10.

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Capítulo 10.

El rostro confundido de Perséfone se me hacía conocido, parecía la reacción de Olivia cuando le dije que maté a su personaje favorito.

Perséfone se estaba creando ideas de lo que estaba sucediendo conmigo, el porque mis tíos estaban acá y él porque me voy a buscar a Riley.

Resulta que mi querida hermana menor, estaba en un club de Playboy, un chico le había ofrecido un trago de algo y ella se alejó, había salido del club y los policías creyeron que estaba tomando drogas y ella lo negó nerviosa, y cuando un policía ve un comportamiento nervioso es lógico que parezca culpable y por eso mi hermana está en prisión.

O'Kelly estaba frente mis ojos, ella aún sigue siendo la misma, sólo que ahora es más madura, ahora ella piensa en todos los detalles, algo que yo no hago.

Es muy madura, hasta pensaría que más que yo, pues siempre piensa en el bien de su instituto, siempre trata de ayudar a todos los estudiantes. Es muy autónoma.

En su mirada había interés, supongo que por mi. O no lo sé, quizá quiere ir a ver a mi hermana. El problema es que no se puede enterar de mi mamá, ni de mi familia, ni de nada. No podemos ser descubiertos, ahora solo soy un Briand, no un Briand North, no. Simplemente soy Elliot Briand.

-¿Quieres ir conmigo?- pregunté, no perdía nada. Solo provocaría la muerte de mi madre y mis abuelos.

-No, gracias.- suspiró y se giró a su habitación, no le dí importancia.

Pues ella dijo que no, y no en el idioma de la mujer es no.

Llegué al lado de mis locos tíos, sobre todo Jesse, es muy ocurrente, siempre busca otro camino fácil a las cosas, en cambio Kris es más serio, prefiere tener un largo y difícil camino, así al finalizarlo ser más fuerte.

Me despedí de la señora Grayson, para ya salir con mis tíos y subir a la camioneta de Kris.

En el camino, Jesse echaba bromas de que siempre que iba a un bar gay, siempre lo querían seducir mujeres y el solo negaba, tío Liam se reía de sus ridículas anécdotas, lo que hacen los gays.

Tía Diangel solo se dignaba a escuchar, era tan silenciosa como mi tío, ella le gustaba decir mucho su opinión pero es que, la comprendo, son unos gays lanzando bromas, no tengo opinión alguna.

Al llegar a la principal de policías, lo primero que hice fue bajarme de la camioneta, unos oficiales empezaron a hacerme preguntas sobre que iba a hacer allí dentro, yo solo suspiré, y dije que tenía que ver a Riley North.

Ellos me permitieron el paso, su respeto hacía mi me sorprendió, ¿acaso…?.

Mi pregunta no tenía que hacerla, pues ver a mis dos hermanas sentadas al lado de mi padre, me respondía la pregunta.

Olivia viró los ojos al verme, Priscella solo se dirigió a papá, haciéndole una seña de que llegué.

Papá me miró, sus azules ojos me recorrieron por completo, no le dí importancia –como siempre–, entonces hice lo que siempre hago, preguntar por mamá.

-¿Y mamá?- pregunté, en ese momento se repitió la misma acción que hizo Olivia, los tres voltearon los ojos.

-Está en Narnia, ¿qué te parece?- ironizó Olivia.

-Interesante, les había dicho que el closet de mamá era eterno.- la ironía también se apoderó de mí, es contagioso muy bien lo dicen por primera vez.

-¿Dónde está la "drogada"?- pregunté por mí hermana menor grande.

Tengo cuatro hermanas​, todas son menores. Tengo cuatro ratonas que tengo que proteger de depredadores, los cuales tiene por nombre "hombres".

-Pues, está en la última celda, allí está una amiga de ella.- informó papá, caminé hasta la última celda, donde pude reconocer a Moon, hija de Sunshine, amiga de mamá o algo así.

-Moon, ¿Qué tal?- pregunté casual y ella solo me dió una mirada preocupada, la rubia con gigante trasero solo respondió:.

-Horrible, ahora todos creen que nos drogamos, por solo un chico que nos estaba exigiendo que le compraramos.- suspiró con pesadez.

-¿Llegué tarde?- preguntó Alice, otra hija de una amiga de mamá, creo que era Ariana el nombre.

-No tranquila, nunca es tarde para los presos.- dijo sarcástica mi hermana.

Alice con una cara de miedo, solo se guardo sus comentarios, que penosa, la rubia se fué a sentarse en una banca.

Lo mismo hizo Moon.

-A ver, ¿Qué carajos habías en un club?- pregunté fastidiado con todo el tema.

¿Cuántas veces fastidie a papá de qué me fuera a buscar en la fría celda?.

Esa ridiculez no es nada importante, y siempre ponen en las noticias "hijo de Emma North en la cárcel".

Carajo, ¿eso a caso a todos les incumbe?.

-Pues es muy chistoso, resulta que un tal Erick me dijo que tú estabas ahí en ese club, fuí y pues, un hombre empezó a seducirme y decirme que debería tomar esa bebida tan extraña. "Supuestamente" era buena vibra, que es vodka con jugo de limón y seven up, pero tenía un color azul y sabes que esa bebida es transparente.- se excusó mi hermana.

-Ambos estuvimos en la carcel, debemos chocar los cinco, bueno no, deberíamos estar juntos en la misma cárcel.- musité al ver que un guardia aparecía en mi campo de vista.

Ella se rió, mi hermana es igual a mamá, solo que tiene los ojos azules, siempre tiene una sonrisa en su rostro.

-¿Y cómo van las cosas con Perséfone?- preguntó mi hermana.

-Sabes que siempre me a gustado, pero nunca le gustaré, le caigo mal. Bueno, no mal sino pésimo. Hoy tuvo que fingir ser mi novia, imagina su incomodidad.- suspiré y Riley solo sonrió.

-Siempre has sentido eso por ella, me sorprende que dure por tanto tiempo.- mi hermana solo se dignó a suspirar.

-Extrañas a Brandon ¿verdad?.- pregunté y ella solo asintió.

Pasó sus manos por sus ojos evitando que las lágrimas salgan de sus ojos.

-Lo necesito aquí conmigo.- musitó y se quedó llorando pensando en su ex novio.

Lejos de Amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora