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¿Cuantas veces nos hemos quejado de ser juzgados pero somos los primeros en juzgar? Es fácil quejarse, lo complicado es actuar para romper el círculo vicioso que encierra nuestras mentes en una moral teórica donde las acciones parecen pelear con nuestras palabras.


Yuri no tenía el corazón para decirle a su abuelo que dejará de invitar al vecino porque no lo soportaba ¿acaso eso tenía sentido?Conocía su falta de tolerancia hacia sus pequeñas mentiras, Otabek era el hombre perfecto en todo lo que hacía desde el momento en el cual cruzaba la puerta de esa forma tan segura, hasta su voz amable al charlar con Nikolay. Todo lo que hacía le salía de una manera tan natural, jamas creyó en la existencia de alguien tan bueno.

Desconfiaba mucho del kazajo pero al mismo tiempo no se sentía lo suficientemente valiente para gritárselo frente a Nikolay. Al final se resignó a ser simplemente el adorno de la casa cuando Otabek hacia acto de presencia. Lógicamente sus visitas eran exclusivamente dedicadas a su abuelo, jugaban ajedrez, hablaban de política, de autos, historia y ciencias. El ruso mayor tenía un amigo, no sabía cómo sentirse al respecto, sobretodo porque el futuro doctor lo ignoraba tras el saludo de cortesía.

No más actos caballerosos, sonrisas o miradas profundas como las que recibió cuando recién se conocieron. Todas sus sonrisas eran dirigidas a Nikolay quien lo había aceptado como un nieto más  y una vez hasta estuvo hablando con la familia de Otabek por medio de la computadora, todos parecían tan felices. Él siempre permanecía de lado vigilando de lejos al contrario en busca de algún defecto lo suficientemente grande para alejarlo de su vida.

Yuri realmente no sabía si estaba celoso de su vecino por acaparar la atención de su abuelo o de su abuelo por conseguir toda la amabilidad del príncipe kazajo ¿que estaba mal con su cabeza? ¿Enserio deseaba que lo mirara? Se negaba a investigar esos sentimientos, prefería concentrarse en mantener su cuenta de Instagram lo suficientemente perfecta para que sus patrocinadores y seguidores no pensaran que realmente no estaba tan bien como se mostraba. Tenía tantas pesadillas, aquello lo seguía persiguiendo, tantas comidas deseando gritar y lágrimas buscando salir.

Sí, Otabek es taaaaan amable — soltó sarcástico dejando que su cabello sea alborotado por las manos de su abuelo, hace poco se lo había cortado en busca de una apariencia más masculina. Al final los comentarios si le afectaban, una parte de él se arrepentía mucho por haber perdido su larga melena, pero la otra prefería guardar esa melancolía en un lugar oscuro de su mente.

— deberían ser amigos, a veces creo que viene aquí por ti — Yuri bufó ante la ingenuidad de su abuelo, existían cosas claras en la vida y una de esas era lo insignificante de su presencia para el kazajo o por lo menos eso parecía cada vez que llegaba de visita — él ni siquiera me mira, cuando llega es " buenas tardes Plisetsky" — imitó el tono formal del mayor al igual que su cara seria logrando sacarle una leve risa a su abuelo —  luego de eso vuelvo a ser invisible ante sus ojos — aquello era un poco doloroso de decir, normalmente no le molestaba ese tipo de invisibilidad, el recordatorio que quizás pudo ser diferente lo torturaba. Muchas veces se preguntaba cómo sería su relación con Altin si en aquella tarde se hubiera portado un poco más amable.

Yuratchka, no creo que... — el timbre del teléfono los alertó dejando la conversación de lado — Es Otabek, quiere que baje y lo ayude con algo — se puso la chaqueta causando y Yuri lo hizo también, había estado esperando ese momento para gritarle que realmente era amable solo porque necesitaba a su abuelo. Deseaba con todo su ser tener la razón sobre la odiosa personalidad del príncipe. Le quitaría la máscara frente a Nikolay y su conciencia dejaría de molestarlo.

Bajó rápidamente las escaleras hasta dejar atrás a su abuelo, en su mente solo estaba la oportunidad de no volver a sentirse como un idiota por haber sido grosero en aquella cita — al final ganaré— abrió la puerta al mismo tiempo que su abuelo llegaba en el ascensor — vamos, quiero ver para qué te necesita — jalaba el brazo del anciano hacia fuera del edificio ignorando sus palabras sobre que debía calmarse.

Bad Reputation (OtaYuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora