Capitulo Final.

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Cuando la mañana llegó, Jeon respiraba con tranquilidad, se había dormido tras unas cuantas horas de sexo...

Seokjin, quien fumaba un cigarrillo, miraba a sus bebés dormir. Si, sus Bebés. Para él siempre serian suyos, siempre.

Se acomodó mejor en la cama, desnudo, notando las sabanas pegajosas e igualmente calientes.
Lo que había pasado esa noche, era una despedida.
Si, una despedida a aquellos cinco muchachos quienes, tenían futuros brillantes y sanos.

Para el doctor, su terapia era fenomenal. Simplemente, única y efectiva.
Cuando los conoció, no había solución para ellos, más sin embargo, el se ocupó de curarlos.

¿Quien diría que el sexo era la mejor medicina?
Al menos eso era así en la mente del mayor.

Dejó escapar el humo de sus pulmones y la dicha lo embriagó.
Por su mente solo pasaba el deseo de mantenerse así... Eternamente, juntos a sus bebes.

Pero el destino no era así, el destino era cruel y mundano. Ellos tenían que marchar, y, tanto él, como su hermano lo sabían...

Ellos fueron su adicción durante su estadía en el infierno, y, ahora debían curarse.

Desintoxicarse.

Los pasos por el pasillo le indicaron bien la hora. El desayuno había llegado y, con ello, una sonrisa apareció en su rostro.

Cuando el sol se ocultase, pondría en marcha su plan...

Acarició el rostro de Jungkook con delicadeza, evitando despertarlo.
¿Quien diría que ese niño, era el mismo que él había cargado en brazos cuando lo descubrió bajo su escritorio aquella noche?

¿Quien diría que ese niño, le devolvería algo de la poca cordura que un día estuvo con él?

Cuando los ojos marrones de aquel chiquillo se abrieron, una sonrisa floreció en los labios del mayor y, con parsimonia, dejó un beso en aquellos labios de terciopelo rojo que tanto le volvían loco...

-Vistete y ve a tu habitación, pequeño. Cuando suene la ultima campanada, reunete con todos y pon en marcha el plan...- comentó el mayor, levantándose de su rinconcito en aquella cama.

Jeon lo miro frunciendo levemente su ceño, más, se enderezó en la cama y se sonrió al girarse y ver a Jimin y aTae dormir abrazados. Como si de piezas de encastre se trataran, sus piernas se entrelazaban y, apostaría su cabeza a que Jimin iba a sentir Completamente a Tae.
Una sonrisa socarrona despertó en los belfos de Jeon antes comenzar a vestirse.

Nunca se había sentido tan agotado y satisfecho... Nunca...

Cuando los demás chicos despertaron, algunos con rapidez y otros con total tranquilidad, salieron de la sala del Doctor Kim.

Aquel día, parecía pasar mucho más lento de lo habitual y, cualquier movimiento de los guardias hacia sentír a los chicos observados.
Jungkook podía sentir que los nervios lo traicionarían de la forma más cruel y patética.
Podía sentir que... Sus intenciones serian descubiertas en cualquier momento.

Sin embargo no fue así.

Cuando la ultima campanada sonó y las puertas se cerraron, el pequeño Kook miró a su hyung, quien, le sonrió de forma tranquilizadora.

-Todo saldrá bien.- aseguró Jimin, antes de encaminarse al otro y sentarse a su lado, abrazándolo.

-¿De verdad nos iremos de aquí, hyung?- la voz de Jeon dio de lleno en el cuello de Jimin, causandole cosquillas.

"Paciente N° 005" ~ (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora