¿Quién es el papá?

DIECIOCHO

Tao comenzaba a exasperarse porque ya hacía tres días que Baekhyun estaba metido en su departamento y no sabía cómo sugerirle que se fuera sin ser un hijo de puta. El chico había peleado con su mejor amigo y había buscado asilo en su casa hasta que se le pasara el enojo, pero al parecer no se le iba. Estaba por preguntarle cuándo pensaba volver a casa cuando sonó el timbre. Amaba ver a Sehun, pero no tenía ninguna emoción porque fuera a verlo justo ese día, a pesar de que ya no tenía la bota y había esperado mucho ese momento para volver a correr con él.

—Sehunnie —dijo con una alegría sobreactuada.

—Te ves espeluznante haciendo eso. ¿Qué pasó con el "nalgas bonitas"? —Tao puso cara de incomodidad. No quería que Baekhyun escuchara eso—. Ya te sacaron la bota. —Señaló Sehun, mirando su pie, y sin sonar muy sorprendido—. ¿Puedo pasar? —preguntó al ver que el otro apenas había abierto la puerta y para él ya era común simplemente pasar.

—Será mejor que vengas otro día.

—¿Estás fumando? —preguntó el menor con el ceño fruncido olfateando el aire, pero sin encontrar rastros.

—No, no, no...

Sehun igual empujó la puerta y pasó a su lado como si no le creyera. Tao levantó una ceja sin poder creérselo. ¿Con qué derecho se creía el vecino para irrumpir en su morada sin permiso? Era casi tan grave como el beso abusivo que le había dado aquella vez para darle celos a Baekhyun.

Sehun se encontró en la habitación de Tao con Baekhyun en pantuflas, revoleando una pierna desparramado en la cama mientras leía una revista de moda que le pertenecía al dueño del departamento.

—¿Qué haces aquí? —preguntó. Baekhyun bajó la revista y lo miró con sorpresa.

—Más bien qué haces TÚ aquí. Tao es mi amigo.

—No se peleen por mí, bellezas —dijo con sarcasmo el mencionado—. Ya que supongo que planeas quedarte, ¿quieres algo de beber? —preguntó al recién llegado.

—Agua está bien. —Se sentó en una punta de la cama y le quitó a Baekhyun la revista para darle una ojeada.

—¡Ey! Estaba leyendo eso.

—"Nueva aplicación para conseguir citas" —leyó en voz alta y miró a su ex—. ¿En serio, Byun?

Baekhyun le arrebató la revista de regreso con la cara roja.

—No es de tu incumbencia. ¿Qué haces aquí? ¿Te estás aprovechando de Tao?

—Tu amigo es el que quiere aprovecharse de mí —respondió ofendido.

—Ey —le llamó la atención Tao, que volvía con un vaso de agua—. Si vienes a hacerme quedar mal con mis amigos, te saco a patadas.

Sehun lanzó su espalda sobre el colchón muy cómodo.

—Inténtalo —lo provocó con el ceño recto.

Y a Tao le dieron ganas de llorar de frustración. Tenía a Oh Sehun acostado en su cama, mirándolo de esa manera amenazante que amaba, pero su (estúpido) amigo (y ex del dichoso engendro sensual) estaba ahí también y no podía hacer más que aguantarse las ganas de tomar ventaja del asunto. Vencido por la situación, ignoró a Sehun y se sentó junto a Baekhyun a mirar la revista con él. Sehun se arrastró más cerca de ellos y, de panza sobre el colchón, tomó otra revista de la mesa de luz. Los ojos de Tao se desviaban de manera no deliberada a las nalgas prominentes del chico alto y delgado acostado al lado suyo. "Sabía que así debían resaltar más", pensó, "¿imaginas lo que debe ser enterrarse entre ese par de... Mierda."