Las perfectas curvas de su vecino se contoneaban como un péndulo delante suyo y sus ojos se veían obligados a seguirlas de un lado a otro. Sehun tiró con fuerza de su brazo, casi provocando que tropezara, y Tao volvió en sí y recordó que estaba resistiéndose a ser arrastrado al club donde Sehun planeaba festejar su cumpleaños atrasado. ¿Desde cuándo le importaba a Sehun? Apenas lo había visto los siguientes días al viaje. Como Tao había sido reincorporado al trabajo, su tiempo en casa se había reducido y extrañaba las tardes de relajo viendo el culo de Sehun pasear por su departamento. Por las mañanas salía al pasillo o a la calle con la mera intención de cruzárselo, pero Sehun parecía haberse evaporado. Hasta que apareció en la puerta de su departamento invitándolo (o, más bien, obligándolo) a ir a un club para compensarle por su cumpleaños.
Tao no se sentía de ánimos para ir a un club. Tenía el cuerpo agarrotado por el repentino exceso de labores después de semanas inactivo, y tenía muchas más ganas de quedarse en el sofá, en silencio, observando las líneas del rostro de Sehun hasta quedarse dormido. Pero ya no podría decirlo ni en tono de broma porque ahora Sehun era consciente de que hablaba en serio y Tao no quería que se sintiera presionado. Así que simplemente se negó y empujó la puerta, pero Sehun colocó su pie en el camino y entró a la fuerza. Fue directo a su dormitorio y se sentó en la cama. "Te espero", dijo de brazos cruzados y le echó una mirada rápida a su ropa de entrecasa, dándole a entender que se vistiera para salir. Tao obedeció para complacerlo, pero una vez en la calle sus pies fueron reticentes y Sehun prácticamente debió arrastrarlo, lo que no le fue difícil gracias a su hipnotizante jardín trasero.
El club era más grande de lo que Tao esperaba (tenía la esperanza de que Sehun eligiera uno tranquilo), no supo si soportaría pasar la noche ahí. Cuando entraron la música le dio un latigazo a sus oídos y las vibraciones del suelo lo hicieron sentir mareado. "¿Qué anda mal contigo?", se dijo y tomó una bocanada de oxígeno. Vio la barra al frente y caminó decidido hacia allí, necesitaría alguna bebida espirituosa para no derrumbarse. Sehun lo siguió y pidió lo mismo que él. Miraron alrededor mientras bebían sus tragos, imposibilitados de compartir una conversación normal debido al ruido. Sehun empinó su vaso y se acabó hasta la última gota antes de hacerle señas para meterse en el remolino de gente bailando. Tao levantó su vaso todavía a la mitad y lo empujó para que fuera solo. Sehun le echó una mirada inconforme, pero se fue.
Quince minutos después, mientras Tao miraba entretenido a Sehun bailar a lo lejos, el vaso ya vacío en la mano pero sin energía para seguir a su vecino a la pista, lo abordó un hombre alto con una caja de cigarrillos. Tao no lo pensó, tomó uno por reflejo y lo llevó a sus labios para que el hombre lo encendiera con su zippo. Sin siquiera dar una pitada, alguien tiró de su cabello y lo obligó a voltearse. Sehun le arrebató el cigarrillo de la boca y antes de que pudiera quejarse por la brusquedad, el menor estaba sobre sus labios. Tao no se dio un momento para sentir sorpresa porque había ansiado tanto volver a besarlo que prácticamente se había vuelto el motor de su vida. Tomó las caderas de Sehun y lo atrajo más cerca. Se dio la libertad de pasar la lengua por la línea entre sus labios exigiéndole un beso más profundo. Sehun fue muy receptivo, abrió su boca dándole permiso de explorarla y se aferró aún más al mechón de cabello de Tao como si necesitara sostén.
Cuando se separaron para recuperar el oxígeno, Sehun sintió la urgencia de explicarse:—Solo cumplí con el trato. Así que no fumes.
—Tendrás que darme muchos de esos para calmar mi ansiedad —respondió Tao con una sonrisa ladina.
Sehun se mordió el labio inferior y miró alrededor nervioso. Tao estaba simplemente maravillado con su belleza y el hecho de que aún tenía las manos en sus delgadas caderas y Sehun no lo estaba quitando. Es más, aún apretaba el mechón de su cabello sin intención de soltarlo. Tao se inclinó cerca de su oído y acarició el borde del cartílago con la punta de su nariz. Sehun se estremeció y tiró suavemente de su cabello.
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¿Quién es el papá?
Fiksi PenggemarUn grupo de amigos, un bebé en camino, seis posibles padres y ninguno quiere serlo. ¿De qué manera esto interferirá en sus vidas? Género: humor, drama, romance, de to' un poco Advertencias: +18, mpreg, parejas atípicas y versátiles Extensión: Long f...