1

4.9K 454 90
                                    

¿Cuántas veces hemos sentido miradas sobre nosotros que juzgan cada paso que damos? Muchos dirían que eso es simple paranoia, que el mundo no gira entorno a una sola persona pero nadie se fija que cada persona es un mundo donde una simple acción puede hacer que todo se vea diferente.


La música combinada con sus asombrosos saltos, mostraba a la perfección lo talentoso que era Yuri. Se podía ver la pasión colocada en la coreografía, su frustración y orgullo quedaban representados de una forma tan armoniosa que podía hacer llorar como emocionar al público. El escenario era su hogar a pesar de no tener una audiencia.

Plisetsky hace tiempo bailaba solo para sí mismo, no más aplausos, flores, halagos o la satisfacción de completar una obra a la perfección. Ahora su placer más grande era quedar con el cuerpo tan adolorido hasta olvidarse de su vida por unos cuantos segundos. Cuando sus músculos no podían más su mente parecía sentirse libre, todo dejaba de importar y entraba en un estado de relajación total donde casi podía saborear una felicidad tan efímera y reconfortante que lograba sacarle una pequeña sonrisa.

Esa era una de esas noches donde se encontraba tirado en aquel estudio. Aquellos pocos minutos que le recodaban aquel sueño que le fue arrebatado por el un simple error que caía a sus hombros aunque nunca hubiera hecho nada más que entregarle su cuerpo y alma al ballet. Siempre dio lo mejor de sí mismo pero la vida le dejo en claro que el talento y trabajo duro en ocasiones no son suficientes cuando el mundo simplemente está esperando una excusa para arrebatarte lo que una vez fue tu razón de vivir.

¿estás bien?

Como era de esperarse el ruso no contestó, simplemente se levantó para tomar sus cosas y marcharse sin hablar. Aun había varios estudiantes en el edificio de arte como en el resto del campus, aquella universidad siempre estaba bastante animada y realmente lo odiaba. Todos mostrando sus "perfectas" y "amables" caras. Cada uno de ellos era tan falsos como su manera de decir "estamos para ayudar, bienvenido". Todos buscando lucir bien para mantener las máscaras que les asegurarían un futuro, aquel simple pensamiento lo lleno de asco suficiente como para apresurar sus pasos.

Su largo cabello rubio se movía con gracia, esta vez ni intentó ocultarlo al final siempre lo reconocían. Cuando caminaba podía sentir las miradas sobre su cuerpo para ser específico su trasero, los comentarios filosos, las risas y los empujones o roces "accidentales "que lograban disminuir su paciencia. Los primeros días se había mostrado asustado pero ahora su mal humor era pan de cada día, pues su vida era una rutina de lo más pesada gracias a todas la personas que lo rodeaban.

Muchos se preguntaban cómo alguien tan hermoso podría estar tan amargado, después de todo Yuri Plisetsky era uno de los chicos más lindos de la universidad y hasta varios opinaban que se veía mejor que muchas chicas. Aquella suave piel, dorado cabello, sonrisa perfecta, cuerpo delicado y unos ojos verdes penetrantes que parecían esmeraldas harían que cualquiera quisiera tenerlo a su lado y justo por eso su vida fue arruinada. Apenas pisó la universidad todos se mostraban interesados en saber su nombre, de donde venía, como podían ayudarlo o entrar a su nuevo círculo de amigos. Todo aquello formó una perfecta ilusión para el ruso que por un momento creyó poder iniciar de nuevo, tener una vida normal donde los prejuicios dejaran de atarlo. En aquel entonces su vida se mostraba brillante pero simplemente fue el inicio del fin.

La belleza puede ser cruel, normalmente se piensa que una persona atractiva va a tener una vida más fácil porque aunque todos intentan eliminar los estereotipos al final la mayoría de humanos son superficiales. Todos miran el envoltorio, pero nadie quiere molestarse en descubrir lo que se encuentra dentro. Aquello lo volvió el blanco de conquista para chicas y chicos, lo vieron como un nuevo trofeo y ahora era el juguete usado. De la cima al lodo en pocos meses.

Bad Reputation (OtaYuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora