14. ¿Y por qué no?

426 40 6
                                    

Abby.


No, no, no. ¡No me puede esta pasando esto! ¡Mucho menos con la hora que es!

Sigo lanzando ropa del vestidor hasta mi cama, pero nada combina, nada queda.

Todo mi buen humor de hoy se fue a la basura en el momento en que salí del baño. Busqué algo lindo para ponerme hoy, y toda la hermosa ropa que tengo, queda perfecta con mi colección de increíbles zapatillas de tacón. ¿Y que creen? ¡No puedo usar tacones!

Mi pie no duele, pero tengo molestias cuando camino mucho y cuando trato de ponerme de puntillas.

Esto será un desastre. Tengo que ir a trabajar super bien vestida. ¿Qué vicepresidenta no se viste bien? ¡¿Qué vicepresidenta de una empresa de moda no se viste bien?! Mi cabeza va a estallar.

Tomo mi cabeza entre mis manos y trato de respirar con calma. Tengo que pensar con la cabeza fría o se me hará tarde.

Creo que llaman a la puerta, pero no respondo. Pero vuelven a tocar.

– ¿Abby? ¿Estás despierta? – ¡es Niall! ¿Ya viene por mí? ¿Ya es hora de irnos? ¡No! ¡Aun sigo en ropa interior y en una crisis existencial!

– Eh... sí.

– ¿Puedo pasar?

– ¡No! No, no puedes. Yo... eh... necesito a Andy.

– ¿A Andy? –parece confundido y un tanto afligido. – ¿Te encuentras bien?

– ¡No! ¡Necesito a Andy, urgente!

– Muy bien, de acuerdo. Iré por él. –exclama algo espantado ante mi urgencia.

¿Estoy exagerando? Porque realmente siento que si esto no se resuelve el mundo va a estallar.
¿Cómo es que dentro de tanta ropa no tengo nada que ponerme? !¿Cómo es posible eso?!

– ¿Sweetie? Ya estoy aquí. –gracias a dios, Andy ya está aquí.

– Pasa, por favor. –escucho que murmura algo antes de entrar.

– Ahora sí, para que soy... –apenas y me ve y cierra la puerta de inmediato detrás de él.

A diferencia de mí, él ya está completamente vestido, y con un estilo tan genial que sinceramente siento envidia de inmediato.

– Sweetness, ¿por qué estás desnuda? ¿No has visto la hora?

– ¡Si! Es lo que me pone más de nervios.

– ¿Qué sucede? Me espantas.

– ¡No tengo que ponerme! Toda la ropa me quedaría genial si tan solo pudiese ponerme zapatos altos. –digo casi al borde de las lágrimas.

– Jesus Christ, no puede ser. Bien, yo me encargo, ve a arreglar tu cabello, pareces pariente de la exorcista.

De inmediato le hago caso. Confío en que él sepa hacer algo.

Cepillo y seco mi cabello, para después con la pinza caliente hacer algunas ondas. Siempre me ha gustado arreglar mi cabello, y en este momento me sirve de terapia para tranquilizarme.

– Bien, sweetie, tienes estas opciones. –me habla Andy desde el vestidor. –Mocasines, ballerinas, o Vans.

– ¿Pantalón o vestido?

– Tendrá que ser con pantalón, sweetie.

– Ballerinas. ¿Ya lo tienes listo?

– Así es. ¿Ya terminaste?

– Si, por fin.

Entro al vestidor y me encuentro con un lindo cambio de vestir. Ballerinas de punta color mocca, pantalón de vestir hasta los tobillos color negro, y una blusa color blanco.

Golpe Inesperado [N.H.]© Parte #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora