Golpe Inesperado [N.H.]© Parte #2

17. Revelaciones.

Abby.

Dejo mis manos bajo el chorro de agua fría de la llave del lavamanos, sintiendo su frescura y disfrutando de la calma que me brinda. Y en este momento necesito mucha calma, empezando por controlar mis hormonas tan inquietas.

Lo que sucedió con Niall hace unos minutos en la sala de reuniones fue... No sé siquiera como rayos describirlo, fue como un impulso, pero no me disgustó, sino todo lo contrario.

Y vagamente me pregunto qué hubiese pasado si mi teléfono no hubiera sonado justo en ese momento.

Basta, estoy perdiendo la cabeza.

Retiro las manos del sensor y el chorro de agua se detiene automáticamente. Sacudo mis manos para retirar el excedente de agua y, con mis manos húmedas, las coloco sobre mi rostro, logrando tener esa refrescante sensación que me calma. Necesito ir a un spa urgentemente. Y si sigo así, necesitaré vivir en el spa.

Con una toalla de papel seco mis manos y retiro la humedad de mi rostro. Bien, debo salir ya a enfrentarme con el mundo real.

Salgo del baño y me encamino hacia el pasillo que lleva a mi oficina.

Hannah no se encuentra en su escritorio, pero en su lugar se encuentra Andy afuera de mi oficina hablando por teléfono. Tal vez por fin Alex se dignó a hablarle y disculpaste con él por su larga ausencia. Pero luego nuestras miradas se encuentran, y cuando empieza a gritar, no sé si me grita a mi o a la persona del otro lado del teléfono.

– ¡Ustedes no tenían una junta! ¡No puedo creer que hayan estado teniendo sexo en la oficina!

– Wow, ¿qué? –respondo con gran sorpresa, deteniéndome de golpe frente a él. ¿Cómo demonios sabe eso?

– Ustedes no pueden quedarse un momento a solas porque ya están aprovechando el tiempo. –habla con exaltación sin dejar de mirarme y dejando su teléfono de lado.

– Andy, basta. No estábamos teniendo sexo en la oficina. –murmuro pasando a su lado para entrar en mi oficina. –Fue en la sala de reuniones.

– ¡¿Que?! –responde en un grito agudo, cerrando la puerta de la oficina detrás de él. Me dejo caer en la silla de mi escritorio para disfrutar de su mirada exorbitada y su quijada que parece casi llegar al suelo.

– Claro que no tuvimos sexo, Andy. Relájate. –digo entre risas.

– Ah, claro, ¿y quieres que te crea cuando dejé a un encabronadísimo Niall y a una preocupadísima Abby, solos en el sexto piso, y regresas tan campante y brillante?

– Solo resolvimos el conflicto como dos adultos maduros, Andy. Y eso no tiene por qué incluir sexo. –añado de inmediato al ver que está por decirlo.

– Son unos aburridos. Pero como sea, ¿cómo lo tomó Niall?

– Aceptó que Zayn se quedara, pero solo por el hecho de que necesitamos gente.

– No necesitamos tanta, el trabajo ya ha bajado bastante. –murmura en tono desanimado, dejándose caer en una de las sillas frente a mi escritorio. Claro que eso a nadie nos pone felices. Pero eso ya cambiará.

– Bien, nos encargaremos de hacer que suba. Y bastante.

– ¿Qué tienes en mente, Sweetie? –su sonrisa se extiende en sus labios.

– Tengo un proyecto en mente, uno similar al pasado con ambas empresas. Tenemos que hacer que nuestras ventas suban como espuma.

– Además de que no podemos dejar que nuestra competencia avance en terreno.