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¿Alguna vez han deseado entender su propia mente? Es tan fácil fingir sonrisas y es tan difícil entender el dolor que nos auto provocamos al pensar que no somos dignos de ser felices.
Nosotros somos nuestro peor enemigo y los creadores de nuestra vil reputación, en ocasiones es tan complicado amarnos que nos olvidamos que existen otros ojos que no miran con el valor que realmente tenemos.

Monstruo, cínico, egoísta, insolente, orgulloso, mentiroso, traicionero, inútil, cobarde, antipático...

La lista era larga, jamás parecía terminar y su mente se encargaba de torturarlo sin parar. En cada momento, sin importar cuándo buscará distraerse todo volvía a lo mismo.

Podía estar solo llorando en una gasolinera, pero no se sentía solo. Tenía de compañía a su propia alma que amaba torturarlo y recordarle lo inútil que era. No era algo nuevo, siempre pasaba y por eso le costaba dormir.

Él era su peor crítico, siempre veía cada error y nunca un acierto. Aunque siendo honesto ¿tenía aciertos? Probablemente no, porque si fuera así no estaría llorando todo solo ¿verdad?

¿Como había llegado allí? Fácil, escapó de Otabek por algo que su cansada mente no recordaba muy bien. Quizás se debía al licor en su sangre o simplemente a que sus neuronas se ponían de acuerdo para hacerlo sentir como un idiota.

No conocía las respuestas pero deseaba morirse. Seguramente Otabek estaría mejor sin  un rubio malhumorado y su abuelo podía adoptar a otro nieto ¿J.J sería buena opción? Quizás no, pero de seguro Mila sería perfecta. Ella no haría que su abuelo se preocupara por llegar con moretones causados por peleas que no podía ganar.

Un fracaso más en su lista, era súper bueno provocando y súper malo dando golpes. No veía que siempre estaba desventaja, solo admiraba que no era capaz de ganar.

¿Porque era tan mala persona?

Sentía que todo lo que tocaba se marchitaba o moría, como su madre. Quizás por eso ella decidió terminar con su vida, no toleró tenerlo como hijo porque supo que sería una vergüenza.

¿Sería la misma razón por la cual su abuela no resistió el infarto?

La respuesta era simple, era un malvado ser que no merecía ser feliz y por aquella razón cada vez que rozaba la felicidad algo malo pasaba.

No necesitaba ser rescatado, nadie realmente debía meterse en su vida porque era imposible entender su dolor desde afuera. Ellos solo veían sus ojos verdes, pero no eran capaz de visualizar a la maldita sombra que cubría su cuerpo.

Todos eran ciegos, todos veían a Yuri con un potencial que no existía. Porque si ese Yuri fuera real, ahora estaría siendo aclamado por ser el mejor en el ballet y no por ser un maldita persona que destruye todo a su paso.

Debía aceptar algo, era un maestro saboteando su propia felicidad porque estaba seguro que ahora Otabek jamás buscaría hablarle de nuevo en la vida.

¿Porque lo haría?

Si era realista todo tomaba sentido. Otabek era perfecto y él un desastre, la vida no es una película y eso no se mezcla. Fuera de aquello ambos eran hombres, era antinatural ¿no? Eso significaba que automáticamente no merecía amar o ser feliz, ciertas personas le habían dicho eso antes.

— Me odio —

Continuó bebiendo y hasta fumando, ni tenía ganas de estar consiente porque la conciencia le daba más fuerza a su mente para decirle lo que conocía de memoria.

Monstruo, cínico, egoísta, insolente, orgulloso, mentiroso, traicionero, inútil, cobarde, antipático...

💕

Felices madrugadas.
Volví después de tanto con un golpe de inspiración del momento y con la idea de que puedo continuar la historia con capítulos no tan largos. Eso haría que la historia se demore un poco más en terminar , pero podría actualizar más seguido.
Gracias por quienes siguen aquí y gracias por sus bellos mensajes.
Somos una familia hermosa ❤️

Aunque sea con pasitos pequeños, planeo terminar todas las historias.

Los y las amo❤️

Bad Reputation (OtaYuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora