordinación, por lo que Ashley y yo nos giramos a la puerta.
Los azules ojos del imbécil de Elliot se hicieron presente, fruncí el ceño ante su aparición.
¿Qué hace aquí?
-Necesito tú ayuda.- suspiró con una sonrisa traviesa.
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Lejos de Amarte
Teen FictionPerséfone es una chica muy importante en su institución, ella hace que cada uno cumpla sus papeles, que cada uno haga sus deberes, es como la jefa, mantiene todo organizado y preparado para lo que venga. Mientras, que Elliot es un chico desastre, le...