My Bad Boy 2 [Eunhae +18]

Planificación

Tomar una taza de café humeante, mirando las calles de la ciudad desde la altura, en pantuflas, parecería asemejarse a lo que serían unas perfectas vacaciones, pero, la verdad sea dicha, ésta no era su idea predilecta para un descanso

Dio un sorbo al cálido líquido y relamió la espuma de sus labios –Quisiera permanecer fuera, en el balcón, recibiendo algo de saludable cáncer de los nocivos rayos UV en su piel, con una cómoda bata y algún periódico desperdigado sobre la mesilla donde, seguramente, habría un maldito cenicero que delatara su adicción –sonrió agrio- soñar no le llevaría a ninguna parte, >se recordó a sí mismo< desenfocando su vista hacia la ventana que le encerraba dentro de su estudio.

No existía esa bata, ni el sol, ni la mesilla, ni el periódico, y salir a tontear al balcón, sería una idea jodida, ponerse como punto rojo a la espera de que algún hijo de puta le disparara –dio otro sorbo, girándose hacia su escritorio –Al menos el cenicero sí que lo tenía >se burló de su suerte, mirando las colillas negruzcas que reposaban en el interior<

La noche había sido larga y sus ojos aún escocían por el constante mirar a pantallas, apenas había logrado dormir una hora cuando le avisaron que Sung Min había partido de P.U.B de regreso al hotel y ahora, se encontraba succionando energía de la cuarta taza de café en la mañana; ciertamente se encontraba ansioso por la llegada del mayor

Una vez que estuviese allí, comenzaría a trazarse lo que él había esperado por meses, pero no podía perder el enfoque, no era sobre Hwang Jeong Min por quien iban, aunque el fuese un eslabón más de la cadena, aún existía un escalón que subir –cerró sus ojos momentáneamente, pasando el último trago amargo y dejando la vajilla sobre el escritorio

Repasaba tantas veces ése momento en su mente, que no se permitía olvidarlo, ni un detalle

Había visto la espalda de su amigo mientras corría hacia la nada en la carretera, desesperado por detener a Heechul, entonces dos disparos habían sonado y la insertudimbre de saber si habían alcanzado un objetivo le oprimió el corazón, inundándole de lágrimas los ojos 

El aire en sus pulmones escaseaba y ardía cuando abría la boca en busca de más, lo siguiente fueron sus pies sobre el pavimento, corriendo hacia su mejor amigo; sus rodillas habían ardido por la fuerza con la que se había dejado caer a su lado, y la sangre en un charco le salpicó la cara

Recordaba la sangre tibia cubriendo sus temblorosas manos cuando había alzado la ropa que la bala traspasó. Había un hoyo, pequeño y negro en el estómago de Siwon, quien mantenía los ojos cerrados 

Había gritado cuanto había podido, queriendo que despertara con una desesperación aplastante que no le dejaba pensar, entonces un grito le había sacado de la conmoción, sólo para ver un sufrimiento, si era posible, mayor al suyo en los ojos de Eunhyuk y después, la mirada perdida en Heechul

Quería aferrarse al dolor que había sentido para no dejar de odiar, lo que él hacía, lo que él era, requería de mucho amor que se había transformado en odio, de otra manera, no lo hubiera soportado

Él, tenía muchas deudas por cobrar, y que pagar también. Aceptó. Todo esto por lo que ahora se encontraba sentado en la maldita silla donde estaba, podía no haber sido iniciado por cuenta suya, sin embargo, cuando recordaba los momentos en los que no había sido capaz de hacer nada, de impotencia, sabía que mucha de la mierda era culpa suya, de un niño idiota que soñaba más de lo que vivía con los pies bien puestos en la Tierra y, ahora, llegado el momento de pagar, lo haría

Aún con eso, no podría jamás acabar de remunerar todo lo que había destruido, pero ya no seguiría siendo una amenaza para nadie. Ni para su familia, ni la de Siwon, ni Hyuna, ni... -frunció el ceño al atisbo de aquél nombre como una sombra en su mente, siendo susurrado- todos los que habían estado a su lado, terminaron perdiendo algo importante