Niall.
No recuerdo la última vez en la que llegara a mi departamento y me dejara caer sobre la cama con una sonrisa tan estúpidamente enorme pintada en mi boca.
Mucho menos recuerdo haber tenido esa ridícula sensación de mariposas en el estómago por causa de una chica.
Bueno, solo por una. Por mi chica.
Porque, ¿cómo olvidar aquella vez que salimos por primera vez? Nuestra primera cita. Aquella noche se veía tan hermosa, mucho más de lo que ya lo es. Estaba tan malditamente nervioso de que me dejara plantado en aquel restaurante lleno de gente adinerada que solo se llenaba la boca con palabras de cosas jodidamente costosas sin sentido.
Pero de pronto verla caminar hacia mi mesa, fue lo mejor de mi noche. Y fue donde descubrí que mi estómago puede tener diarrea de mariposas, algo parecido como una manada de rinocerontes correteando sobre mi pecho.
Ella lucía encantadora, con una chispa de perspicacia en su mirada, como si ella supiera algo que el resto del mundo no. Y me sentí tan imbécil porque, estaba tan idiotamente hipnotizado por ella, que no le dije lo hermosa que se veía en ese vestido negro, con aquel labial rojo que, más que pasión, era tentación para mí.
Y no pudieron ser más reales aquellos aleteos en mi pecho en el momento en el que la besé. Oh, no, Niall Horan robando besos no era nada común. Con ninguna de las chicas con las que había salido, ni una sola, había yo robado un beso. Todas siempre eran las que se abalanzaban primero, no yo. Digamos que les tenía un cierto nivel de respeto al ser ellas unas damas. Pero eran ellas las que dejaban de comportarse como tal.
Lo sucedido aquella noche es para jamás olvidarlo. Primero me arrancaría un brazo a dejar ir aquellos momentos. ¿Cómo es que Abby pudo olvidarlos?
Reacciono antes de que mi alegría se esfume y se vea opacada por esta pequeña complicación con Abby. Eso no me va a alejar de ella. No me va a detener.
Me pongo de pie y camino hacia la cocina, en busca de algo comestible para cenar.
Es la primera vez en demasiado tiempo en que le gano a la alarma. Para cuando ésta suena, yo ya estoy saliendo del baño, después de una buena y merecida ducha.
Descansé muy bien, demasiado bien desde hacía ya varios meses. Y de solo recordar el sueño que me hizo despertar, hace que mi piel se erice y mi cuerpo se estremezca de emoción contenida.
Abby estaba conmigo, a mi lado. Ella sonreía con ese toque tan suyo de hacerlo, con esa mirada tan soñadora llena de amor, mientras las esquinas de sus ojos se achicaban y su sonrisa crecía tanto hasta mostrar su perfecta dentadura blanca. Ella me miraba solo a mí, no había nada más en la habitación lo suficientemente bueno como para llamar su atención. Solo yo era su centro de atención.
Pareciera que aun escucho el sonido de su risa al jugar con Apolo, o en los momentos que la hacía reír con cualquiera de mis estupideces. ¿Cómo una chica tan linda podía ser así de feliz con un idiota como yo?
Suspiro sacando todo el aire de mi pecho, tratando de volver a mi realidad, para después continuar abotonando mi camisa. Mi chica espera su desayuno.
Conduzco por una de mis calles favoritas de Londres, donde no solo hay los mejores cafés para despertar y mantenerte al cien, sino los mejores desayunos también. Rose's es como uno de mis tantos hogares en la ciudad. Luego de tener mi encargo conmigo, conduzco hacia el hospital London Bridge.
– Buenos días, Chris. –lo saludo en un murmuro, para así no despertar a su esposa, quien duerme plácidamente entre sus brazos.
– Buenos días, Niall. –responde con una sonrisa cansada, pero sincera. –Abby preguntó por ti hace rato.
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Golpe Inesperado [N.H.]© Parte #2
FanfictionSegunda parte de Viaje Inesperado ADVERTENCIA No leer si no a ha leído la primera temporada. Espero la disfruten♡