DOS

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Kyungsoo no supo cómo tomarse la noticia. Por un lado pensó "ey, genial, ahorrarás en anticonceptivos y lo disfrutarás más", pero por otro lado sabía que algo muy en el fondo de su ser se rompió al escuchar al doctor Kim diciendo "es imposible que puedas tener hijos". Lo había dicho con mucho tacto al principio, pero por la naturaleza negadora de Kyungsoo, había tenido que llegar al extremo de decirlo con esa fuerza en las palabras.

Con la misma cara de póker con la que salió del consultorio, llegó a su departamento y se sentó en el sillón individual a un costado del grande, donde Chanyeol y Jongin jugaban al Mortal Kombat. Como acostumbraba a lanzarles cosas cada vez que gritaban por videojuegos, que Kyungsoo consideraba estúpidos, ambos se descolocaron por la calma. Con un mal presentimiento, decidieron poner en pausa la partida y prestarle atención. Luego de unos cuantos minutos en silencio y con la vista fija en la mesa ratona, Kyungsoo largó:—No puedo tener hijos.

Impactados por la sorpresa, ya que no hubieran imaginado ni en años luz que Kyungsoo presentara semejante problema, se miraron sin saber qué decir al respecto. No tenían idea qué pensaba Kyungsoo sobre la paternidad. Ni siquiera sabían qué pensaba de sus papás porque aparentemente se llevaba bien con ellos, pero cuando fallecieron su vida no se alteró más que por algunos llantos ocasionales cuando todavía era muy reciente la pérdida.

Sin esperar nada de ellos, Kyungsoo se levantó del sillón y se encerró en su cuarto, ahorrándoles el trabajo de pensar. Sabía que no eran malos amigos o que no era que no les preocupaba, era simplemente que no sabían cómo reaccionar y Kyungsoo lo entendía. Tenía asumido que era una persona complicada. Se quedó allí encerrado el resto del día, con la mente en blanco, preguntándose si debía llamar a su hermana mayor, Sooyeon, y contarle lo que pasó. Quizás la voz de una madre le diera alguna pista sobre cómo debía sentirse con la noticia; pero pensar en sus sobrinos le dejó un gusto amargo en la boca y, naturalmente, esquivó el asunto, buscando restarle importancia para no sentirse afectado.

Al día siguiente ya estaba despejado. Se sentía como siempre, solo que un poco más libre (y vacío). Decidió sacarle provecho a esa "libertad" y, como no era idiota y sabía que no debía hacerlo con un desconocido porque implicaba más que un embarazo, ¿quién mejor que sus amigos? Por lo menos sabía que estaban limpios.

Miró el calendario pegado con imanes en la heladera. A quienes primero recurría en casos de necesidad generalmente eran sus compañeros de piso, pero esta vez iba más allá de eso. Todos eran distintos en la cama, y lo sabía porque ya había probado con casi todos. Sólo le faltaban dos, sin contar a Junmyeon (él no contaba para nadie, era demasiado paternal). Su intención era probarlos a la nueva manera, a pelo. Recordó que Jongdae estaba a punto de comenzar a salir con un amigo de Baekhyun y pensó que debía ponerlo como prioridad, antes de que estuviera atado. Ya se habían acostado dos veces, cuando Kyungsoo terminó con Yifan años atrás.

Cuando llegó la noche, estaba parado en la puerta del edificio donde vivían Jongdae y Baekhyun y sintió que se le revolvía el estómago. Se estiró la ropa y miró en el reflejo del vidrio de la puerta que le quedara lo suficientemente ajustada para tentar a cualquiera, pero no tanto como para parecer un necesitado. Se tiró aliento en la palma para asegurarse que oliera a menta y olfateó sus muñecas para comprobar que se había puesto suficiente perfume. Tocó el timbre y una voz simpática preguntó quién era. El corazón le latía a mil mientras esperaba que le abrieran. Vio a Baekhyun a través del vidrio bajar del ascensor.

—Hola, Kyung —saludó el castaño, con esa sonrisa perfecta que parecía de propaganda de colchones, cuando le abrió la puerta. Kyungsoo le devolvió el saludo con un beso en la mejilla—. Puedes subir, dejé abierto —dijo Baekhyun, sosteniendo la puerta.

¿Quién es el papá?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora