21

387 49 9
                                    

La vida es un espectáculo, un lugar donde los aplausos te entregan posiciones privilegiadas. Donde los actores que nunca salen de sus papeles tienen la posición más alta.

Todo es perfecto, todo es hermoso, todo posee un aura inmaculada vista desde lentes rosados.

¿Qué existe cuando te lo quitas?

Personas rotas, pero nadie quiere juguetes con imperfecciones.


Mientras Yuri estaba pasando una de sus peores noches, del otro lado de la ciudad se encontraba Hannah sin ganas de vivir, pero demasiado orgullosa como para rendirse. En la vida existían dos tipos de personas, aquellos que caían ante la presión y aquellos que jamás se tomaban un respiro. La perfección era una ilusión y ella una maestra en las artes de las mentiras. Después de todo había crecido para ser la niña dorada con rostro de muñeca, cuerpo de cristal y sonrisa capaz de alegrarle el día a cualquiera.

Era la mujer perfecta, todo el emblema de lo que algún día seria la esposa trofeo mas admirada. Sin embargo, ella quería mucho más, estaba cansada de ser juzgada como la niña superficial con manos de cristal que eran sinónimo de fragilidad. No era solo una "princesita", era la mejor estudiante en un área que odiaba. Se esforzaba día a día para alcanzar las metas de sus padres. Ella era todo lo que su hermano mayor jamás llegaría a ser, pero aun así su padre lo prefería a él.

Siempre a la sombra de un hombre incapaz de levantarse solo, un idiota que tras un solo corazón roto se lanzó al olvido y rara vez se mostraba sobrio. Le gustaría decir que lo odiaba, pero no podía, su hermano creía en sus habilidades a pesar de ser un inútil ¿entonces porque se le hacía tan fácil odiar a Yuri?

No lo entendería, quizás realmente ni lo odiaba. Quizás solo quería volver a sentir que se podía comer el mundo para mantenerlo a salvo junto a su hermano. Su plan era simple, casarse con el mejor partido para alcanzar la libertad soñada y finalmente cuidar a las dos personas a quien mas adoraba. Yuri solo tenia un trabajo, confiar en ella y quedarse con su hermano mientras ella organizaba el resto.

Sin embargo, aquello no cambio nada, Yuri decidió perderlo todo y lanzarse a un abismo sin sentido donde estaría solo ¿acaso no sabia lo complicado que seria sobrevirar por su cuenta? Claro que lo sabía, simplemente la libertad es más satisfactoria que cualquier amuleto de oro. El ruso tenia la habilidad de florecer sin importar lo que ocurriera a su alrededor, siempre lograba salirse con la suya.

Odiaba aquella terquedad disfrazada de valentía, la odiaba tanto porque era lo que deseaba para su vida. No quería casarse, no deseaba ser madre, mucho menos vivir en una casa como la esposa trofeo sin ambiciones. Hannah buscaba encontrarse en la cima, mover el mundo a su favor, trabajar todos los días donde su cerebro sea valorado, donde sus ideas sean escuchadas.

Lastimosamente el miedo la paralizaba, no sabia como valerse sin la ayuda del dinero de su padre. No tenia idea lo que era trabajar sin ayuda de un apellido importante, por lo tanto, escogía la estrategia mas viable. Una boda con Otabek prometía la alianza maravillosa, el hombre era apuesto, amable y por lo menos estaba segura de que lograría tener cierta liberta bajo el acuerdo nupcial. Estaba dispuesta a dejar su libertad con el objetivo de volverse el orgullo de su padre, quizás en el proceso hasta la podría ver como la digna heredera del imperio que ella también ayudó a construir.

Aunque como siempre aparecía Yuri con su rostro angelical arruinar sus planes, ni siquiera lo intentaba y tenía al héroe a sus pies. No era tonta, sabia que Otabek estaba a un paso de abandonar todo para arriesgarse a tener una viuda con el ruso ¿acaso se daba cuenta de lo que perdía? Su país lo tenia en un pedestal y la homosexualidad no era aceptada, ambos estarían en peligro siendo desterrados de la sociedad.

¿enserio valía la pena?

No entendía cómo podía serlo, ella jamás había sentido aquel deseo de lanzarse a pesar del miedo, Todo en su vida era planeado para demostrar perfección absoluta. Una pieza más de un tablero que presentaba un espectáculo monótono donde la bella princesa decidía dejar todo por amor hacia un mediocre príncipe.

Solo pensar en ello le causaba nauseas y en esos momentos le gustaría seguir siendo amiga de Yuri para ser escuchada sin reproches. Aquella pequeña rata sabia tanto de ella y aun así jamás lo había usado en su contra, mientras ella lo perseguía pidiendo justicia de la forma más hipócrita posible. Su hermano no merecía a Yuri y ella jamás tuvo que sentirse en derecho de usarlo como su muñeca. Era consiente que estaba mal, pero se sintió tan bien tener el control por unos pocos meses. Podía asegurar que estaba tomando las decisiones correctas por amor, hasta sentía que era capaz de justificar a su propio padre por tratarla como un adorno.

Pobre tonta, entendió demasiado tarde que jugar con las muñecas tenia tiempo de caducidad. Su hermano y Yuri tenían vida propia, sueños, metas y la valentía digna de admirar. Ambos se liberaron de sus ideas dejándola completamente sola. El juego de la familia perfecta no podía llevarse a cabo si los espectadores veían a los actores fuera de sus lugares, nadie mas iba a creer que eran perfectos. Fotos, revistas, premios alimentaban la ilusión de un mundo rosado lleno de oro y diamantes. Cuando en la realidad tenían a su madre bajo sedantes, su padre lleno de negocios negros, su hermano escapando para poder amar y ella luciendo como una muñeca de porcelana vacía con el único propósito de complacer.

¿algún día se iba a terminar? ¿Qué le esperaba del otro si rompía los hilos? ¿seria capaz de sobrevivir o simplemente seria atrapada y enviada a un destino aun mas turbio? 

Bad Reputation (OtaYuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora