CAPÍTULO 12: "Creo que la volví a perder."

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-¿Alguna vez pensaste que nos íbamos a volver a ver? - preguntó.
-La verdad que no... -respondí con total sinceridad.
-Y,¿estás feliz de verme?
-La verdad que no...- dije riendo.
-¡No seas maldita! - gritó mientras me daba un golpe en la cara con un almohadón.
-¡No empieces! - dije mientras le devolvía el golpe.
Extrañaba hacer esas cosas con ella. Desde que me confesó que gustaba de mi, las cosas habían cambiado mucho. Nos apartamos completamente, nunca entendí por qué, pero lo hicimos.
-¡BASTA, BASTA! - me rogó.
-Bueno, bueno, no juego más.
Nos acostamos en la cama y nos quedamos en silencio. Luz puso su mano muy cerca de la mía, y no pude evitar sentirme incómoda. Me paré de golpe y dije:
-¿Querés jugo?
-Mmh...bueno, dale- me respondió.
-Ya vuelvo.
-¿Querés que te acompañe?
-No, no te hagas problema, yo puedo sola.
-¿Segura?, mirá que abajo no se ve nada. - dijo.
Mierda, me había olvidado de que no había luz.
-Bueno, vamos...-le respondí.
Al llegar a la cocina, me di cuenta de que no habíamos comprado jugo, y en casa nunca hay porque se lo toma mamá.
-Luz, no hay jugo.
-No pasa nada, tomemos un café.
-Emmh...no queda. ¿Te gusta el té?
-Vos me gustás, -Respondió mientras me miraba fijamente.
-Luz, en serio. ¿Querés té?
-Bueno, era una broma. Dale, haceme un té.
Me di la vuelta para poner agua a calentar, y sentí cómo se acercaba a mi y me rodeaba la cintura con sus brazos.
-¿Luz, qué hacés? - pregunté.
-Nada, te abrazo. ¿No te gustan los abrazos?
-Sí, pero no así.
-¿Así cómo? -dijo.
-Así...tan pegados, no sé. Soltame.
-No seas amargada, es solo un abrazo...- me dijo mientras acercaba su boca a mi cuello.
Ay, Dios, me puede mucho que me besen el cuello. Pero no podía dejar que hiciera eso, no era correcto.
-Luz- dije de golpe.
-¿Qué? - preguntó.
-Los fósforos.
-¿Eh?
-Que me alcances los fósforos - le respondí tratando de controlar los gemidos que me estaba provocando.
-¿Justo ahora necesitás los fósforos?
-Estaba poniendo el agua a calentar, a vos se te dio por la escenita erótica.- le dije un poco enfadada.
-¿Erótica? Ajajajaj ¿Por qué te molesta tanto estar conmigo? - me preguntó mientras se alejaba y tomaba los fósforos que estaban sobre la mesada.
-No me jode estar con vos. Me molesta que hagas estas cosas.
-¿Qué cosas?
-Esto, que me beses, que me toques...
-No mientas, sé que te encanta.
-¡NO ME GUSTA, Y PUNTO! -grité.
-Bueno, no te pongas así - me dijo desconcertada.
-Me jode muchísimo que solo me busques cuando querés sexo.
-No te busco para eso, no digas estupideces. Sexo puedo tener con cualquiera. - me respondió mientras se acercaba a mi y me acariciaba la mejilla.
-No me toques, me das asco.-le respondí automáticamente.
-¿Te doy asco? - me preguntó muy dolida.- Está bien...tengo que irme.
Salió de la cocina y subió a la habitación para buscar sus cosas.
Yo estaba totalmente quieta. Era como si mi mente se hubiera bloqueado. No dije nada, ni hice nada. Ni mi cuerpo, ni mi mente reaccionaban.
-Gracias por la comida, y por el té que no fue- me dijo mientras abría la puerta.
-Luz, perdón, no te vayas. -dije al fin.
-Ni te gastes. - me respondió y cerró la puerta.
Fui corriendo a buscarla.
-¡¿LUZ, A DÓNDE VAS?! ¡ESTÁ LLOVIENDO, VOLVÉ!
-¡¿EN SERIO?! , ¡NO ME HABÍA DADO CUENTA! - me dijo de manera sarcástica.
