23.

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Capítulo 23.

Me levanté con más de una incomodidad en mi espalda, lo cual me hacía doler la cabeza.

Un suspiro se escapó de mis labios, miré a mi lado y allí estaba Elliot conduciendo, la primera pregunta que hizo mi mente fué: ¿Cuánto falta?.

Andaba emocionada joder, que tan lejos es.

-Faltan 30 minutos.- anunció mi compañero leyendo mi mente.

-En realidad, estás diciendo las cosas sin pensar.- habló Elliot, lo cual me hizo callar de una vez.

Dejé de pensar en cualquier estupidez.

-Quiero besarte.- hice un puchero y el solo rodó los ojos.

-En la próxima parada podrás hacerlo.- convenció mi compañero.

-¿Cuándo es la próxima parada?- pregunté y el se rió.

-No haremos ninguna parada, Perséfone, solo pararemos en la casa de mis abuelos y ya.- dice Elliot a lo que me pongo triste.

Decidí empezar a jugar en mi teléfono, empecé a jugar por Clash Royale, un juego en línea super extraño, yo apenas era arena 4, realmente siempre bajo de trofeos y así, nunca he llegado a Arena 5, es más triste de lo que se ve.

Después de ganar una vez y perder dos, decidí apagar mi teléfono y a recostarme en la silla.

Anhelo llegar rápido, quiero besar a Elliot.

-Quiero ir al baño.- dije y Elliot suspiró.

Unos minutos después, hicimos una parada, por lo que mi primer impulso fué besarlo, me subí a sus piernas, él estaba sorprendido por mi actitud, él no entendía nada de porque estaba así.

Tomé su rostro con delicadeza, su mirada confundida y llena de deseo me consumía, era muy lindo verlo así lleno de deseo a mí, me volvía loca.

Toqué sus labios con mis dedos, un  chispazo de electricidad nos afectó, ahora hacemos estática juntos, nuestros cuerpos se aprisionaban y decidí acercar mis labios a los suyos, empecé algo lenta, planeaba disfrutar todo el beso que estaba dando.

Luego de separarnos de ese minúsculo beso, le sonreí sincera.

-Quería besarte en realidad, nunca quise ir al baño.- sinceré y él rodó los ojos.

-Algo escondías.- dijo Elliot con una sonrisa.

Y otra vez, me volví a fundir en sus labios, en su delicioso sabor, en unos minusculos movimientos. Era lo más precioso que he experimentado.

[]

Íbamos llegando a la casa de los abuelos de Elliot, era muy linda la casa, se ve pequeña y acogedora, Elliot ya estaba en la puerta tocando el timbre.

Yo estaba nerviosa y ansiosa, iba a conocer a mis escritores favoritos y a los abuelos de mi novio, claro.

Novio...

Una chica joven abrió la puerta con rapidez, su rostro me era muy extraño, ella era rubia, de unos ojos cafés, de edad le calculaba unos 20 años o menos.

-¿Candy?¿Qué haces aquí?- preguntó confundido Elliot hacia la chica.

-¿Hades? Stefania, Hades está aquí.- habló la rubia.

-Joder, que no me llames así, no me gusta.- masculló Elliot.

Me reí.

Un niño oscuro salió de la puerta como correcaminos, tenía como 7 años de edad el niño, era muy tierno, abrazó a Elliot por un largo tiempo.

-Jordannn.- nombró Elliot, que ternura ver a Elliot con unos niños.

En la puerta apareció una asiática, supongo que Stefania, tenía el cabello negro y largo, su piel clara y muy tersa, unos ojos oscuros y de edad no pasaba los 18 años.

-Elliot.- nombró la supuesta Stefania a abrazarlo.

-Y para la novia, nada.- dije molesta, ninguno me abrazaba a mí.

-Oh, ¿eres su novia? Pero qué guapa.- dijo la rubia hacia mí, le dí una sonrisa.

-Si, soy Perséfone O'Kelly.- me presenté y ella cambió su expresión por una de miedo.

-Soy Candy North-O'pry, ellos son Stefania North-O'pry y el es Jordan North-O'pry.- señaló a la chica y después al niño.

-¿Dos apellidos unidos? Acaso...- fui interrumpida por Elliot.

-Sus padres son mis tíos Jesse y Liam.- habló Elliot, evitando que mencionara algo incorrecto.

Ambas chicas se miraron preocupadas, como si no me agradarán los matrimonios gays o algo por el estilo, lo cual no le veía el sentido.

Jordan, el niño, solo miró la tensión en el lugar.

-¿Sabes? Estoy feliz por tener dos padres, los dos me enseñarán a ser todo un galán y rompe corazones.- dijo el niño con una alegría peculiar.

Elliot sonrió.

-¿Para qué tus papás? Si tienes todo un primo hecho un veterano en mujeres.- rió Elliot.

-Nah, tú tienes novia.- escupió de manera graciosa el niño.

Me reí.

-Ese juego de "soy un veterano en mujeres" teniendo novia ya no te sirve, eh.- provoqué a Elliot, me encanta verlo furioso.

Elliot rodó los ojos.

Entramos a la casa de los abuelos de Elliot, se veía muy linda y cómoda, poco a poco fuí viendo, varios cuadros mostraban a un chico rubio, no entendía porque. Se supone que Ian y Map eran pelinegros, o por lo menos Ian era así y Map era morena.

El único rubio, era Maximilian, esposo de Emma North, papá de Elliot.

Lo que me hace suponer, que Emma lo pintaba mucho, en pintura era muy guapo, cosa que realmente no sé.

-¿Niños? ¿Quién llegó?- una voz femenina hablaba con cuidado en el otro pasillo.

Estaba en la sala donde en todos lados habían imágenes de Emma North, Jesse y Kris, todos eran tan tiernos.

Sentí la calidez de la mano de Elliot entre mis dedos, me había tomado de la mano.

Veía la imagen de unos muchachos jovenes, la chica era castaña y el chico pelinegro, supongo que son Ian y Map, eran demasiado lindos y bellos.

Me giré a ver el rostro de Elliot, estaba preocupado, fruncí el ceño.

-¿Qué?- pregunté confundida.

Movió la cabeza en señal de que nos fuéramos a un lugar.

Lo seguí hasta encontrar a una señora, que me dejó sin aliento, llevaba una camiseta que decía "#TeamElliot" no sé de que era, pero me gustaba el color azul rey y amarillo que tenía la camiseta, ahora mismo estaba viendo a la señora, me la imaginaba como una abuela que cose suéteres para sus nietos.

Pero no, la señora llevaba el cabello castaño con una pequeña decoloración en las puntas en unas ondas grandes, su rostro llevaba muchas arrugas pero igual se veía muy bien, su cuerpo estaba bien, algo gorda pero hey, la comida es buena, tenía una blusa negra básica, un Blue jean,  y unos botines negros.

-¡Hola Elliot! Bebesito de abuelita.- dijo la señora de modo tierno.

La puerta sonó, que extraño se supone que los hijos de Jesse habían cerrado.

-¿Quién es ella? Uhh, con que mi bebesito está creciendo, ahora tienes novia.- mencionó la abuela de Elliot.

-Si, bueno...- dijo apenado Elliot.

NO LO PUEDO CREER, ELLIOT APENADO.

-Es mi...

-¿Elliot? ¿Qué carajos haces aquí?- habló una voz femenina molesta.

-Dios, ¿Por qué me diste este hijo?- preguntó la voz de un hombre.

Lejos de Amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora