Mi Dulce Venganza

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Estuve toda la noche pensando en mi venganza, repasándola detenidamente y esperando a que las horas pasarán lo antes posible... El reloj daba las 05:00 am y por fin Edwards se dignaba a contestar el móvil. Luego de una merecidas vacaciones con YongGuk en el frío suelo de la comisaría, mi querido padre nos sacaba finalmente de esta. El maldito idiota de YoungJae nunca llego, ni volvió a contestar el teléfono después de las llamadas reiteradas, no podía pedir más, después de todo éramos desconocidos... Aún así mi venganza no sería en vano.

- ¿Desorden público? - pregunto, enfadado.

- Si te refieres a mi felicidad al caminar por la calle, eso no es un delito Edwards.

- Pensé que tus andanzas cambiarían después de mudarnos, ¿no puedes controlar tu alcoholismo? - contesto, enfadado con una mezcla de decepción.

- En mi defensa el piso era el que se movía - respondí, tratando de apaciguar la situación.

- Sube al auto, Grace. - me pidió, abriendo la puerta del copiloto de su Lamborghini.

- Gukkie, te llamare luego... - dije, mientras el nos miraba en silencio desde la salida de la comisaría y yo subía al vehículo. Me dedico su última sonrisa.

- ¿Ese es tu nuevo amigo? - pregunto papá, comenzando a conducir.

- Si ¿algún problema? - pregunte a la defensiva.

- ¿Que es lo que hace? - volvió a preguntar interesado, sin desviar la vista del camino.

- ¿Se supone que te importa, Edwards?

- Claro que me importa, Grace. No es una buena influencia si deja que andes ebria por las calles - respondió, de mala gana.

- ¿Y tú crees que si él dice que no beba, le haré caso? - sonreí con ironía.

- ¿Cuando madurarás hija? - susurro.

- Cuando mamá resucite - respondí riendo. - ¿Estás loco? - pregunte de mala gana al ver que llegábamos al edificio de Jewils - Son las seis de la mañana, ¿no pensarás que hoy trabajare?

- Trabajo es trabajo - respondió, saliendo del auto.

- ¡Aishh! ¿Te das cuenta que no he dormido nada? - pregunte, saliendo del auto echando humos.

- Yo no te mande a emborracharte por ahí, así que será mejor que guardes tus energías para el trabajo - respondió, más que enfadado.

Al llegar a mi oficina apague las luces de esta ya que HimChan llegaría en un par de horas más y no tenía la intención de perder esas horas de sueño que quedaban, cerré la puerta tras de mí y en plena oscuridad me acurruque en la cómoda silla de su escritorio para comenzar a dormir. Cerré lentamente los ojos imaginando mi venganza, pensando en YoungJae, repitiendo las imágenes de el día pasado para luego sonreír antes de quedar inconsciente...

Desperté de un salto al sentir un golpe, era HimChan quien arrojaba fuertemente un par de libros sobre su escritorio.

- ¡Aishh como se te ocurre despertara alguien así! - grite con enfado.

- ¿Qué crees que haces? - pregunto, en su máxima seriedad.

- Dormir - respondí, cruzándome de brazos y acurrucándome nuevamente en la silla para volver a cerrar los ojos.

- Sal de mi escritorio... - pidió, tratando de no perder su paciencia.

- Préstamelo sólo un rato ¿sí? - rogué con los ojos cerrados intentando dormir.

- Grace... - sentía su mirada asesina sobre mí.

- Señorita Walker - le corregí.

- Te doy cinco minutos para que traigas mi café y órdenes los papeles en tu escritorio.

You're My RomeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora