Epílogo

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-¡No cenaremos Bulgogi, hyung!- se quejó Jungkook, inflando sus mejillas.

-Tu callate, mocoso. ¿Verdad que cenaremos Bulgogi, amor?- dijo Yoongi con ese tono que el menor de los tres tanto molestaba.

-Cenaremos Ramen. Punto final.- exclamó Jimin, con la paciencia al limite ante la actitud de aquel par.

Y es que para Jimin la convivencia con aquellos dos, era como presenciar la tercera guerra mundial, algo similar a lo que él sentía en su interior. Para él, era algo completamente imposible dejar ir a cualquiera de los dos.

Amaba a Jungkook, ese chiquillo le quitaba el alma y la dejaba a sus pies. Era tan adorable, dulce y cariñoso con él que por momentos, creía que en algún otro mundo paralelo, era todo lo contrario.
Amaba sus besos, su cuerpo, lo dominante y sumiso que podía llegar a ser con él, así como amaba los momentos en los que, cuando estaban juntos, nada podía detenerlos.

Sin embargo, también amaba a Yoongi, tal vez no de una forma tan... Pura como lo hacia con Kook, más, eso no quitaba el hecho de la química que existía entre ellos.
Su pasado en aquel Asilo los unía de una forma única.
El mayor había sido el primero en todo, así como también fue su guía en aquel lugar.  Y es que era imposible dejar de adorar su piel, era simplemente imposible.

Aunque, la convivencia era un caos y una competencia por ver se ganaba el cariño de Jimin, él estaba completamente seguro de algo, los amaba, a ambos, con sus sombras y luces.

Cuando terminaron de hacer las compras, continuaron caminando por el gran mercado.
Jungkook al lado de Jimin, mientras Yoongi inflaba sus mejillas, como un pequeño bebé caprichoso.
Aquel gesto hacia el corazón del menor casi acelerarse... Casi.

En cuanto a los demás, nunca más los habían vuelto a ver.

Jungkook, cada noche, suplicaba al cielo el que sus hyungs estuvieran bien, en donde sea que estuviesen.
A veces tenia sueños, sueños que lo llevaban al Asilo una vez, sueños en los que los 7 escapaban...

Pero esa no era la realidad.

Cuando al fin terminaron de comprar lo necesario en aquella tienda, continuaron caminando por el gran mercado, sin buscar nada en especial, solo... Caminando.

En el momento en que otra pelea comenzó entre el mayor y el menor, Jimin miró mucho más allá de aquel par.
Sus ojos marrones reconocieron bien aquellos ojos casi negros que lo miraban desde la distancia, soltó sus bolsas y corrió hacia aquel muchacho.

-Jiminnie~- dijo el otro, antes de recibir el más dulce abrazo del más bajito.

Tanto Yoongi como Jungkook miraban la escena, anonadados por la presencia del joven de piel levemente morena. Taehyung lo abrazaba con tanto cariño, que, pronto, el abrazo no se resumía a dos personas, sino que a cuatro.

-Tae...- Dijo Kook, abrazando al más alto.

-Si, si, olvidense de mi.- resonó otra voz conocida detrás de Tae, más, las quejas de aquel chico se vieron cortadas al sentir los brazos de Yoongi colgarse de sus hombros y cuello.

-Hobi~-  la voz del más viejo hizo erizar a la del segundo mayor, sonó como un dulce ronroneo sobre su piel.

-Hola, gatito.- respondió este antes de notar los abrazos de Jimin y Jungkook ahogarle también.

Tras un rato de saludos, sonrisas y alguna lágrima vergonzosa de parte del menor de los cinco, finalmente decidieron cenar allí, en el gran mercado.
Sentándose en altas butacas, no perdieron ni un segundo en ponerse al día de sus temas.
Ordenaron tras ponerse de acuerdo y brindaron por sus normales vidas.

"Paciente N° 005" ~ (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora