Capítulo 18.
Entraba y salía, una y otra vez, no paraba, se movía cada segundo.
Un gemido se me escapó.
Elliot había tirado una caja y me asustó, y un objeto chocó conmigo lo que provocó mi gemido, Priscella entraba a la habitación una y otra vez.
Y yo solo la veía moverse cada segundo.
Son tan tiernas las hermanas de Elliot.
-Que lindas.- halagué y el solo rodó los ojos.
-Si son tan lindas, pues cásate con ellas de una buena vez.- dijo fastidiado mi compañero.
Sorprendida por su expresión decidí hablar:
-Estas celoso.- declaré y él frunció el ceño molesto.
-Claro que no, solo que te la pasas hablando de mis hermanas; ya no soy importante ¿verdad? Uff, soy capaz de decirle a tus padres que me seduciste y que me hiciste tocarte.- acusó y yo rodé los ojos.
Me acerqué a él.
Después de un mes, me dí cuenta que el tenía razón, yo simplemente lo tenía etiquetado como un desastroso, pero en realidad es muy divertido, sus ocurrencias me encantan y poco a poco me voy dando cuenta que lo juzgue solo por conveniencia.
-Claro que no, yo te quiero mucho, gracias a ti, dime, ¿Crees que ellas estarían aquí?.-
Sus labios entre abiertos me anunciaban que el iba a decir algo, pero no, todo lo contrario, se silenció y empezó a morder su labio como si yo no lo estuviera viendo.
Pero es que en ese momento, comprendí algo muy fuerte, yo lo miraba mucho y siempre nos besamos, hacemos cosas de novios y seguimos siendo amigos.
-Me encantas.- suspiré.
¿Había dicho eso?.
Realmente dije eso sin pensar, y ahora ando arrepentida, nuestros ojos chocaron como imanes, quedamos estáticos viéndonos, la atracción en esa habitación era muy fuerte.
-Tú más, me encantas demasiado.- masculló con miedo de que sus hermanas lo vieran.
Besé sus labios por un corto tiempo, su calidez se transmitió hacia mí, su familiaridad con mis labios me parecía demasiado deliciosa, y el sabor a metal de su piercing me encantaba, me separé de sus Labios y empecé a dar cortos besos por todo su rostro.
-¡Olivia, mira! Están haciendo lo que tú y Alex hacen en casa.- dijo Isabella y me reí antes de volver a besar sus labios por unos segundos, ahora el estaba tenso.
-¿Cuándo van a decirle a mamá y a papá que son novios?- preguntó Olivia acercándose.
-No somos novios.- dijimos al unísono Elliot y yo de manera convincente.
-Igual.- resopló Olivia, que estaba super inspirada viéndonos.
-Aparte, ¿Alex no era gay?.- preguntó mi hermano ofendido.
-Te he dicho millones de veces, que no es gay y que le gusto.- dijo fastidiada Olivia.
Olivia era muy linda, era baja, de ojos cafés, supongo que de Emma, tenía el cabello muy largo y es castaño, y pues me he dado cuenta que tiene un amor a su teléfono, es como yo pero la versión pequeña.
Isabella es muy tierna, su dulzura y ternura me deja sin palabras, sus ojos azules me dejan enamorada, aunque alguien en esa familia salió más lindo, si ya saben a quien me refiero.
Isabella había tomado algún objeto que tenía en la mesa de Elliot, el mismo abrió los ojos como platos para ya corretear y buscar a su hermana.
Cuando la tomó por los brazos y la sentó en sus piernas, Isabella se estaba riendo como una niña traviesa.
Elliot le quitó el objeto que ella había cogido, era un anillo muy extraño.
-El anillo de los abuelos- murmuró para sí misma Olivia.
-¿Tú lo conservaste? Ellos se lo dieron fué a mami, y mami dijo que se lo daría a uno de nosotros.- dijo Olivia confundida.
-Mamá me lo dió.- suspiró Elliot.
-Mamá..., Si quieres muy bien llámala Emma.- exaltada tapó su boca como si hubiera cometido un error.
-Perséfone ya lo sabe.- rodó los ojos mi compañero.
-Elliot, eres un idiota.- insultó para pegarle una cachetada sin sentido alguno.
No entendía nada.
-¿Qué es ese anillo?- pregunté confundida.
-Es una reliquia familiar, se lo dan a uno de los hijos, y ese hijo tiene que darselo a la persona que en el mundo más amarán, por lo tanto, Olivia quería el anillo, ella ya ama a un chico pero bueno, fué la decisión de mi mamá, no la mía tenerlo.- replicó y confundida le pregunté:
-¿Por qué ella te dió el anillo si sabe que nunca has amado?
-Por que ella me conoce, sabe que yo si he amado.- contestó con media sonrisa en sus labios.
-¿Quién fué la afortunada?- pregunté curiosa, quería saber todo de Elliot, no quería perderme nada, muchísimo menos si el amo a alguien, yo quería saber, tenía que saber de esa persona.
-Es una chica que me odiaba, me tenía etiquetado como un desastroso y entonces le dije que no me viera como su enemigo sino como su mejor amigo, entonces ella se decidió en darme una oportunidad y ¿sabes que pasó? Pues ahora somos unos grandes amigos. ¿Te suena?
La atracción disminuyó, ahora había una tensión sexual gigante, y mi lado razonable me decía que tenía que reaccionar y contestarle, pero mi lado rebelde me decía que tenía que estar en la cama de este tipo de una vez.
Siempre hago las cosas bien, hago todo de la buena forma, pero hoy no quería, hoy quería besar, comerme a besos y a mordiscos a Elliot, lo malo es que no podía, tenía la menstruación y no podíamos así.
Por lo que mis labios se dirigieron a los suyos haciendo contacto, dando una chispa de electricidad al asunto, mi lengua y la de él danzaban una nueva melodía, era lento pero muy apasionado.
Estoy empezando a acercarme a algo que yo pensaba que estaba muy lejos de mi.
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Lejos de Amarte
Teen FictionPerséfone es una chica muy importante en su institución, ella hace que cada uno cumpla sus papeles, que cada uno haga sus deberes, es como la jefa, mantiene todo organizado y preparado para lo que venga. Mientras, que Elliot es un chico desastre, le...