-¡PERDÓN! -grité mientas rompía en llanto.
Dio la vuelta,se acercó a mi,me miró por unos segundos en silencio, y dijo:
-Te juro que nunca más te voy a molestar. No voy a volver a aparecer en tu vida. Fue un error haberte buscado. Y que quede claro que no te busqué por sexo, te busqué porque realmente necesitaba a alguien, y pensé que en vos podía confiar...pero me di cuenta de que no.
-Luz, por favor, perdoname. Entremos y hablamos tranquilas.
-No hay nada de lo que hablar. Entrá a tu casa, dale que te estás mojando y te vas a resfriar. - dijo mientras se alejaba.
-¡NO TE VAYAS,POR FAVOR!-repetí una y otra vez. Pero no sirvió de nada...ella se fue. Aunque la corriera por horas y le pidiera que me perdone, no iba a hacerlo. Ella me odiaba, y estaba en todo su derecho. Fui una estúpida...¿por qué le dije que me daba asco?, sé que le dolió. A cualquiera el dolería. Me odio.
Entré a casa, me sequé y me recosté en mi cama. No paraba de llorar. La había perdido de nuevo. Cada vez me estaba quedando más sola.
Intenté llamarla, pero me daba el contestador.
Al rato me suena el celular, estaba rogando que fuera ella, pero no. Era papá.
-Ludmi- me dijo con una voz muy alegre.
-Hola papá- respondí como pude. Ya no tenía voz.
-¿Estás llorando?
-No, estoy bien- mentí - ¿qué pasó?
-Nada, solo queríamos avisarte que nos vamos a quedar una semanita más o menos...¿cómo van las cosas por ahí?
-¡¿UNA SEMANA?! , ¡¿ES EN SERIO?! -grité enfadada. -La plata que me dejaron no alcanza ni para dos días. ¡¿Qué se piensan que soy yo, un animal?! - dije y corté la llamada. Realmente estaba enfadada. Ni padres tengo. Los odio. Se van como si nada, sin siquiera avisar. Vacacionando por ahí, y yo acá, sola.
Volvió a sonar mi celular, y lo apagué.
Me quedé acostada, hasta que me dormí. Me despertó el tiembre. Miré el reloj y eran las diez de la noche.
- ¿Ya las diez?, ¿quién será a esta hora? - pensé.
Bajé las escaleras rápidamente y miré por la ventana. Era ella, otra vez, había vuelto. Abrí la puerta, y la vi. Se veía fatal. Estaba toda embarrada y su maquillaje estaba corrido .
-Luz,¿qué te pasó? - le pregunté mientras la tomaba del brazo para hacerla entrar.
-¡Te odio! - me respondió y me dio un gran golpe en la cara. Me dolió muchísimo, iba a gritarle y a devolvérselo, pero no lo hice. Me di cuenta de que estaba borracha.
-¿Luz, anduviste tomando?
-Morite- me dijo. Se arrodilló, y vomitó.
Dios, qué asco. No soporto el olor a vómito.
La tomé de los brazos e hice que se pusiera de pie. No dejaba de gritarme: "¡SOLTAME PORQUE TE DOY ASCO!" . La llevé al baño, la senté en la ducha y abrí el agua fría, hasta que se calmó. Después puse el agua tibia, le saqué la ropa y la bañé. No soportaba verla así, estaba realmente mal.
-¿Por qué hiciste esto?- dije mirándola a los ojos.
-Porque me odiás - respondió mientras se tiraba el cabello bruscamente.
-¡NO HAGAS ESO! - grité.
Hasta que se quedó quieta. La saqué de la ducha como pude, la sequé y cambié. Luego de eso la recosté en la cama, y la tapé. Había refrescado mucho. Lo bueno es que ya había vuelto la luz y pude encender el calefactor eléctrico.
Me recosté a su lado y esperé a que se durmiera. Se veía mucho mejor. Bajé las escaleras y me puse a limpiar todo lo que ella había ensuciado.
Dios...qué asco. Me daba náuseas. Cuando terminé volví a la cama con la chica problemática. Era hermoso verla dormir.

Continuará...
¡Gracias por leer!
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Mi primera vez con élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora