VEINTIOCHO

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Lo sacaba de quicio la manía de Sehun de andar detrás de la vida amorosa de Baekhyun como si alguien lo hubiese contratado para que la investigara. Pensó que ya había superado esa etapa, pero nunca dejaba de sorprenderse con el grado de terquedad que manejaba el vecino. La peor parte es que creyó que Sehun tenía planes con otras personas y había decidido invitarlo como si fuera un amigo cercano; que saldrían por mera diversión, para compensar el fiasco de la última vez. Pero en realidad solo quería un cómplice.

—¿Cómo es que siempre termino cayendo en esto? —preguntó Tao con hastío mientras se inclinaba a un lado para ver la extensión de la fila.

Habían llegado al bar hacía una hora y aún no abrían las puertas. Le había extrañado que Sehun lo llevara a ese tipo de lugar otra vez, pero solo había bastado con que saliera un instante de la fila para reconocer casi adelante de todo una cabellera familiar, que él mismo se había encargado de dejarla como estaba, y comprender por qué estaban ahí en realidad.

Sehun lo ignoró y dio un paso al frente cuando la fila comenzó a avanzar. El ingreso fue rápido y Tao escuchó de otros que era noche de parejas, así que al llegar a la puerta entrelazó sus dedos y se los enseñó al tipo de la entrada. Al menos Sehun le concedió eso y le siguió la corriente para obtener el descuento. Una vez dentro deshizo el agarre y se sentaron en la punta de la extensa barra, del otro lado de donde se había sentado Baekhyun con su cita.

—¿No te sientes patético? —preguntó Tao.

—Si es así, entonces te gustan los tipos patéticos —respondió Sehun, asumiendo lo bajo que había caído.

Tao se juró que esta vez en serio sería la última. En cuanto el bartender le entregó su trago, lo liquidó en segundos y soltó el aire por la boca, haciendo mucho ruido. La nariz de Sehun, justo a su lado, recibió el hedor a alcohol y Tao consiguió al fin que le prestara atención, aunque con una mirada filosa, de esas que indicaban el estado de preparación constante de Sehun para comenzar una batalla. "Ah... Creí que habíamos avanzado, pero seguimos en el mismo lugar", se lamentó Tao.

—Gracias por traerlo a cuento —respondió—. ¿No te parece despreciable arrastrarme a perseguir a tu ex-novio luego de que confesara mis sentimientos por ti?

No podía evitar tocar el tema puesto que Sehun lo había hecho primero. Se sentía ofendido por el ataque súbito dirigido a sus sentimientos. No era ese Sehun el que le gustaba. De hecho lo despreciaba. Quería herirlo. Pisotearlo. Hacerlo sentirse el gusano que en realidad era. Mientras se ponía de pie y lanzaba unos billetes sobre la barra para pagar su parte, sintió que la lengua se le bifurcaba como la de las víboras.

—No tienes ninguna posibilidad, Sehun. La carrera terminó hace tiempo y tú ni siquiera llegaste a la última vuelta. Ese tipo jamás ha sido tu competencia.

—¿De qué hablas? —Sehun se puso de pie y tomó su muñeca para que no huyera—. ¿Qué sabes?

Tao se mordió la lengua. Sabía que decirle la verdad a Sehun era lo mismo que quitarle el seguro a una granada y si no la sostenía cuidadosamente explotaría y arrastraría a todos consigo. No quería decirlo, había hecho una promesa y era el bien de Baekhyun lo que estaba en juego. Pero si no se lo decía, Sehun seguiría atado al pasado. Uno que Baekhyun ya había superado.

—No puedo decírtelo —respondió más para convencerse a sí mismo. Cuando vio a Sehun abrir los labios, colocó una mano sobre su boca—. Si pudiera confiar en tu estúpida bocota, lo haría, pero sé que dañarás a Baekhyun. —Se mordió el labio inferior mirándolo con insistencia a los ojos—. Solo tienes que abrir los malditos ojos: ya hay alguien en su vida y no es ese tipo que está sentado con él. —Señaló—. Tampoco tú.

¿Quién es el papá?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora