Tener el poder nos da como ser humanos la habilidades de aplastar a otros, es peligroso y aditivo poder jugar con la vida de los demás.
Verlos sufrir o simplemente contemplar lo maravilloso que es estar de nuestro lado, porque la vida jamás será justa. El grande buscará a destruir al pequeño y la venganza siempre será un placer prohibido destinado a deleitar a quienes tienen la fuerza para domarla.
El regresó a New York fue lleno de charlas sin sentido y besos furtivos, estaban felices y hasta causaban envidia a los solteros en el aeropuerto. No tenían un título en palabras, pero en su mirada se podía ver mucho más allá.
Ambos llegaron a las torres Kot y tras unas cuantas risas en el ascensor Yuri aceptó la ayuda de Otabek. Su abuelo estaría feliz de verlos — Te he extrañado ta... — las palabras no salieron de su boca, cuando entró el departamento estaba completamente vacío. Ni un solo mueble y su cuarto estaba igual ¿que demonios estaba pasando?
Llamó a Viktor, no tenía ni la mínima idea de porqué, pero era la única persona que ocupaba su mente en ese momento — ¿donde esta mi abuelo? — su voz desesperada causó una pequeña risa del otro lado del teléfono.
— está conmigo Yurio, han pasado unas cuantas cosas mientras no estabas —
No sabía cómo decirle sobre el desalojo, ni él mismo lo entendía, pero sus abogados estaban investigando el caso. Las torres Kot habían sido diseñadas por Nikolay Plisetsky como un regalo para su esposa, los planos se perdieron en una mudanza. Planearon hacer otros porque la pintora adoraba New York, lastimosamente la historia no se pudo cumplir. Esa era la información hasta el momento.
Por otra parte tenían las torres construidas bajo el nombre de otro arquitecto, el propietario decía ser un buen amigo de la abuela de Yuri. También tanto Nikolay como Yurio habían llegado al lugar siguiendo información en una carta oculta entre las pertenencias de Irina. Todo era un gran rompecabezas.
— el dijo que nos dejaría vivir en este lugar porque era un gran amigo de la abuela — Yuri parecía frustrado, su abuelo como siempre andaba con un humor bastante relajado.
— cambió de idea, buscaremos otro lugar y todo estará bien —
Yuri negó con la cabeza, no podía irse. Los cuadros de su abuela estaban en esa habitación oculta. Jamás se los dejaría a alguien más, eran sus últimos recuerdos y no debían simplemente ser vendidos. No eran sólo pinturas, eran fragmentos de su alma.
— iré hablar con ese hombre —
Con todas las cámaras sería imposible sacarlos, algo saldría mal y podía verse como un robo porque no podía pagar un abogado para demostrar su inocencia. Odiaba tanto sentirse como un simple peón en ese juego, no entendía nada.
— no estas solo —
Aquella frase lo hizo regresar al planeta tierra, le costaba creer en su nueva realidad. Estar solo había sido su vida desde pequeño, a pesar de tener a sus abuelos siempre se sintió solo. Le faltaba aquel amigo incondicional, las risas o momentos normales de la infancia.
Sin embargo, ahora tenía a Otabek a su lado. Aquellos ojos cafés le prometían encontrar una solución, traerle paz en la tormenta. Yuri solo podía sentirse como un idiota por caer a los pies del Kazajo como si su vida fuera una película romántica.
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Bad Reputation (OtaYuri)
FanfictionEl mundo está lleno de apariencias y comentarios superficiales donde dar una segunda oportunidad suena imposible. Nuestra sociedad en un lugar donde es fácil juzgar a una persona por un error o por su pasado sin saber realmente que tras dichas accio...