Capítulo 21 : "Las personas como yo, terminan solas"

1.6K 59 16
                                    


Mi prima estaba tan diferente.
Tenía puestas unas medias negras de red, de esas que usan las minitas de cabaret. Una pollera gris, que por dos centímetros no se le escapa el culo, un top negro, y unas zapatillas blancas. Su pelo también era negro, largo y lacio, eso hacía que su piel blanca y sus ojos verdes resaltaran perfectamente​.
Llevaba los labios rojos, y sus uñas de color negro, como todo en ella.
Pese a todo,era realmente hermosa.

-¿No le vas a abrir? - preguntó Germán.

-No, no le voy a abrir, y por favor bajá la voz que nos va a escuchar - le rogué.

-No seas forra, Lud, la flaca vino a traerte las cosas que necesitabas.

-Yo no se las pedí a ella, se las pedí a mi tía.

-No seas inmadura - dijo resoplando.

-¿Inmadura yo? Hola chico que se ríe de mi grano y que cuando se tira un pedo lo huele, y dice "¡ESE ES MI PEDO, CARAJO!" ¿Qué clase de hombre maduro se siente orgulloso de eso?

-Yo me siento orgulloso de mis hermosos gases. Sos una envidiosa- dijo seriamente.

Pasaron un par de segundos y soltamos una carcajada los dos.

-Bueno, correte que le abro - dije.

-¡Pará! - gritó y puso su axila en mi cara - ¿huelo muy mal? Porque con esto de que no hay agua, no me pude bañar, y bueh... los olores empiezan a aparecer.

-¡Salí boludo! - dije empujándolo.

Abrí la puerta, y antes de que pudiera decir "hola", ella ya estaba dentro de casa.

-Alta casita tenés, eh... linda, me gusta. Se consiguió un tipito con plata tu mami, no es ninguna boluda. - dijo echándole un ojo a todo el lugar - Me voy a quedar un par de días por acá, espero que no te joda. No es que yo quiera estar con vos, porque nunca me caíste en gracia, pero le hago un favor a mi vieja.

-Seguís siendo la misma pendeja insoportable y maleducada de siempre.

Se dio la vuelta y me abrazó muy fuertemente. Tan fuerte que me estaba asfixiando.

-Estoy jodiendo, primita - dijo dándome unas palmaditas en el hombro. - ¿Y vos quién sos? - le preguntó a Germán mirándolo fijamente.

-Mi novio - interrumpí rápidamente.

-¿Ah, sí? - dijo él sorprendido.

Tuve que guiñarle un ojo para que me siguiera la corriente, es tan tonto que nunca capta nada.

-Claro, claro, soy su novio. - mintió rodeándome con un brazo.

-Siempre pensé que ibas a morir soltera... - dijo Agustina mientras se tiraba en el sofá. -Te traje unos billetitos y un poco de morfi que te manda mi vieja - añadió.

-Genial, gracias - respondí mientras iba a mi cuarto.

-¿A dónde vas, no te vas a quedar a charlar un ratito con tu primita? - preguntó con tono burlón.

Decidí no responder.
Entré a mi habitación, me tiré en la cama y grité : "¡GERMÁN!"

-¿Qué paso? - dijo preocupado mientras abría la puerta.

-La odio, te juro que la odio - respondí tapandomé la cara con la almohada- Es tan engreída, egocéntrica, sorete, estúpida... y zorra.

-Yo la veo bastante bien, la verdad. Está linda...

-Vos también sos otro estúpido. En ningún momento hablé de su físico, me da igual si es linda, o no. Es solo que la detesto, su forma de ser es lo que me jode la existencia.

Mi primera vez con élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora