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Capítulo 20.

2 semanas después...

Inhalo, exhalo, así repetidamente se terminaba el cigarrillo que fumaba.

Luego de haber terminado el cigarrillo, busqué mi teléfono en todo mi cuerpo, al encontrarlo empecé a jugar algún juego que tenía en el teléfono.

Luego de un rato, mamá me llamó para ir a cenar, no quería ir, lo vería otra vez a él.

Estoy tratando lo posible de no ver a Elliot, pues mirarlo es como ver la mentira en persona, las personas no cambian y no lo harán nunca.

Salí de mi habitación para ir al comedor, allí yacía mamá y papá, yo estaba viendo el vientre de mamá, solo esperaba que Zeus no me engañara, el no me haría eso, soy su hermana, el no podría.

Un año después, Elliot estaba sentado frente de mi asiento.

-¿Qué sucedió con tu cabello?- preguntó Elliot curioso hacia mí.

Resulta que me corté el cabello a los hombros, ayer lo hice, pero pues, Elliot no me había visto el rostro hace 4 días, lo he evitado todos los días; aunque es casi imposible porque vivimos en la misma casa.

Papá empezó a hablar de algunas cosas de su empresa, me sorprendía, con el tiempo él hizo muchas cosas, dejó su deporte favorito por su familia, luego empezó a estudiar Administración De Empresas y logró terminar la carrera, creó su empresa y a sido todo un éxito, ahora mismo manejaba un negocio de deportes, vende zapatos y muchas cosas referidas al mundo del deporte.

-Por cierto, Pers, me gustaría que conocieras a el hijo de Saint, trabaja en el negocio.- fruncí el ceño.

Saint es un ex beisbolista muy amigo de papá, el aparte de ser amigo de papá, trabajan en el mismo negocio.

Una brillante idea se me ocurrió​ a la mente.

-Papá..., ¿puedo trabajar en el negocio? Es que me despidieron de la heladería y pues no tengo dinero.- pregunté mordiendo​ mi labio inferior esperando su respuesta.

El ladeó la cabeza, me miró con un orgullo en su rostro y fruncí el ceño confundida.

-Al fin te interesa algo en esta familia.- dijo mamá lanzando una carcajada.

Rodé los ojos, solo me interesaba el dinero.

Luego de evitar a Elliot decidí salirme de la mesa, al ya estar de pie, mamá y papá me llamaron interrumpiendo mi paz.

-¿Qué pasa?- pregunté cansada, no quería más información de nada, no quería hacer nada.

-Debemos decirte algo, Pers.- dijo firme mi madre mirándome, esto se veía muy extraño.

Fruncí el ceño, esto me trae una mala noticia, lo insinuo.

-Tú madre y yo nos iremos de viaje.- anunció papá.

A estas alturas de mi vida no me importaría para nada que se fueran de viaje, es más, por mi que tengan un millón de hijos más si fuese la situación.

Pero esta vez, no lo aceptaría.

Si esto me lo hubieran dicho un tiempo en el que Elliot y yo estábamos bien, lo aceptaría, es más, estuviera más feliz que nunca.

Pero no.

Me sentía prepotente, alterada y no podía evitar expresarlo.

-Mamá, papá, no es por nada pero ¿Puedo ir con ustedes a ese viaje?- dije un poco molesta.

Mamá y papá reaccionaron muy diferente a lo que yo pensaba, pensaba que ellos iban a aceptar que fuese de viaje con ellos, pero no.

-¿Te has vuelto loca, Perséfone?- preguntó mamá con el ceño fruncido.

-¿Por qué lo dices?- pregunté confundida por su actitud.

-Pues, no te permitiremos ir, es un viaje de la empresa de tu padre, no es algo del otro mundo.- rodé los ojos.

-Está bien.- dije de malhumor yéndome a mi habitación aburrida.

Luego de un rato en mi habitación, alguien tocó la puerta de mi habitación, por lo que pregunté quien era, a lo que Elliot me respondió.

Lo dejé allí en el vacío del pasillo, hasta que empecé a escucharlo hablar.

-Sé que no quieres hablarme, Pers, pero en serio me gustaría arreglar las cosas.- dijo arrepentido a través de la puerta.

Decidí enfrentarme a Elliot, mamá y papá estaban en su habitación haciendo sus maletas para el viaje por lo que ahora el y yo, éramos los únicos que se escuchaban en la vida.

Abrí la puerta, sus ojos con ese brillo mágico, su piel tersa y lisa se veía provocativa, sus labios rosados; me estaba volviendo loca si lo seguía mirando.

-A ver, te aclararé unas cosas: uno, si, te he estado evitando todo este tiempo y es porque realmente no quiero nada de ti. Segundo, todo esto ocurre por tu culpa, piensas que con unas palabras ganarás que yo vuelva a tus brazos como si no te hubiera visto con una chica chupando tu pene, pero no, estás equivocado, para ganar mi corazón me tienes que conocer bien. Tercero, olvídame, haces muy mal en seguirme, entiende que lo que me hiciste me hirió como mujer, piensas que soy como una cualquiera, me trataste como una reina al principio, pero te volviste un monstruo apenas tuvimos sexo. Quiero que sepas Elliot, que nuestra amistad con "derechos" se terminó. Por otro lado, estás perdonado, no puedo vivir con culpa en el pecho así que, pero no significa que somos amigos de nuevo, solo significa que ya no te guardo rencor, ni nada por el estilo, adiós.- terminé cerrando la puerta con seguro.

Tras unos segundos parada en la puerta, una nota apareció debajo de la puerta, buena técnica.

En la nota llevaba escrito:

Gracias por expresarte conmigo, por no tener ataduras en ese momento al hablar, me encantas...

Atte: Elliot Briand North de O'Kelly.

Lejos de Amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora