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Es normal encontramos en nuestra vida personas odiosas que se creen superiores a los demás gracias al trabajo de sus padres. Niños mimados que no saben hacer nada aparte de gozar de los privilegios de haber nacido en una cuna de oro

¿Es correcto darles una lección cuando se tiene la oportunidad?

Al final la mayoría son mentirosos manipuladores de inocentes que fingen ser agradables solo para conseguir su objetivos ¿verdad?

En un mundo donde el engañó está a la orden del día es complicado reconocer las acciones puras.

Una hora, era exactamente el tiempo que Yuri se tomó para llegar tarde a la reunión con el príncipe kazajo, a su parecer aquel hombre era solo un idiota más a su lista de gente a la cual no deseaba ver ¿de dónde venía esa mala espina? Ni siquiera el mismo Yuri sabia el nacimiento de ese fastidio hacia aquel chico, realmente no tenía ningún motivo aparte de sus teorías sobre su malvada personalidad tras la charla con su profesor.

pensé que no vendrías —  el rubio se encogió de hombros despreocupado —  durante el día lo olvidé —  a su parecer la mejor arma para atacar a los orgullosos niños ricos era darles a atender que no eran tan importante como creían — al parecer estas teniendo un día ocupado —  Otabek seguía actuando con calma, las palabras del rubio realmente no le molestaron porque en ningún momento pensó mal del rubio, no lucía una persona capaz de mentir por cosas tan banales — espero te gusté el lugar, me tomé el tiempo de buscar algo adecuado —  el kazajo se estaba tomando esa pequeña salida bastante enserio, hasta había llegado unos 15 minutos antes de la hora acordada para evitar hacer esperar a Yuri. No deseaba causar una mala primera impresión, lastimosamente no sabía que nada de lo que hiciera podría arreglar la impresión prefabricada de Yuri sobre él.

Ambos caminaron en silencio bajo la mirada de algunos curiosos estudiantes que no tuvieron vergüenza en murmurar a sus espaldas. En esos momento el tigre ruso podía hasta imaginarse como serían los nuevos rumores, en definitiva no podía caminar al lado de nadie porque automáticamente todo el mundo pensaba que andaba de seductor o rumbo a un motel ¿enserio se veía tan desesperado por sexo? hace un tiempo no se había acostado con nadie, pero dudaba que se le notara en la cara ¿o sí?

podemos ir en mi motocicleta — aquello no era una motocicleta, más bien era una bestia de metal completamente brillante y asombrosa a los ojos de Yuri —  no me subiré contigo, prefiero ir a pie —  maldecía a su orgullo, realmente tenía unas ganas enorme de subirse y sentir el viento chocar contra su rostro, sin embargo como siempre su boca terminaba haciéndole caso a su jodido orgullo que nunca lo dejaba dar marcha atrás — si no caminas rápido me iré solo —  su mal humor volvía atacar a su acompañante, el Kazajo simplemente guardó las llaves para seguirlo —  iremos a esta cafetería cerca de la escuela, no tengo tiempo que perder —  su voz salía con molestia y su rostro mostraba disgusto como si compartir aire con Otabek fuera una tortura. Altin podía sentir el enojo del rubio, pero la decepción de saber que sus planes estaban siendo arruinados era más grande.

Al llegar a la cafetería las cosas no mejoraron, Yuri seguía con su típico mal humor sin importarle las atenciones que Otabek tenía hacia él. No tuvo que pagar, le preguntaron amablemente lo que deseaba, le entregó una servilleta, absolutamente ningún gesto caballeroso le sorprendía. Más bien pensaba que todo era una sucia táctica para conseguir llevarlo a un motel barato. Cualquiera diría que el ruso simplemente estaba siendo paranoico. Lastimosamente la verdad no estaba ligada a una paranoia ficticia, normalmente sus acompañada creían tener el derecho de abrirle las piernas por una cena o algo parecido ¿acaso se veía como una prostituta barata? Realmente debía darse un cambio de look o golpear a todos los que contribuían a la imaginación de idiotas sin sentido común.

Bad Reputation (OtaYuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora