QUINCE

405 42 7
                                    



Como a un hombre. La cabeza de Sehun hizo cortocircuito aquella tarde. Tao tenía ese efecto en él. Se estaba acostumbrando, pero no su familia de tres padres (Junmyeon, Luhan y Yifan), que lo observaban con preocupación porque parecía un papel en blanco. Así se sentía, en blanco. Como no sabía qué pensar, no pensaba.

—¿Qué le pasó? —preguntó Luhan a Junmyeon durante el desayuno.

—No sé, está así desde que acompañó al vecino a su departamento hace una semana.

—Hoy lo vi caminar alrededor de la manzana —comentó Yifan, y devolvió la atención de Sehun a ellos—. Ese tipo no puede quedarse quieto aún lesionado.

Sehun golpeó de pronto la mesa con las palmas abiertas y se levantó. Sin explicaciones, salió del departamento y golpeó con los nudillos la puerta del vecino. Tao se sorprendió de verlo.

—¿Qué pasó? ¿Me extrañabas? —preguntó burlón. No se habían visto desde el día que le había expuesto sus intenciones.

—Dijiste que ibas a dejar de hacer ejercicio por tu pie.

—Qué rápido corren las noticias en este edificio... Entiéndeme, estoy aburrido, necesito moverme un poco. —Se apoyó en el marco de la puerta, como todo un galán.

—Huelo tabaco —advirtió Sehun y dio un paso dentro del departamento, rodeando a Tao—. Bien, me quedaré a vigilarte.

El mayor alzó las cejas en asombro.

—¿No tienes cosas más importantes que hacer? —preguntó, sin querer sonar ofensivo.

—Soy fotógrafo y no consigo empleo. —Levantó los hombros y se sentó en el sillón ajeno, mirando alrededor. Tao parpadeó unas cuantas veces mientras se adaptaba al hecho de que Sehun actuara con tanta confianza y cerró la puerta.

—No sabía. ¿Cuánto cobras? —Se sentó a su lado.

—¿Por qué? —Lo miró de reojo—. ¿Vas a darme trabajo?

Tao se quitó unas pelusas del pantalón con fingido desinterés.

—Quiero hacer un book para dejarlo en una agencia de modelos, pero puedo pedirle a otra persona.

—¿Qué tipo de book? No trabajo con calendarios eróticos.

Tao le dio un codazo en la costilla.

—¿Sabes qué? Tienes razón, buscaré a alguien más.

—De todos modos debes esperar a no tener más esa bota. —Señaló Sehun.

El mayor miró desalentado su lesión. No veía la hora de ser liberado de esa mierda. Se desplomó con énfasis contra el respaldo. Sehun lo imitó, mientras daba un vistazo alrededor. La decoración del departamento era muy característica de Tao. Era verlo a él en otro plano. Había diseños de tatuajes enmarcados en cuadros colgados en las paredes rojo sangre con patrones negros. En vez de puertas, había cortinas de cuentas de madera, excepto en lo que supuso era el baño. Debajo de la TV plana, había un home theater cuyos parlantes estaban dispersos por toda la sala. No había muchos adornos, además de los cuadros. Menos que menos fotos. Vio trofeos en un estante cerca de la puerta principal, y unas medallas colgando en clavos. Un incienso aromatizaba el espacio.

Lo más destacable era una biblioteca negra, igual que todos los muebles, repleta de CD's, probablemente originales. Si intentaba imaginar en qué era bueno Tao referido a la música, no se le ocurría, pero podía ver que la música era fundamental en su vida porque era lo que más espacio ocupaba en su departamento. Más bien, Tao parecía una persona de arte. Indeterminado.

¿Quién es el papá?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora