DIECINUEVE

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Jongin aún no encontraba a nadie que pudiera serle de utilidad para la cita falsa. Se había enterado de que Taemin había peleado con su nueva pareja y podría haberle pedido que le hiciera ese favor, como compensación por haberlo dejado de una manera tan horrible, pero no había conseguido contactarlo y parecía haber sido tragado por la tierra. El resto de sus opciones no eran opciones realmente porque estaban en pareja o eran personas que Chanyeol conocía, y el gigante conocía a Jongin lo suficiente para saber que jamás se sentiría atraído por ellos. Era una época de mierda para los solteros.

Seguía escarbando en su agenda de contactos mental cuando se agachó frente a una estantería del supermercado para meter su brazo hasta el fondo de la góndola y ver si quedaba alguna caja de su cereal favorito, que estaba en oferta. Al levantarse, con las manos vacías, se chocó con una persona que casualmente tenía una en las manos.

—¿La quieres? Venía a devolverla —dijo una voz levemente conocida. Al mirar a su emisor, descubrió que se trataba de Minseok.

—¡Ey! —exclamó un poco más alto de lo esperado por lo que automáticamente tosió para camuflar la sorpresa exagerada—. ¿Todo bien?

—Sí, ¿tú? —preguntó cortesmente el mayor. Que Jongdae fuera un patán no hacía a su hermano responsable de ello.

—También.

Minseok miró alrededor incómodo por el silencio, Jongin se estaba comportando raro. Le tendió la caja repitiendo silenciosamente la pregunta. El menor reaccionó y la agarró inclinándose en señal de agradecimiento. Minseok palmeó su hombro y se dio vuelta para seguir con sus mandados, pero Jongin se lo impidió al sujetar su brazo.

—Esto puede sonar muy loco viniendo de mí, pero... ¿tomarías un café conmigo?

    🌸🍑🌸    

Tao no podía creer que hubiese accedido. Debió haberse quedado en casa, dejarlo ir por su cuenta. Pero no, había salido detrás de Sehun al ver que seguiría a Baekhyun de cualquier forma, con o sin él, y algo en el fondo le había dicho que más le valía que fuera o Sehun podría arruinar la cita de su amigo así como las posibilidades de Tao con él.

Sehun había espiado por encima del hombro de Baekhyun más temprano el lugar donde había concertado la cita y luego había pasado por el departamento de Tao para invitarlo a ir con él en la aventura, probablemente para poner a prueba la suerte de amistad que estaban construyendo. Tao se negó rotundamente, pero en cuanto Sehun se dio la vuelta para seguir sin él, Tao se colocó el calzado y corrió tras él. Como una mascota. Se odiaba a veces.

Llegaron a un restaurante rústico, de bajo presupuesto pero con una ambientación agradable a la vista. Las luces eran bajas y de colores, había velas en las mesas y fotos antiguas en las paredes. El espacio era íntimo, solo se veían parejas. Los vasos eran frascos de mermelada y la comida vegetariana. "Un antro moderno", pensó Sehun. Tao, encantado con el lugar, casi lo arrastra hacia una mesa, pero Sehun lo tiró hacia atrás para que se ocultaran detrás de la maceta de un arbolito hasta que Baekhyun llegara. Si los veía, el plan se iba por el caño.

—¿Podrías recordarme por qué estamos haciendo esto? —preguntó Tao, hastiado.

—Porque nos preocupamos por Baekhyun.

—Lamento decir esto, amigo, pero es acoso. ¡Ah, déjà vu!

Sehun rodó los ojos y le lanzó un manotazo para que guardara silencio cuando vio a Baekhyun llegar y sentarse en una mesa de adentro, cerca de la ventana. Poco después un hombre se paró junto a él y Baekhyun asintió a lo que fuese que hubiera dicho. El desconocido se sentó del otro lado de la mesa. Sus facciones eran masculinas y lucía bastante más grande que Baekhyun, debía andar por los cuarenta, pero era muy atractivo y se cuidaba bien, podían asegurar los espías.

¿Quién es el papá?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora