Golpe Inesperado [N.H.]© Parte #2

7. Noticias.

Niall.

¿Malik? ¿De verdad? ¡No puedo creérmelo, por una mierda! Le dije, malditamente se lo advertí, que no lo quería cerca de Abby antes, y no lo quiero cerca de ella ahora. ¿Qué es lo que quiere ahora?

Desde el accidente, no ha hecho más entrometerse y querer meter las narices donde no lo llaman. Se mostró tan castrantemente interesado en lo sucedido aquel día, que no hizo más que fastidiarme y querer patearle el trasero lejos de todos nosotros. Sin duda su insistencia en querer estar informado sobre el responsable del accidente y los sospechosos, solo me hizo creer que él estuvo implicado en aquello.

Pero no hay ni una puta evidencia de que él tuvo algo que ver. Nada. El caso está en pausa, los abogados no han podido hacer nada sin pruebas ni sospechosos, y mucho menos ahora que Abby no recuerda nada. Han interrogado incluso a las personas que viven a los alrededores de donde fue el accidente, a cualquiera que pudo haber pasado por aquella autopista.

Pero simplemente no hay nada. Y temo que, si sigue pasando el tiempo así, den el caso por perdido, y sin duda alguien tiene que pagar por esto. Alguien tiene que pagar por las consecuencias: Abby ha perdido la memoria, y yo la he perdido a ella.

– ¿Qué tal te fue con ella? –escucho la voz de Ted. –Me pareció extraño no escuchar insultos o gritos esta vez. –añade divertido.

– Por lo visto ya te tolera un poco. –es Nat la que habla ahora.

Sonrío como un idiota al recordar lo tranquilo que la pasé con ella. Tan solo escuchar de sus labios su peculiar y única forma de llamarme "Horan". Como la eché de menos.

– ¿Y bien? Por tu boba sonrisa, quiero creer que al menos se ha comido el desayuno. –habla Ted de nuevo.

– Si, se lo ha comido todo. Además de que pasamos un agradable momento. –respondo sin poder dejar de sonreír. –Fue un poco incómodo al principio, pero lo hemos llevado muy bien.

– Eso es genial. Puede ser un muy buen avance para ella, quizás en un tiempo más ella pueda...

– No hay que adelantarnos a algo que aún no es seguro que pase, Ted. –lo interrumpe Natalie, y eso hace decaer un poco mi sonrisa. Creo que tiene un poco de razón, no hay que elevar tanto nuestras esperanzas. –Ni siquiera aun lleva la semana despierta.

– La he tratado de persuadir un poco acerca de su decisión de irse a Nueva York. –comento sonriendo de nuevo. Natalie resopla con una risa irónica.

– Por dios, Niall. ¿Sabes lo persistente que es ella? Cuando algo se le mete en la cabeza, no hay poder humano que la haga cambiar de opinión.

– Bueno, yo me ocuparé de eso. Me gustan los retos.

– Hermano, tienes a uno de los retos más grandes de tu vida en aquella habitación. –me dice Ted, palmeando mi hombro.

– Ustedes los hombres sí que también pueden llegar a ser bastante necios.

– Y si se trata de algo que de verdad nos interesa, no te imaginas cuanto, Natilinda.

– Sabes que odio que me llames así. –me dice Nat en tono malhumorado. Sí que en verdad despertó de malas.

– Tranquilo, Niall, su periodo menstrual debe de estar por llegar. –me susurra Ted, tratando de que Nat no escuche.

– ¿Y tú qué sabes de eso, reverendo imbécil? –Nat nos sobresalta, sorprendiéndonos con su oído biónico. –Además, puede ser solo porque no he dormido bien.

– Seguro, Nat. Creo que tendremos que pasar al supermercado por un enorme bote de helado. –susurra Ted esto último, recibiendo una mirada asesina de parte de Nat.