Marcela García es una joven de 26 años de origen Mexicano, la cual decide trasladarse a la ciudad de París, para cumplir un sueño y una meta que siempre ha tenido, estudiar en una prestigiosa escuela de diseño de modas.
La vida le pondrá...
Había pasado una semana desde lo de Caroline, la ama de llaves, así que decidí tomar el cargo. Era la nueva maid. Debía limpiar cada centímetro de esta bella casa e incluso preparar el desayuno o cena pues nunca comíamos aquí.
Ryan había hecho oficial su noviazgo con la bella rusa. Parecían contentos, pero más ella que él. Ella es el tipo de araña patona (mujer) que huele la cuentas bancarias de los hombres a más de 50 metros. Y yo, bueno, comencé algo más que coqueteo con Mark, quien nunca dejó de ser tan dulce conmigo. Pero por dentro moría de celos...
******************* Hoy decidí arreglarme pues tendría una "cita" con Mark, nuestra relación era más que amigos pero menos que novios, es difícil mantener una relación mientras trabajamos en la misma compañía. A Mark no le importaba, el quería conocerme, lo suficiente y no apresurar las cosas.
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-Lista!- Abro la puerta de mi habitación y me sorprendo al ver a Ryan. •Yo: Buen día, sucede algo?.-digo con curiosidad, mientras él me ve de pies a cabeza-. •Ryan: Estás lista?. ¡Que bella estás.-dice acicalándose la garganta-. •Yo: Si. Muchas gracias.-sonrío-.
Salimos para dirigirnos al auto y emprender el viaje a Carter Corporation. Durante todo el camino sentía la mirada intensa de Ryan en mi, yo me hice la tonta texteando, pero podía sentir eso. ******* Al llegar a Carter Corporation, bajo primero, subiendo las pequeñas escaleras y dirigiéndome a mi bella rubia, olvidándome de Ryan y Jake.
•Yo: Lisa, te parece ir a almorzar?-. •Lisa: Vaya, que bella estás.-sonríe.-por supuesto que si. Cheez Felipe?-. •Yo: Si, pasó por ti.-estoy por irme pero Lisa me detiene-. •Lisa: El señor Leviels me pidió que fueras a su despacho tan pronto como llegaras-. Le agradezco y me apresuro a caminar, Ryan viene detrás de mí. Para mala suerte los tres ascensores están cerrados. Ryan me alcanza y espera conmigo. El primero en llegar se abre y nos dirigimos a el. Al entrar las puertas se cierran, el volver a estar en el ascensor me recuerdan a la vez que le conocí. Sonrío y me pregunta. •Ryan: Muchos recuerdos,no?.-me mira fijamente-. •Yo: ¿Qué clase de recuerdos?-. •Ryan: Cuando nos conocimos varios meses atrás.-se acerca despacio a mi-. •Yo: Si, lo sé. Quedó en el pasado.-retrocedo pero topo con la fría pared metálica-. •Ryan: Lo se, y...-me acorrala contra su cuerpo, poniendo sus manos a los lados de mi cabeza. Siento su respiración caliente y mi corazón empieza a latir desbocado. Su cara se acerca a la mía.-yo, muero de ganas de esto-.
Sus labios están cerca de los míos pero el ascensor suena y ambos recobramos la postura, mis mejillas arden. Las puertas se abren, y Mark nos mira, lo que faltaba. Por instinto, salgo y tomo del brazo a Mark. •Yo: Señor, justo con usted quería hablar.-lo jaló y me sigue-.
Al entrar a su despacho, cierro la puerta poniendo seguro. Tiro mi bolsa en un pequeño asiento de cuero, me acerco muy rápido, lo tomo de su corbata y comienzo a besarlo, él no se opone y me besa. Lo besó apasionadamente, baja sus manos hasta mis caderas. Con un movimiento rápido Mark toma mis muslos y los enrollo alrededor de su cintura, sintiendo su tonificado abdomen. Continuamos besándonos, caminando hasta su escritorio. Mark me sienta en la orilla sin dejarnos de besar un solo momento. Mis manos desabotonan su saco y quitándosela rápidamente. Masajea suavemente mis muslos y gimo de placer. Sus besos bajan hasta mi cuello y regresan a mis labios. •Mark: Te extrañaba.-su voz es un susurro. comienzan a deshacer el pequeño nudo de mi chaqueta-. De repente tocan la puerta. Ambos nos miramos y recobramos la compostura. Mark como puede se pone el saco y yo me acomodo la ropa. Se dirige a abrir la puerta, pero sigue inestable. Quita seguro y abre la puerta, es Ryan quien está ahí. -Mierda!-.
