Capítulo 8.
James y su séquito se encontraba a tres mesas de la mía, por lo tanto, tenía el ridículo miedo de que me viera y me preguntara sobre porque estaba allí, sobre Elliot y el grupo de amigos.
Me pregunté por segunda vez en el día si Dios en realidad existía, y si existe, por favor Dios, tráeme un novio de allá arriba.
O bueno, si en realidad existe, por favor salir de ahí.
-¿Qué opinan de éste jugo?.- preguntó Samuel hacía Erick y Rick.
Yo solo me percaté del parecido entre Erick y Rick, parecen primos o algo así, son muy guapos no lo negaré.
Frangelis y Afrodita estaban tranquilas conversando por lo que escuché: de unos tacones que estaban en oferta y al parecer un chico se los agarró.
Me impresiona eso.
Mientras, me sentía incómoda, pues Elliot estaba a mi lado súper pegado y me daba toda la atención a mi, carajo tienes amigos.
De pronto se acercó para susurrarme algo en mi oído, por obvias razones, me acerqué a lo que escuché un pequeño susurro: Bésame, finge ser mi novia.
Entendía su punto, no parecíamos novios, y nunca lo vamos a parecer, por muy obvias razones, nuestras gran diferencias.
Le ordené, detallé sus labios, rosados, ni tan gruesos, ni delgados, tenían el tamaño promedio, con el arco de cupido perfecto y húmedos, al parecer se acaba de morder el labio.
Me acerqué a los mismos, al hacer contacto noté algo diferente, ¿un piercing? ¿en serio? ¿dentro del labio?, el sabor a pizza en sus labios era delirante, nunca había besado a alguien que tuviera pizza de sabor, el ritmo al que íbamos era muy lento, es más pensé que sería eterno, sentí varias miradas supuse que eran los chicos. Es el beso más original que había tenido.
Nos fuimos separando poco a poco, por lo tanto fuimos más lento, sus labios dejaron ese rastro de saliva en los míos.
Le sonreí a mi compañero y él hizo lo mismo.
Luego de 10 minutos de tortura, hablando de que un chico de su universidad, -excepto por Erick, el está en el instituto, uno muy cerca del mío, último año y todo- les había gritado a Frangelis y a su mejor amiga, Leia, que son unas acosadoras al parecer.
En toda la maldita conversación, tenía que agarrar la puta mano del hombre que desprecio, Elliot, que siendo sincera, es gigante, pero él solo es 10 cm más alto.
El punto es que Elliot decidió que nos fuéramos, pues tenía mucha razón, eran las 1:12pm, ya a esta hora deben estar saliendo los del instituto, ¿tanto tardé? Llamé a Ashley a lo que contestó.
-¿Cuántos orgasmos? Llevas 3 horas fuera del maldito instituto, O'Kelly.- regañó mi prima de linda forma.
Me sonrojé de inmediato por lo primero que dijo, si algo guardo, son los secretos de Ashley y míos, ninguna de las dos somos vírgenes, algo que nuestras madres no saben, si se enteran literalmente se mueren, ellas esperan que sus hijas sean unas santas, más virgen que la Virgen María.
-Pues mira, es muy gracioso, fuí a un bar de Playboy, luego tuve que comer pizza y tener el beso más...- no me había percatado que Elliot estaba dispuesto a escuchar toda mi oración, lo cual claramente fué en vano, pues no permití que sucediera.
-Continua...- sugirió mi compañero, lo cual lo hice pero no tan literal.
-Ash, puedo irme a mi casa?- pregunté para esconderme en mi cueva.
Había resoplado, todo el aire fue al micrófono por lo que me sofocó el sonido de su resoplido.
-¿Qué más? Mañana te debes de encargar de una chica que está acosando a un chico en la biblioteca, por favor, hazlo tu, no sé como tratar eso.- dijo mi mejor amiga, prima y mejor persona del mundo.
-Te amo demasiado.- solté y colgué el teléfono, viendo que tenía unos mensajes de Whatsapp por mi grupo de amigas.
-Te llevaré a casa.- suspiró mi compañero.
No me digné a responder, solo seguimos el camino hacía nuestra casa. Empecé a detallar el coche, es demasiado hermoso para mí alma. Todo estaba limpio y organizado, extrañamente. A lo mejor fué a hacerle limpieza al coche, pues estaba demasiado Perfecto como para ser el coche de Elliot.
Digo, solo por decir, el es asqueroso.
Cuando llegamos, noté un coche verde oscuro en la acera.
Elliot me miró alterado, conocía el coche al parecer.
Nos estacionamos y él iba a una rapidez imaginable, mientras yo iba a un paso tranquilo, le iban a salir canas verdes a mi compañero.
-Elliot, no es por nada pero ¿Por qué tan alterado?- pregunté confundida, su actitud era muy extraña.
-Ya vas a ver porque.- susurró y yo solo fruncí el ceño.
Ya frente mi hogar abrí la puerta y caminé hasta la sala, encontrando a cuatro personas en la habitación, dos hombres iguales, al parecer mellizos, una mujer pelirroja de ojos verdes y un hombre pelinegro de ojos cafés.
No sabía que había visita.
-Mis tíos.- murmuró Elliot detrás de mí.
El rostro de los mellizos se iluminó la mujer y el otro hombre solo fruncieron los ojos.
Sus rostros me parecían conocidos.
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Lejos de Amarte
Teen FictionPerséfone es una chica muy importante en su institución, ella hace que cada uno cumpla sus papeles, que cada uno haga sus deberes, es como la jefa, mantiene todo organizado y preparado para lo que venga. Mientras, que Elliot es un chico desastre, le...