26. Sube y baja.

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Niall


– Me encantas, Niall Horan. –su dulce voz desprende admiración y cariño.

Estando entre mis brazos todo vuelve a tener sentido, todo está bien. Tomándola de la cintura la acomodo mejor y la pongo a horcajadas sobre mi, y me emociona aún más que no se opone ni se aleja.
Cubro su espalda con mis manos y la acerco aún más a mi, disfrutando del dulce aroma de su fragancia. A pesar de que trae su cabello atado en una coleta, puedo percibir el olor a moras estando así de cerca. Esto es el paraíso.

– No conozco mucho sobre el tema de tu nuevo proyecto, pero me encantaría que algún día pudieras hacerme una demostración. –murmura y se aleja un poco de mi, lo suficiente para poder vernos cara a cara. ¡Sigue sin salir corriendo de mi lado! Esto es asombroso, sin duda algo estoy haciendo bien.
– Yo encantado de complacerte. Aún no está nada firmado, pero cuando ya haya avanzado en esto, te llevaré a que veas el proceso de elaboración, te va sorprender. –sus ojos se iluminan y su sonrisa crece aún más. De verdad le entusiasma el tema del proyecto. Chris, claro. Su padre trabaja con energías renovables en su compañía de construcción.
– Confío en que podrás lograr todos los planes que tienes para esto. –maldita sea, sigue mirándome así y no voy a poder contenerme más en besarla. Y teniéndola en esta posición y a esta distancia... Diablos.
– También confío en eso, nena. –luce de lo más preciosa. Le ha dado el sol, lo cual hace ver su rostro un poco sonrojado y brillante , y sus ojos lucen tan vivaces y atentos, solo me observan a mi. –Te ves hermosa. Has tomado un poco de color. –aprovecho para subir mis manos a su rostro y acariciar sus mejillas. Su piel es suave y tibia, me encantaría besarle cada centímetro.
– Gracias. –murmura agachando su mirada, mientras sus mejillas vuelven a teñirse de rosa. –La primera vuelta en bicicleta la hicimos cuando aún había un poco de sol. Creo que estar tanto en Londres me hizo más pálida.
– Podríamos ir alguna vez a una playa. La que más te guste o la que quieras conocer. –regresa su mirada a la mía, viéndome con sorpresa.
– ¿De verdad?
– Por supuesto. No nos vendría nada mal, y ya tengo mucho tiempo que no voy a la playa. –parece una buena idea, y lo mejor es que a ella le encanta. Sí, sin duda por fin me ha sonreído un poco la suerte esta noche.
– ¡Eso sería más que fantástico! ¿Quieres que lo organice? –está realmente animada, cielos. ¿Que tenía esa malteada o este vino tan delicioso?
– Si quieres organizarlo, adelante. Si no, tú solo escoge cualquier playa del mundo y yo me encargo del resto. –ella sonríe aún más y niega con un gesto de cabeza.
– Eres demasiado bueno conmigo.
– Nunca nada será demasiado bueno para ti. Te mereces lo mejor. –me dedica una mirada llena de ternura y antes de que replique algo más o me siga provocando a querer besarla, decido charlar sobre otra cosa. – ¿Que te pareció el evento de hoy?
– Estuvo divino, me encantó la decoración...

Ella sigue hablando y yo me siento hipnotizado por su voz que es un dulce canto a mis oídos. Bajo mis manos de su rostro a su cuello y me paso a masajear levemente sus hombros. Ella cierra sus ojos y suelta un suspiro con un sonido de satisfacción que hace despertar mi lívido.

No, no. Está cansada, solo quiere relajarse un poco.

Detengo mis movimientos y subo de nuevo mis manos, pero esta vez para quitarle la goma que sostiene su cabello. Su castaña melena cae como una cascada sobre sus hombros y ella vuelve a suspirar, dejando de hablar.

– ¿Que hay con los invitados que venían de Alemania? –le pregunto con burla. Seguro ya ni sabe sobre lo que me estaba hablando. Y tampoco yo, pero es entretenido y agradable verla así.
– ¿Ah? No lo sé, muy elegantes para el tipo de evento... ¿Podrías seguir con lo que hacías en mis hombros? Es una delicia. –sonrío más que encantado de hacer lo que me pide.
– Tus deseos son órdenes, mi lady.

Golpe Inesperado [N.H.]© Parte #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora