Marcela García es una joven de 26 años de origen Mexicano, la cual decide trasladarse a la ciudad de París, para cumplir un sueño y una meta que siempre ha tenido, estudiar en una prestigiosa escuela de diseño de modas.
La vida le pondrá...
Habían pasado los dos días en que Mark estaría de vuelta y no se si debería hablar con él respecto a lo que ha pasado y lo que he hecho a sus espaldas aunque tal vez lo más sensato sea no decírselo, necesito un poco de tiempo y valor suficiente para hacerlo. La tarde de ayer me mensajeaba de vez en cuando con Ryan, quien insistentemente me llamaba pese a que yo no deseaba hablar con él. Quería estar en paz y pensar si lo que hice fue lo mejor o una locura momentánea.
Siempre sacaba el tema de regresar, implorando que pronto lo hiciera con la excusa que necesita de mi trabajo para traducir dossiers. Lo he pensando y puede que regrese aunque prefiero esperar a Mark para no levantar sospechas, y ser cuestionada sobre por qué decidí regresar tan pronto. Pero lo qué más me incomoda de todo esto, son los celos de ambos. De Mark, por estar nuevamente cerca de Ryan y de este mismo por tener que estar con Mark.
Me levanto rápido, desvistiéndome y adentrándome al baño para tomar una ducha fría. Optó por un bello conjunto de ropa interior hecha con encaje, junto a un atuendo lindo ya que deseo recibirlo con los brazos abiertos a Mark.
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Pongo un maquillaje básico y natural porque soy pésima en el maquillaje. Si feminidad fuera una palabra para describirme, creo que nunca se acoplaría a mí. Pongo loción, viéndome una última vez en el espejo antes de salir a la sala principal. Encaminada a la cocina escucho como la puerta se abre, esperando a que entre.
Me ve, poniendo una sonrisa bella y grande, acercándose y olvidándose de sus maletas. Me toma por la cintura y siento como mis pies ya no tocan el piso, mirándole feliz al igual que él. Me baja abrazándome fuertemente, sintiendo como sus brazos rodean mi cuerpo, estremeciéndome al sentir sus fuertes y enormes brazos. Sin darme tiempo a saludar, toma mi cabeza entre sus manos acercándome rápidamente a sus labios, sintiendo la suavidad y la calidez que emanan.
Me dejo llevar y envolver por el momento. No se qué pasa conmigo, pero es como si me olvidara de todo, dejándome guiar por Mark. Llegamos al sofá donde comienza a bajar apresuradamente el cierre de mi falda mientras sus labios no me dejan, haciéndolos suyos cada vez más. Sube mis brazos para quitarme la blusa, dejándome completamente en ropa interior. •Mark: Encaje, mi favorita.-muerde sus labios-.
Continúa besándome, sentándose sin despegarme la vista, analizándome de pies a cabeza para tomarme de la mano, haciéndome acomodar sobre sus piernas. Mark comienza a besarme lentamente, desde mi espalda hasta mi cuello, haciendo que cierre los ojos al sentirme tan bien. Empieza a lamerme los hombres creando terribles escalofríos mientras sus manos se posan en mis pechos, donde los toma con delicadeza. Los masajea poco a poco, hasta bajar mi sujetador, dejando al libre a mis pequeños pechos.
Sus dedos tocan mis pezones haciéndome sentir mucho mejor, jugando con ellos creándome una mejor experiencia mucho más deliciosa, comenzado a gemir por la manera en que lo hace. •Mark: Pequeña traviesa.-muerde el lóbulo de oreja-.
