21.

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Capítulo 21.

Odiaba tener que conocerlo.

Realmente, ya no lo toleraba, él y sus mentiras empezaron esta pelea, yo tomé el valor y me expresé con él, le dije que lo perdonaba pero que nuestra amistad no iba a ser como antes, él piensa que con un simple perdón el ya era mi amigo de nuevo.

Es más, en realidad no éramos amigos, estábamos en ser amigos y el caso, pero no, él se dejó llevar por el placer y así quedamos.

La verdad es que, pensé que el realmente me quería, siempre era lo mismo, me decía que me quería, que en realidad el no era como yo pensaba, y como lo idiota que soy, le creí, me dejé llevar por él.

Soy sincera, y yo no soy una persona débil que se deje influenciar, soy todo lo contrario, tengo un camino, una meta para alcanzar como para que alguien destruya mi camino. No soy una idiota, debo de estar concentrada.

Focus, Perséfone, Focus.

Si no estoy concentrada, las cosas pueden salir mal y no deseo el mal en mis cosas.

Ahora mismo, estaba en el baño fumando otro cigarrillo, genial, parecía un alma en pena. Mis ojeras son gigantes, debo dormir mejor, mi cabello corto estaba echo un desastre, y el cigarrillo en mis manos ya no estaba, sólo quedaba el chicote.

Me sorprende como he cambiado en unas semanas, ahora estoy fumando y no tengo razones.

No me daba cuenta de lo que hacía, me estaba desviando yo misma, y me estaba muriendo poco a poco, cada día era una perdición, y no lo hago para sentirme bien, sino para lo contrario, para sentirme como la mierda.

No comprendía las razones por las que lo hacía.

El chicote en mis dedos lo lancé a la papelera, tomé la cajetilla de cigarrillos y la tiré a la papelera, tirando allí todo lo malo.

Me miré en el espejo, no puedo seguir destruyendo mi vida, caí en algo pero me levantaré, no importa las veces que lo haga, yo lo seguiré haciendo mientras siga cayendo.

Salí del baño, pero no esperaba encontrarme con Elliot sentado en mi escritorio frente mi laptop.

-¿Qué te sucede?- pregunté molesta por su presencia.

-Pues, nada, ¿qué te sucede a ti? Estás fumando y aparte de eso viendo cosas extrañas en internet.- demandó señalando mi laptop, y en efecto, el estaba en el historial y allí aparecía las páginas recientes en las que he entrado.

-No es tu problema.- repliqué y le dí un golpe en su hombro.

-Realmente no entiendo nada.- dijo confundido.

Crucé los brazos debajo de mi pecho molesta, él no me entendía, él no sabía que había caído y me estoy levantando apenas.

-Perdón...- susurró tras unos segundos de silencio en el ambiente.

-¿Por qué?- pregunté sin rodeos, el se disculpaba y yo necesitaba razones.

-Por todo, ¿si? Me dejé llevar por el placer y cometí errores, me preocupaste y empecé a buscar tú historial, hueles a cigarrillo y te dije cosas que no debía decir de ti, discúlpame, si. Todo fué error mío, hice cosas que no debí hac…- lo interrumpí de la mejor manera que podía hacer.

Sus labios pegados a los míos creando un nuevo ritmo, se sentían la gloria, empezamos a morder nuestros labios, integrando en esa danza nuestras lenguas.

Y una cosa lleva a otra, por lo que ahora estábamos sobre la cama, él ya estaba sin camisa y yo poco a poco me quitaba mis shorts de jean.

Luego de empezar a morder su cuello y chuparlo, empecé a bajar por su pecho, para llegar a su abdomen bien formado y empezar a lamer.

[]

Agitada en mi cama podía sentir a Elliot agitado al igual que yo, me moví para poder verle el rostro.

Sus ojos azules estaban brillosos como nunca, estaba respirando entre cortadamente y yo solo pensaba en volver a besarlo como nunca.

Volví a tocar su pecho bien formado, y empecé a hacer círculos en su pecho.

-Me encantas.- gruñó, me mordí el labio con una sonrisa.

-Siento que estoy enamorada de ti, pero no tengo idea. No sé lo que es el amor.- susurré acercándome a sus labios para darle un beso corto.

-Esto es amor.- tomó mi mano de no sé donde, pero su mano me apretó la mía.

-Quiero que mañanas vayas a la casa de mis abuelos.- suspiró Elliot.

Abrí los ojos como platos, pero creo que con la oscuridad el no me vió.

-¿Dónde viven?- pregunté colocando mi sostén en mis senos.

-Portland.- nombró y yo me confundí.

Me tapé mi zona baja con mi sabana, con la cual Elliot estaba totalmente cubierto, el empezó a acariciarme mi vientre, en el cual sus manos me causaban cosquillas.

Sonreí por un largo tiempo, en el cual me acosté al hombro de Elliot y allí me quedé dormida.

Entre sus brazos.

Lejos de Amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora